jueves, 21 de abril de 2011

Él siempre lo hace


Tal vez no suceda en el momento en el que más lo deseo, pero si en el que más lo necesito. Tal vez no venga envuelto cómo yo le esperaba, pero definitivamente siempre es más glorioso. Quizás no lo haga cómo yo se lo sugerí, pero siempre hace lo mejor para mí. Hablo acerca de las bendiciones de nuestro Dios, quien lejos de desilusionarnos siempre se las arregla para darnos lo mejor.
Quizás Él desaprobó que aceptaras un trabajo que se veía jugoso económicamente porque prefirió que invirtieras más tiempo en su reino, pero a los pocos meses Él abrió las compuertas del cielo mandándote la recompensa por haber invertido en lo que realmente sacia. Quizás hiciste un gran “berrinche” ante su altar cuando claramente escuchaste la voz de nuestro Creador diciéndote “deja a esa persona”, lloraste e hiciste todo un teatro, pero a los pocos meses estuviste en los brazos de aquella persona que en verdad es carne de tu carne, y todo tomó sentido. Tal vez por instrucciones de tu Dios abandonaste ese ministerio que tanto empeño, amor y horas le invertiste, te dolió en lo más profundo abandonar esa viña en la cual has invertido tu vida para internarte en lo desconocido, pero una vez que dio fruto esa semilla tuviste entendimiento de que Dios de nuevo te dio lo mejor.
¿Por qué en ocasiones decidimos engendrar nuestras bendiciones, en lugar de esperar en Dios lo mejor? Así cómo Abraham decidió engendrar un hijo con su criada porque su esposa aun no había concebido un hijo de parte de Dios; cada vez que nos desesperamos al no ver en lo natural lo que Dios ha prometido que hará por medio de nuestra fe, y decidimos darle una “ayudada” a Dios al acelerar la bendición, estamos engendrando bendiciones de la carne.
Las bendiciones engendradas de la carne en apariencia suplen la misma necesidad pero en nuestro interior jamás sabrán igual. Dichas bendiciones traen felicidad en el momento, pero tarde que temprano traerán lagrimas. Por lo que si aun no has recibido aquella bendición legitima del cielo; esa que solamente a ti te pertenece y lleva inscrita tu nombre, no le pierdas engendrando algo que nazca de emociones. Espera un poco más en tu Dios, y cómo siempre Él te dará lo mejor.
A ti que estás a punto de tomar esa importante decisión; pero algo en tu interior no se encuentra aun alineado, el Señor tu Dios te dice: “Espera un poco más y te daré cómo siempre lo mejor.”
Mientras tanto has memoria de todas las veces que Él lo ha hecho. De todas las maravillosas sorpresas que te ha dado, de todas las bendiciones que siempre a tiempo te ha enviado. Pero sobre todo recuerda que Él siempre lo hace.

“Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará.”

Salmos 37:5 (Nueva Versión Internacional)
Autor: Richy Esparza

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