martes, 30 de agosto de 2011

Coronilla a la Divina Misericordia (revelado a Santa Faustina Kowalska)


    (SE REZA COMO UN ROSARIO COMÚN)




  1.       La señal de la Cruz: En el nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo. Amén.




    2.      Oración Inicial: Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de la misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros. Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.


    3.      Padre Nuestro: Padre Nuestro, que estas en el cielo, santificado sea Tu nombre; venga a nosotros Tu reino; hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación; y líbranos del mal. Amén.


    4.      Ave María: Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


    5.      Credo de los Apóstoles: Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.


    6.      En las cuentas grandes del Padre Nuestro: (antes de cada decena) Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestro pecados y los del mundo entero.


    7.      En las 10 cuentas pequeñas de cada decena: Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.


    8.      Repita el “Padre Eterno” y “Por su dolorosa Pasión”: (números 6 y 7) Hasta completar 4 decenas más.


    9.      Después de cinco decenas, la doxología final: (tres veces) Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.


    10.  Oración Final: Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a tu Santa Voluntad, que es el Amor y la Misericordia misma. Amén.

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sábado, 27 de agosto de 2011

Oración de sello con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor (Inspirada al Padre Salvador Herrera)

Señal de la Cruz.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

Jaculatoria.
Dios mío ven en mi auxilio, Señor, date prisa en socorrerme.

Invocación.
Invoco la poderosa protección de la Preciosísima Sangre redentora de Cristo, Rey del universo y Rey de México.

Oración de Sello.
En el nombre de Dios Padre, en nombre de Dios Hijo y nombre de Dios Espíritu Santo, sello y protejo con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor, mi consciente, inconsciente, subconsciente, mi razón, mi corazón, mis sentimientos, mis sentidos, mi ser físico, mi ser biológico, mi se psicológico, mi ser material y mi ser espiritual. Todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que puedo, todo lo que se y todo lo que amo, queda sellado y protegido con el poder de la Sangre de Jesucristo el Señor. Sello mi pasado, mi presente y mi futuro, sello mis planes, proyectos, sueños, ilusiones, viajes, enfermedades, todo queda sellado y protegido  con el poder de la Sangre de Jesucristo el Señor. Sello mi persona, mi familia, mis posesiones, mi árbol genealógico; todo queda sellado y protegido, con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor. Me escondo en la llaga del costado herido de Jesús, me escondo en el corazón inmaculado de la Santísima Virgen María, amén, amén, amén.

Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Canto.
Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre, que se entrega por vosotros los hombres,
 Tomad y comed todos de él.

Consagración a San Miguel Arcángel.
Arcángel San Miguel, hoy nos consagramos a ti, te confiamos todo nuestro patrimonio presente y futuro, bajo tu poderosa protección. ¡Oh gran príncipe del cielo!, fidelísimo defensor de la Iglesia de Dios, Santo Arcángel Miguel, henos aquí cada día mas en la aflicción; el combate que tu comenzaste en el cielo, continua en la tierra; la gran apostasía de Dios, está arrojando mas almas al abismo del infierno; la Santa Iglesia, no solamente es perseguida desde afuera, sino lo que es más peligroso todavía, es atacada en su interior, por sus enemigos, la viña del Señor, esta descuidada. Con humilde confianza en tu bondad y en el poder de tu auxilio, nos presentamos en compañía de nuestro Ángel de la Guarda y del Ángel Protector Custodio de la Nación Mexicana, para entregarnos a ti; se tu nuestro patrono, protector especial e intercesor, defiéndenos de todos los ataques del enemigo maligno, especialmente en el combate de las tentaciones contra la fe y la pureza, guárdanos de la perdición del pecado, guarda en nuestra alma, la paz en la hora de la muerte y guíanos seguros, a la casa Paterna del cielo, amén.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha, se nuestro amparo contra la asechanzas y perversidades del demonio, que Dios lo reprima, son nuestra humildes suplicas, y tu príncipe de la milicia celestial, con el poder que el Señor te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas; te rogamos, protege de manera especial a las almas de nuestros antepasados, familiares, pero también a las almas de aquellos que nos precedieron en los orígenes y fundación de nuestra patria: Los indígenas, españoles, mestizos, criollos, que se encuentran en el purgatorio. Amén.

Salutación a la Virgen María.
¡Salve reina de los cielos y Señora de los ángeles!, ¡Salve raíz!, ¡Salve puerta!, que dio paso a nuestra luz, alégrate Virgen Gloriosa, entre todas la más Bella; ¡Salve Agraciada Doncella!, ruega a Cristo por la almas que se encuentran en el purgatorio de nuestras familias, protege y ayuda a todas las almas de aquellos que nos precedieron en  los orígenes y fundación de nuestra patria: Los indígenas, los españoles, los mestizos, los criollos, más necesitadas de su Divina Misericordia.
            Dulce Madre, por el amor que me tienes, intercede por estas oraciones ante el Trono de Dios, para los nueve coros celestiales efectúen en mí y en nosotros, transformaciones y cambios necesarios. Madre Inmaculada, envíanos el auxilio de tus legiones celestiales, para que bajo tú mandato y poder, persigan a los espíritus infernales, luchen contra ellos, nos defiendan, contra sus ataques los venzan y los arrojen nuevamente al abismo, impidiéndoles regresar: A mí, a los míos, a nuestra patria, en cualquier tiempo o lugar. Madre de Misericordia, que sean enviadas las Jerarquías Angélicas en auxilio de todas las almas purgantes, de los sacerdotes, religiosos, monjas, laicos consagrados, que cometieron sacrilegios y blasfemias o rompieron sus promesas y votos hechos a Dios a través de la Iglesia Católica, amén.

Canto.
Jesús, Jesús, Tu eres el pan que da al mundo vida eterna.
Señor, Señor, yo creo en Ti, yo espero en Ti, Señor.

Petición a San Miguel Arcángel.
San Miguel Arcángel, que por tu obediencia a Dios, recibiste de Él, la fuerza y el poder, para derrotar al rey de los hijos del orgullo, la altivez, la soberbia, te suplicamos para que nos ayudes, para que también sean vencidos, en mi, en nuestra familia, en nuestra patria, protege y ayuda a todas las almas que se encuentran en el purgatorio, especialmente pedimos por las de nuestras familias, pero también por las almas de aquellos que nos precedieron en los orígenes y fundación de nuestra patria: Indígenas, españoles, mestizos, criollos, que se encuentran en el purgatorio.

  Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Canto.
Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre, que se entrega por vosotros los hombres,
 Tomad y comed todos de Él.

Petición a San Gabriel Arcángel.
San Gabriel Arcángel, mensajero de Dios, abre nuestra comprensión, para que podamos vivir con el Espíritu Santo en la verdad; ayúdanos para que podamos entender las revelaciones, que Dios haga a nuestra alma, intercede, junto conmigo por las almas de nuestra familias y las almas de aquellos que nos precedieron en los orígenes y fundación de nuestra patria: Los indígenas, los españoles, los mestizos, los criollos, etcétera, que se encuentran en el purgatorio.

Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Canto.
Jesús, Jesús, Tu eres mi paz, eres mi gozo y mi alegría.
Señor, Señor, yo creo en Ti, yo espero en Ti, Señor.

Petición a San Rafael Arcángel.
San Rafael Arcángel, curación y bálsamo divino, te rogamos sanes las heridas de mis pecados y las de todas nuestras familias, las heridas de los pecados de nuestros antepasados, las heridas de los pecados de aquellos que nos precedieron en los orígenes y fundación de nuestra patria: indígenas, españoles, criollos, mestizos, etcétera, que se encuentran en el purgatorio.

Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Petición al Santo ángel de la guarda.
Santo ángel de mi guarda, centinela, servidor de  Dios y mío, protégenos y llévanos en tus manos, para que no tropiecen nuestros pies en piedra alguna, que tampoco seamos nosotros, piedra de tropiezo, en la vida de otras personas.

Gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.

Canto.
Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre, que se entrega por vosotros los hombres,
 Tomad y comed todos de Él. 
 
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martes, 23 de agosto de 2011

Hoy… Proyectaré El Amor de Dios

Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los
otros, pues el amor cubre multitud de pecados.  1 Pedro 4:8
El amor de Dios no se irrita (firmemente paciente, no se exaspera fácilmente).
Aunque la ira de Dios viene contra el pecado, que arruina las vidas de Sus hijos, Él nunca se exaspera con nosotros. Nunca se sale de Sus casillas ni cruza los límites por lo que hacemos.
Tarde o temprano esperamos que diga: “Se acabó; hasta aquí llegué contigo.” Si tuvimos padres terrenales que explotaban en cólera, nos imaginamos que Dios va a fastidiarse y a enfurecerse, y que va a hacer descender relámpagos sobre nosotros. Pero no lo hará. Jamás.
El Amor de Dios es Perdonador (olvidadizo, no le importan los errores).
Dios no vive contemplando  las cosas que hemos hecho para decepcionarlo o para lastimarlo; más bien, elige conscientemente hacerlos a un lado para que Su corazón esté lleno sólo de los recuerdos placenteros de nosotros. En realidad, echa nuestros pecados tras Su espalda donde no pueda verlos (Isaías 38:17). Puesto que estamos tan conscientes de todas las veces que Le hemos llevado nuestros pecados, parece razonable esperar que Él nuevamente nos los traiga de regreso. Pero no lo hace. Jamás.
El Amor de Dios Justo (concentra su atención en lo bueno, no en lo malo).
Dios no se deleita cuando algo doloroso o triste nos sucede; tampoco considera con satisfacción que nos lo merecemos. Él se regocija con cada oportunidad que tiene para poder cambiar tus circunstancias de tal modo que todo te resulte verdaderamente bien. A nosotros los humanos se nos hace difícil no fijarnos en  las cosas malas que los demás hacen.
Aunque nosotros no queremos pagar las consecuencias de nuestras acciones, fácilmente opinamos que las otras personas sí deberían hacerlo. Dios, por otra parte, hace que el sol brille en todas las personas, sin importar lo que merecen.
El Amor de Dios es Verdadero (misericordiosamente encubridor, no exhibe).
Dios sabe y ve todo en nuestras vidas, incluyendo todos nuestros íntimos pensamientos y nuestro comportamiento pasado, pero en lugar de sacar a relucir todas esas realidades vergonzosas vez tras vez, Él les pone un techo y las cubre en silencio.
Si hay alguien que puede reportar nuestros malos actos y exhibirnos, es Dios. Sin embargo, la verdad de Su amor cubre multitud de violaciones y errores en nuestras vidas (1 Pedro. 4:8).
No esconde las cosas para tenerlas encubiertas. Las encubre para liberarnos de su poder humillante.
Hoy por lo tanto proyectaré ese amor divino desde mi corazón a quienes me rodean.
Señor, ese amor tuyo es impresionante, guía y fortalece. Ayúdame a proyectarlo en mi diario vivir. En el Nombre de Jesús. Amén.
Dr. Daniel A. Brown.
Disfrute Tu Diario Vivir.

miércoles, 17 de agosto de 2011

LA SANGRE DE CRISTO TIENE PODER

“Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz.
En el mundo tendréis aflicción; Pero confiad, yo he vencido al mundo”.
Juan 16:33
Nada hay más triste en la vida que sentirse solo, desamparado, abandonado, traicionado, desilusionado, confundido o abatido; pero somos necios y a veces de dura cerviz y caemos en estos estados de tristeza, de depresión y de abatimiento, que nos debilitan y nos quitan las ganas de seguir luchando y seguir peleando.
Hoy, para mi fue uno de esos días, me levanté con alegría y mucha paz, aunque sabia que seria un día decisivo para mi futuro inmediato y lo primero que leí antes de salir fue este versículo; ya El Señor sabia de antemano lo que iba a recibir y el dolor que me iba a causar, pero me estaba preparando para recibir el golpe y aguantar….asimilarlo y luego seguir adelante, como si nada, porque la vida no se detiene, el mundo no se detiene y el tiempo no se detiene; luego en el camino iba reflexionando en este versículo y me decía a mi misma: “Si Jesús, el que ha vencido al mundo, es el que esta en mi, yo también puedo vencer al mundo y todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Así que cuando recibí la noticia, sentí el golpe y confieso que me dolió, pero me levante, camine en mi oficina, tomé aire y respiré profundamente por tres minutos, me calmé y me dije: “Bueno, al menos ya terminó esta espera y ahora no debo tomar ninguna decisión, pues mi entendimiento esta afectado por las emociones y no seria prudente, vamos a esperar este resto de semana y mientras tanto, analicemos que ha pasado, que salió mal y como podemos mejorar, antes de emprender una nueva búsqueda”
Y es que la vida no es fácil para nadie, todos tenemos aflicciones, diferentes problemas y retos que afrontar cada día, pero la diferencia entre un creyente, hijo de Dios y un incrédulo, es que nosotros NO estamos solos; Jesús está en nuestro corazón, su oído está cercano a nuestras suplicas y su corazón esta dispuesto a tendernos siempre una mano, para no dejarnos caer o para levantarnos si caemos.
Este Devocional se titula: La Sangre de Cristo tiene Poder – porque es así, así lo creo y así debemos creerlo, porque la sangre de Cristo tiene el poder: de sanar, de restaurar, de fortalecer, de perdonar, de limpiar y nosotros tenemos ese poder, Cristo lo dijo y solo tenemos que creerlo y apoderarnos de su poder, empoderarnos o llenarnos de ese poder, para vencer al mundo, siempre con el estandarte de la verdad por delante, cuéstenos lo que nos cueste y gústele a quien le guste.
Y cuando digo que caemos en trampas de depresión del enemigo porque somos necios y de dura cerviz, es porque desconocemos, no aplicamos, no creemos o no confiamos en ese inmenso poder que tenemos en Cristo y que nos ayuda en cada paso, no sabemos apoderarnos del poder de Su sangre y no sabemos como cubrirnos con ella.
La Palabra de Dios, así como su sangre, tiene poder y uno se empodera, se llena de ella, DECRETANDOLA, HABLANDOLA, RECITANDOLA en voz alta, con poder, con fuerza, que se oiga el cielo y en la tierra, que la oigan los ángeles y los demonios y ACCIONANDO, poniendo por obra, lo que dice la Palabra, obedeciendo, clamando y orando al Dios de nuestra Salvación, quien conoce nuestras necesidades, aun antes de que abramos la boca y quien tiene misericordia de nosotros.
Porque nosotros no sabemos porqué suceden las cosas, ni lo que hay mas adelante en nuestro camino, pero Dios, que es Dios en los cielos y también en la tierra y en nuestra vida, Sí lo sabe, lo ve y lo conoce y a lo mejor nos tiene algo mejor, o nos esta librando de algo.
Para concluir, quiero compartirles que la mala noticia, al final fue una buena noticia, porque puedo seguir con los planes de estudio que Dios tiene para mi; si miramos las cosas desde otro ángulo, buscando siempre lo bueno y lo perfecto que viene de Dios, entonces nos damos cuenta que en vez de llorar o sentirnos heridos, debemos dar gracias a Dios por sus sabias decisiones.

Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Jeremías 29:11
Autora: Hefzi-ba Palomino

sábado, 13 de agosto de 2011

ESPERAR EN DIOS


Esperar en ti, Difícil se que es,
Mi mente dice no, no es posible,
Pero mi corazón,
Confiado esta en ti,
Tú siempre has sido fiel,
Me has sostenido.
Y esperare, pacientemente
aunque la duda me atormente
yo no confió con la mente
lo hago con el corazón.
Y esperare en la tormenta
aunque tardare tu respuesta
yo confiaré en tu providencia
Tú siempre tienes el control.
Canción de Jesús Adrian Romero.
Hoy me siento feliz, confiada y esperanzada en el Dios de mi Salvación y mientras espero una respuesta positiva para mi vida, de mi boca brota esta canción que en primer lugar me ministra a mi y quiero que te ministre a ti; de verdad es una canción hermosa que nos enseña como esperar en Dios.
Esta mañana, cuando salía a trabajar, le pedí a Dios que me enseñara como esperar en El, sin estar ansiosa, sin ser demasiado optimista, por si la respuesta no es la que espero, no me desgarre mi corazón, no me desilusione y en términos generales no me decepcione; pero la pregunta es: como esperar algo por fe, (la fe es tener la certeza de lo que se espera) pero al mismo tiempo ser realista y saber que las posibilidades siempre son, definitivamente, Si o No, después o tal vez esperar, porque todavía no es el tiempo y sobre todo sin dudar y sin ser pesimista, porque el que duda no agrada a Dios y ante todo hay que evitar caer en la trampa del pesimismo, pues éste es una mala influencia para el alma y para el espíritu, es como un virus que va invadiendo nuestro ser, contaminando y matando nuestra esperanza, nuestro optimismo, nuestro gozo y la felicidad y la paz que tenemos en Cristo-Jesús.
Este es el punto: la mente siempre esta allí macerando las ideas, las probabilidades, generando pensamientos que producen sentimientos de ansiedad, de stress y de impaciencia, pero la clave es no confiar con la mente, sino con el corazón, es allí donde está nuestra fortaleza, nuestra fe, nuestra esperanza, nuestra fidelidad, nuestros afectos y nuestro amor.
Dale tu corazón a Dios y siempre fíate de El y espera en El, pues como dice la canción: “aunque tardare tu respuesta, yo confiare en tu providencia, tú siempre tienes el control” y guarda tu corazón, porque es de el que mana la vida. (Prov. 4:23) y es en nuestro corazón y nuestra mente que Dios graba su palabra, como lo prometió en Jeremías 31:33 y en Ezequiel 11:19 y 18:31 y canta, canta, y sigue cantando, pues la alabanza es ofrenda de olor fragante a Dios y mientras tu cantas, el poder de la palabra, te ministra y hace lo que Dios desea que haga en tu vida.

Espera en él en todo tiempo, oh pueblos.
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio.

Salmo 60:8
Autora: Hefzi-ba Palomino

martes, 9 de agosto de 2011

¡Levántate y Lucha! – Carta Especial

Sé que a veces quisieras rendirte, se que a veces piensas que no podrás, que todo está perdido y que sobre todo las fuerzas se te han terminado.
Te he visto llorar cuando te has sentido incapaz, he visto pensativo los últimos días, he visto como has querido disimular que te sientes mal en muchas ocasiones.
Sé que a veces ríes mientras quieres llorar, se que tratas de cuidar tu imagen porque no quieres que los demás dejen de verte como esa persona fuerte que eres.
Sé que tienes muchos conflictos internos, se que a veces piensas que no cumpliré mi promesa, se que a veces piensas que me he alejado de ti y en muchas ocasiones crees que por tus errores no mereces que te conteste.
Yo conozco todo de ti, se quién eres, conozco tu corazón sincero, se que muchas veces quisieras ser más fuerte, pero cedes, se que muchas veces quisieras agradarme, pero fallas en el intento. Te he visto cuando fallas, veo la angustia que hay en tu corazón por haber hecho lo contrario, se lo arrepentido que estas y sobre todo sé que me amas con todo tu corazón.
Yo lo sé todo, porque morí por ti, porque vivo en ti, porque eres mío, porque a donde vayas te acompaño, y en tus momentos de tristeza y soledad, he estado sentado junto a ti.
Sé que en muchas ocasiones te has olvidado de mí, has pasado en algunos momentos de tu vida sin comunicarte conmigo, pero aun así, yo te sigo amando porque mi amor por ti es eterno. Yo te espero cada mañana al despertar, te acompaño en tu diario andar, te cuido, te protejo y cada noche estoy ansioso por escucharte hablarme y aunque a veces el cansancio o el stress del día te ganan la partida, estoy allí para cuidar tus sueños y darte el descanso que necesitas, soy Fiel a ti, porque te lo prometí, nunca te he dejado ni lo hare, por favor, no me dejes tu, quiero que me acompañes por toda la eternidad, quiero escucharte hablarme con esa sinceridad que lo sabes hacer.
Anhelo oírte cantar, me fascina oír tu voz sincera; cuando esas lagrimas de gozo salen de tus ojos son mi alimento, puedo verte feliz verdaderamente cuando te rindes a mí, esos momentos íntimos que hemos pasado son los mejores que seguramente has vivido, y en cada uno de ellos te he recordado lo mucho que te amo y lo mucho que estaré siempre contigo.
¡Vamos! No te rindas ahora, yo he prometido estar contigo siempre, no te dejare, ni te desamparare, ¡Levántate! Vuelve a comenzar, porque yo te mostrare cosas grandes y maravillosas que aun no has visto, solo sigue luchando, jamás creas que estas solo, ni mucho menos que te abandonare, Yo jamás te dejare.
Hoy solo quería recordarte lo valioso y valiosa que eres para mi, ¿Te sorprende?, ¿Por qué? Solo quiero mostrarte que no me he olvidado de ti, que para mi eres mi especial tesoro, la niña de mis ojos, te veo y sonrío, porque veo en ti lo que tú no puedes ver aun, lo que tengo preparado para ti es algo más maravilloso de lo que en algún momento pensaste, porque te amo, porque vales mi sangre.
Yo solo quiero pedirte que te levantes y luches, no te des por vencido, no te rindas, que las presiones de la vida no te derroten, que las circunstancias que estas pasando no te desanimen, si me tienes a mí de tu lado, entonces ¡Vamos a vencer!, tu eres victorioso en mí, porque yo te he dado la victoria, no le temas al mundo, porque Yo ya lo he vencido.
¡Levántate y Lucha!, muéstrame que me amas luchando, yo estaré allí para sostener tus brazos, para darle fuerza a tus piernas para no dejarte caer, para respaldarte en la batalla, solamente ¡Levántate y Lucha!
Tranquilo, tranquila, solo déjame abrazarte, déjame hacerte sentir que soy Yo quien está a tu lado en este momento, quiero que sientas lo mucho que te amo y lo mucho que estoy dispuesto a hacer en ti, si me lo permites.
Déjame acariciar tu cabello, déjame recostar tu cabeza en mi hombro, déjame cubrirte en un abrazo, besarte la frente, verte a los ojos y decirte: “No te voy a dejar nunca”.

Te amo y siempre estaré allí a tu lado

Con el amor más puro que pudiera existir

Jesucristo

Autor: Enrique Monterroza

jueves, 4 de agosto de 2011

¿Exigir a Dios o convertirme a Él? Dos modos de entender la oración

El Santo Padre, basándose en la figura del profeta Elías, nos ofrece en su catequesis varios elementos valiosos a tomar en cuenta para nuestra oración.

1. Dos modos opuestos de dirigirse a Dios y rezar:

a) El equivocado: es el modo que siguen los profetas de Baal. Ellos rezan a su Dios (Baal) como si pudieran disponer de él a su antojo, obligándolo a hacer lo que ellos quieren que haga (encender milagrosamente el fuego del sacrificio). La oración para ellos es un ejercicio personal por el cual, a través de sus propias fuerzas, quieren provocar la respuesta de Dios. La actitud de fondo en este modo de dirigirse a Dios es “yo merezco que tú actúes como deseo”. Es el peligro que también nosotros experimentamos cuando exigimos a Dios que nos cumpla “porque no hemos hecho nada malo”. En realidad, en esos momentos la oración está centrada en nosotros mismos, en lo que deseamos nosotros... y no en lo que Dios quiere de nosotros.

¿Por qué tenían tanto éxito los ídolos en esas religiones? En lenguaje bíblico, “ver” significa “comprender”, y “comprender” tiene como consecuencia la posibilidad de “dominar”. Construyendo imágenes visibles de los ídolos, los humanos se aseguraban la posibilidad de dominarlos a su antojo. De ahí la prohibición en Israel de construir imágenes de Dios, porque a Dios, en último término, no se le puede “dominar”.

b) El correcto: es el que sigue el profeta Elías, quien invoca la misericordia gratuita de Dios. Entra en el Corazón de Dios para hacer manifiesto lo que Dios quiere. La actitud de fondo en este modo de dirigirse a Dios es “no merecemos tu amor, pero tú te has comprometido a ser fiel con nosotros”. Es la misma actitud de David en el Salmo 50, después de arrepentirse de su pecado. Esta oración está centrada en lo que Dios quiere... no en lo que nosotros deseamos. Ya lo dice el Papa: el objetivo primario de la oración es la conversión: el fuego de Dios que transforma nuestro corazón.

2. El hombre es protagonista en la oración:

Elías hace participar al pueblo en su oración, como diciendo “necesito que vosotros también recéis”. No reza él solo. El verdadero intercesor en la oración es el que logra llevar a la verdadera oración a otras personas y a hacerles comprender su necesidad. ¿No escuchamos muchas veces frases como “yo no rezo porque mi abuela ya reza muchos rosarios por mí”? Cada uno debe ser protagonista en la oración sin caer en el error de apoyarse exclusivamente en la oración de los demás descuidando la suya propia

Autor: P. Francisco Armengol, L.C | Fuente: www.la-oracion.com
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