Gálatas 6.9 “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”
Hace muchos años leí un poema muy hermoso del maestro Renato Leduc titulado ”El Tiempo”, aquí te cito una parte del mismo < <Sabia
virtud de conocer el tiempo; a tiempo amar y desatarse a tiempo; como
dice el refrán; dar tiempo al tiempo que de amor y dolor alivia el
tiempo>> Hablar de tiempo es hablar de
momentos, de espacios; nuestra vida está regida de tiempos, pasado,
presente y futuro, pero ¿ quién puede determinar o predecir su tiempo ?
Nadie, ya que nuestro tiempo le pertenece a Dios, Él es el único que
puede decidir en nuestras vidas.
Hablar de tiempo, indudablemente es
hablar de sabiduría, la cual proviene de Dios. El amor y la virtud (en
el antiguo testamento se relaciona con valor moral. En el nuevo testamento, se traduce como poder y fuerza)
son dos dones que Dios le otorga al ser humano por medio del Espíritu
Santo. Toda nuestra vida está o debe estar relacionada con el amor
dirigido hacia toda la humanidad y hacia todas las cosas creadas por
Dios; al observar detenidamente una flor, o bien una maravilla natural,
o al recibir una caricia o un beso del ser amado, despierta en
nosotros un hermoso sentimiento que es el amor.
El amar es una virtud ¿sabías tu eso? Ya que no todos saben amar;
amar significa valorar, apreciar, conservar, y todo esto se logra a base
de tiempo y de experiencias, a veces gratas y otras ingratas. Cuando
aprendemos a esperar el tiempo de Dios, estamos dejando que Él haga su
voluntad en nosotros y no interferimos en sus planes; quizás lo que Dios
haga en tu vida no sea de tu agrado, ya que lo que has recibido no es
lo que esperabas. < < En una ocasión un joven
evangélico le pidió al Señor que le concediera un milagro, anhelaba un
coche deportivo de lujo, este joven oró por este milagro por mucho
tiempo y persistió suplicándole a Dios para que le fuera respondida la
petición, en él había la Fe de que sería escuchado. Pasado el tiempo
Dios le respondió y le dijo que había escuchado su súplica y le concedía
lo que le pedía, al día siguiente le fue entregado un “vochito” de
modelo atrasado; al verlo el joven montó en cólera y fue a protestarle
en oración a Dios y le decía que no había entendido lo que le estaba
pidiendo, que lo que le estaba dando era una burla. A lo que Dios le
contestó que eso era lo más conveniente para él, ya que lo que deseaba
era que tuviera largura de vida y no que la perdiera por su falta de
madures e inexperiencia>>.
A lo largo de nuestra vida vamos
adquiriendo madures y nos volvemos más aptos en ciertas cosas, y todo
esto lo logramos a través del tiempo; las cosas no se dan de un momento a
otro, tenemos que aprender a esperar el momento propicio. Dios no creó
todo lo que existe en un solo día (aunque tenía el poder para hacerlo)
porque lo creó con sabiduría, se regocijó en lo que estaba haciendo; si
analizas bien las escrituras encontrarás que al último que creó fue al
hombre, si, a ti y a mí y ¿sabes porque? Porque fue y sigue siendo ¡¡ SU CREACION PERFECTA!! Aquí
hay un diseño divino, un plan preestablecido, una enseñanza que Dios
quiere que entendamos y apliquemos en nuestro diario caminar.
No podemos pasar a otro nivel, sin antes
haber superado la prueba del tiempo. Pasar esta prueba toma un
compromiso fuerte; la vida básicamente está llena de pruebas y conforme
vamos superando las mismas, vamos subiendo de nivel, es decir nos
fortalecemos en espíritu, alma y cuerpo; no podemos ser fuertes en algo
si antes no pasamos por una prueba; te pongo el ejemplo de alguien que
ha perdido a un ser querido, como humano sufrió la pérdida, hubo dolor,
tristeza, desolación, lamento, en fin todo lo que encierra este momento,
pero al paso del tiempo la herida fue cicatrizando y poco a poco fue
superando ese trago amargo que la vida le dio. Como hombres tenemos que
aprender a darle tiempo al tiempo; no desesperarnos porque las cosas no
se dieron en el momento que esperábamos o como pensábamos que se darían,
ponte a pensar que quizás no era el momento propicio o no convenía que
se dieran así, debemos siempre tener una mentalidad propositiva y ser
siempre optimistas en las adversidades. Lee lo que dicen las Sagradas
Escrituras en Santiago 5.7-8 < tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad como el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca>>
Ahora ya tienes la respuesta de cómo vas a superar las pruebas del
tiempo ¿verdad? Con paciencia y manteniéndote firme, grabándote en tu
mente y en tu corazón que todo pasará, que las bendiciones y las
misericordias del Señor nuevas son cada día, que lo que no se te dio hoy
se te dará mañana. Recuerda esto por favor, la promesa de Dios es que
cada mañana la luz del sol iluminará toda la tierra y la luz del Señor
(su bondad) resplandecerá en tu corazón.
No te desanimes, sigue luchando y
creyendo en el Señor; continúa no te detengas porque tú has sido hecho
de un material único, capaz de resistir los embates de la vida, de
soportar el dolor y de superar las pruebas más difíciles. Todo en ti es
poder y fuerza, fuiste hecho para conquistas, para imposibles, para
inalcanzables, para cosas grandes, porque fuiste creado con genética de
reino.
Cuando tu mente te diga es imposible, tú
dile sí es posible, cuando venga a ti el desánimo, levántate y
actívate, cuando venga a ti la tristeza sonríe y alaba, y cuando quieras
llorar, póstrate ante el Señor y dale las gracias por el momento que
estás pasando y tómate más fuerte de la mano del VENCEDEDOR DE
VENCEDORES.
Vamos no te canses, porque a su tiempo cosecharás si no te das por vencido.
Que la paz del Señor Jesús este en tu corazón. Amén
Autor: Victor Culebro
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