Los últimos días has andado pensando si realmente fuiste llamado para eso que tanto te apasiona o si realmente no. A tú mente han venido muchos pensamientos que te quieren llevar a pensar que esto no es lo tuyo.
Te has sentido mal, hay una
inconformidad rondando tu corazón, han sido días en los cuales se te ha
visto muy pensativo y poco a poco la sonrisa de tu boca se ha estado
borrando.
Quizá quisieras ver mejores resultados
en lo que haces, a veces quisieras que las cosas fueran diferentes a
como son actualmente; no ver lo que te gustaría ver te hace pensar
también que quizá no fuiste llamado para esto.
Durante días has andado en tu mente la intención de renunciar a esto que en su momento fue uno de tus mayores logros, a pesar que no quisieras hacerlo, hay algo que te está impulsando a renunciar y dejar a un lado lo que tantas alegrías te ha dado.
Mientras ni
siquiera lo esperabas, Dios te trajo acá, quito todo prejuicio de tu
mente y corazón, dispuso todo tu ser para ser receptible a un mensaje
tan sencillo, pero a la vez profundo porque quedara marcado en tu
corazón, Él te dice este día:
“Ustedes no fueron los que me eligieron a mí, sino que fui yo quien los eligió a ustedes…”
Juan 15:16a (Traducción en lenguaje actual)
¿Por qué dudas de tu llamado?, ¿Por qué quieres renunciar?,
¿Por qué tirar la toalla ahora?, ¿Acaso no fue Dios mismo quien te
llamo y te puso allí?, ¿Te duele las críticas?, ¿No ves los resultados
que quisieras ver?, ¡Descansa!, porque Dios te quiere recordar algo
importante:
“te he llamado desde los confines de la tierra, diciéndote: “Eres mi siervo”. Pues te he escogido y no te desecharé”.
Isaías 41:9 (Nueva Traducción Viviente)
Amado hermano, amada hermana, fue Dios
quien un día te vio y mas allá de ver en ti los defectos que tenias, Él
vio las virtudes que estaban en ti, que al ser desempolvadas y puestas
en práctica para su obra seria de
mucha utilidad. Ese mismo Dios que te vio, te llamo, te perdono y te
puso allí, ese mismo Dios es el que hoy te dice: ¿Por qué dudas de tu
llamado?
Fue Él quien te llamo y te puso allí,
las criticas que puedas recibir no te las hacen a ti, se las hacen a Él
quien fue quien te puso en ese lugar, quien creyó en ti, quien te ha
respaldado hasta el día de hoy y quien no te dejara, no te soltara, sino
que te ayudara.
“No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no
te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te
sostendré con mi mano derecha victoriosa”.
Isaías 41:10 (Nueva Traducción Viviente)
Hoy es un día especial para que
recapacites, para que te des cuenta lo bendecido que eres de haber sido
llamado por Dios para hacer lo que tanto te gusta hacer. Hoy es un
hermoso día para valorar lo que Dios ha hecho por ti y lo que tú ahora
quieres hacer por Él.
No dudes mas de tu llamado, porque
cuando Dios te vio, miro en ti la capacidad que tenias para realizar lo
que te puso a hacer, así que ¡Adelante!, ¡No te detengas! ¡Ve y haz lo
que Dios te mando a hacer!
No veas a ningún lado, no veas hacia
atrás, y si en algún momento te detienes que solo sea para tomar aire y
recobrar fuerzas, pero nunca para retroceder o rendirte, porque tú no
eres de los que se rinden, tú no eres de los que retroceden, tú eres de
los que avanzan frente a cualquier circunstancia que se te pueda
presentar, tú eres de los que siempre sacan algo bueno en medio de lo
malo, de los que han aprendido a valorar lo que Dios ha hecho, de los
que dejan que Dios los use como Dios quiera, de los que confían sin
dudar en que Dios cumplirá su propósito final en ustedes. ¡Vamos! ¡Sigue
Adelante!
Jamás dudes de su llamado, al contrario, siéntete doblemente bendecido por haber sido tomado en cuenta por Él para un trabajo específico.
¡Tú fuiste llamado por Dios!
Autor: Enrique Monterroza
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