miércoles, 22 de febrero de 2012

LOS OJOS DE LA FE

Hace algunos días mientras iba caminando por la calle, se dirigía un ciego hacia la misma dirección que yo, mientras lo observaba caminar delante de mi, no dejaba de sorprenderme su capacidad para dirigirse a donde iba con toda seguridad, pues parecía no importarle cuanto había alrededor de él, solo caminaba y caminaba a su destino, en momentos de detenía a lo que parecía escuchar el sonido de las avenidas, que era lo que le avisaba que estaba por cruzar una calle y continuaba su camino.
Después de eso, no pude evitar comparar la vida espiritual con la situación de un invidente, pues venia a mi mente el versículo de la Biblia que dice: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de los que no se ve” Hebreos 11:1
Si comparamos nuestra fe, con la vida de un ciego, podemos darnos cuenta que son muy parecidas, cuantas veces nos encontramos en situaciones donde no vemos claro, estamos confundidos en oscuridad sobre algo en particular, momentos donde no vemos la respuesta y no podemos sentir mas que desesperación, incertidumbre, o miedo al no saber hacia donde nos dirigimos, mas sin embargo, así como el ciego hace uso de sus demás sentidos, como el oído y el tacto, principalmente; así nosotros tenemos oídos y tacto espirituales, contamos con la guía de Dios y por medio de los ojos de la fe, nos lleva a lugares inimaginables.
Muchas veces perdemos el tiempo mirando hacia alrededor, para saber cuándo y cómo llegaremos a un destino que Dios ya tiene trazado, y caemos en la desesperación, ¿Te imaginas que pasaría si un ciego caminara desesperado por las calles? Yo creo que para empezar seria más difícil encontrar el rumbo, tal vez su desesperación lo llevaría por un camino equivocado, o peor aun, sufrir algún daño.
Caminar en fe, es tener en cuenta que aunque por momentos vamos caminando a oscuras, sabemos que nos dirigimos a un lugar a salvo, lugar que Dios se encarga de preparar, si le hemos pedido algo, podemos estar seguros que nos llevara mucho mas allá de lo que pudimos imaginar, que no vamos caminando solos, sino que su mano nos lleva por un camino seguro, que aunque a veces es difícil ante la vista humana, ver con los ojos de la fe es mas sencillo.
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Hebreos 11:3
A veces por naturaleza nos cuesta trabajo creer sin ver, queremos saber que hay detrás de lo que no vemos, pero la fe es un voto de confianza a Dios, una forma de aceptar que por difícil que parecen las cosas Él tiene el control de todo, y jamás te llevaría por un camino equivocado, ni a un lugar de sufrimiento, creemos en quien amamos, le entregamos nuestra confianza, aun a pesar de que sabemos que como humanos pueden fallarnos, ¡Cómo no confiar en Dios que es perfecto y todopoderoso!

Dale a Dios un voto de confianza, deja que sea quien te dirija en ese camino que hoy puede parecer incierto y lleno de oscuridad, mira por donde vas, pero con los ojos de la fé.

Autora: Maite Leija

martes, 7 de febrero de 2012

CUANDO UNA PUERTA SE CIERRA Y TU SUEÑO ES ROTO

Isaías 55.8  Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.     

Todas las personas en la vida tenemos sueños que esperamos algún día alcanzar; ya sea una carrera terminada, un buen trabajo, formar un hogar, tener una familia, una empresa, o un negocio propio; en fin, sueños que deseamos cristalizar. Cuando jóvenes no miramos los obstáculos o barreras que nos impidan llevar a cabo un ideal, nos esforzamos por lograrlo, incluso aun cuando ya somos personas con una determinada edad, nos trazamos metas y luchamos por llegar. Sin embargo, ¿Que sucede o como reaccionas cuando este sueño o ideal es roto? ¿Cuándo tus planes no son los de Dios? ¿Qué pasa por tu mente y que sientes en tu corazón? No se si has pasado por este trance alguna vez o lo estas pasando en este momento. Como humanos pensamos que todo lo que hicimos de nada sirvió, que fue un tiempo perdido, una mala inversión, que lo mejor es dejar todo y darse la vuelta para encaminar nuestros pasos en otro sendero; llega a nosotros el desaliento, la frustración, la ira, el llanto, y hasta el punto de quitarse la vida para ya no padecer esta decepción ( sobretodo si se trata de una decepción amorosa); entramos en una etapa de depresión, sentimos o creemos que todas las puertas o posibilidades ya están cerradas, que ya no hay ninguna salida y que en realidad ya nada vale la pena. El sueño sobre el cual habíamos puesto todas nuestras energías, y esperanzas de pronto se esfumo así como así; en nuestro corazón se produce una gran herida que duele demasiado y no nos permite ver más allá de nuestro fracaso o tropiezo. Muchas personas ante esta situación deciden refugiarse en el alcohol, en pastillas antidepresivas o bien consultan a los psicólogos, y en el peor de los casos visitan a un psiquiatra, para pedir ayuda. Situación difícil ¿verdad?
Déjame decirte algo importante y me gustaría que lo analizaras con detenimiento, con una mente lúcida, con frialdad. En el diseño que Dios tiene para tu vida, es probable que lo que tú anhelas no sea el anhelo de Dios, o bien, que tu mayor deseo no sea el deseo de Dios para ti. Te lo pongo de esta manera: quizás el chico o la chica de la que estabas enamorado/a y que pensabas era el amor perfecto para ti, en el diseño de Dios no lo era; quizás el proyecto sobre el cual tú invertiste tiempo, esfuerzo y hasta dinero y pensaste que sería tu máximo logro, Dios no lo considera así; ¿sabes porque? Porque quizás esa personita en cual depositaste tu amor, a la postre te iba a hacer infeliz o te iba a fallar en todos los sentidos o bien iba a ser una piedrota de tropiezo, que en vez de hacerte la vida llevadera, sería tu mayor dolor de cabeza y que lejos de amarla la terminarías odiando y arrepentido de haberla conocido. Quizás ese proyecto o carrera no te convenía porque sería tu perdición, si así como lo lees, tu perdición porque quizás serviría para incrementar tu ego, y ese te sacaría de la realidad en que vives. Recuerda que la fama provoca mareos a quienes no saben sobrellevarla. Es por eso que Dios en su infinita sabiduría procura para sus hijos lo bueno, lo perfecto y lo agradable. Si meditas en lo profundo de estas tres cosas que Dios quiere para nosotros verás que solo desea lo mejor para ti y para mi. Lo bueno (que no provoque en ti ningún mal o dolor), lo perfecto (el disfrute de un estado ideal), y lo agradable (que llene tu alma y tu corazón de paz y felicidad).
Por eso mi amigo o hermano quiero decirte que si una puerta se cerró, no te preocupes es por que Dios así lo dispuso, pero ten fe y paciencia porque Él te abrirá otras mejores; si esa persona se alejó de ti, dale gracias a Dios por que Él provocó esa separación, ya que tiene a alguien especial y mejor para ti, que en verdad te hará feliz. Recuerda que en el camino del Señor nada se considera perdido o inútil, sino todo lo contrario, todo ayuda para bien dicen las Sagradas Escrituras.
Así que ánimo y a echarle para delante, que el Espíritu de Dios nos da poder, valor y dominio propio; confía en el Señor que Él quiere hacer de ti un guerrero conquistador, un triunfador por excelencia y sobre todo un hombre o mujer lleno de sabiduría, amor y paz; sabemos que en Cristo Jesús todo lo podemos porque Él nos da la fortaleza para continuar en la lucha diaria, y aun cuando el panorama pinte tenebroso, debemos confiar que con el poder de Dios saldremos victoriosos.

Te dejo con esta reflexión que alguien en un momento de desesperación por la que atravesaba trajo a mi vida: Tu eres como un barco de vela que deseas llegar a la orilla, y el aire es el Espíritu Santo, que al soplar hincha la vela y lo impulsa hacia adelante para llegar a su destino; cada vez que el sopla avanzas ¿entendiste? Avanzas no dice retrocedes, porque el impulso es hacia adelante, jamás será hacia atrás; porque debes entender que un triunfador mira siempre hacia adelante, mientras que un fracasado siempre estará mirando hacia atrás, en lo que fue y no en lo que será. Espero que ahora tu autoestima sea levantada y pide a Dios que te de la prudencia y sabiduría para tomar decisiones importantes en tu vida.

Autor: Victor Culebro

viernes, 3 de febrero de 2012

¿Cómo corresponder al amor de Dios?

¿Alguna vez te has preguntado como es que Dios tiene tanto amor para dar, muy a pesar de que no siempre es correspondido de la misma manera, como es tan grande ese amor que aun que con errores y defectos pareciera que no los nota, como es que siempre, sin importar lo que hacemos no deja de amarnos? Pero mas aun ¿Cómo podemos corresponder a un amor tan grande como el que Dios nos tiene?
La respuesta  es simple, “aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”  Lucas 10:27
1- Amar con el corazón 
La biblia dice que del corazón proviene lo que hablamos con nuestra boca, ahí en el corazón es donde nosotros guardamos toda clase de sentimientos, sean buenos o malos, si algo hay en nuestro corazón se ve reflejado en lo que hacemos y decimos, tiene que haber un corazón limpio delante de Él para poder decir que le amamos con el corazón.
2- Amar con el alma
El alma en esa parte que se encarga del comportamiento, de cada persona, abarca las emociones, los sentimientos, y la voluntad, entonces decimos que amamos con el alma cuando amamos con todos los sentidos, cuando amamos a Dios por decisión y por convicción.
3- Amar con todas tus fuerzas
Amar con dedicación, con esfuerzo, amar a Dios con una decisión tan clara que nada es más importante que amarle, que hacer que se sienta bien con nosotros, esforzarse en amarlo mas cada día, con todos los sentidos, con toda la seguridad de que es lo menos que podemos hacer para agradecerle tanto amor hacia nosotros.
4- Amar al prójimo como a si mismo.
Lo que corresponde a amar al prójimo, no dice amar a tu buen prójimo, y al malo no, ni amar a los que te caen bien y a los que te han hecho daño no, es un sentimiento de amor generalizado, hacer el bien, sin importar a quien, si Dios nos ama con errores y defectos, ¿Quién seremos nosotros para no amar a todos por igual? ¿si en ocasiones también le fallamos, y Él nos sigue amando, porque dejar de amar a quien no ha actuado como esperamos?  Y aun mas amar como a nosotros mismos es hacer eso que haríamos para nosotros, tan sencillo como hacer por otros lo que quisiéramos para nosotros.
La única manera de corresponder al amor tan grande de Dios hacia nosotros es amándolo de la misma manera que Él nos ama, como la manera que Él nos pide que lo amemos, no hay nada mas con que pagar ni corresponder a un amor como el de Dios, no hay un amor similar a ese, no hubo ni habrá alguien que nos pueda amar tanto como nos ha amado Él.

Si alguna vez también te has preguntado como se corresponde a un amor como el de Dios, esta es la manera mas clara en que podemos hacerlo amándolo como nos pide que lo amemos, no es difícil, solo basta con tener presente todo lo que ha hecho por nosotros, como es que ha llenado esos vacíos que nadie mas puede llenar, porque no hubo, no hay y no habrá alguien que nos ame más de lo que Él nos ama.

Autora: Maite Leija
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