Existen no una sino varias películas que tratan de este tema...la
mayoría de ellas son graciosas ya que resulta extraño y hasta cómico que
una persona con ciertas costumbres, características, gustos, ideas y
demás cosas, viva dentro de un cuerpo y de una vida que no le pertenecen
y que por concecuencia no irán al 100% con su estilo de vida.
Es ridículo e imposible que algo similar ocurra en la realidad, pero...
Imagínate que un día te levantas ... (pero como en una historia
Hollywoodense) y dentro de tu cuerpo, tu mente, tu alma y tu corazón,
vive otra persona y esa persona es nada mas y nada menos que: JESUS, el
maestro, el carpintero, el Hijo de Dios, el que comía con publicanos y
hablaba con samaritanas, el que no le huía a los leprosos ni a los
endemoniados (ocurría lo contrario en este último caso) el que amaba sin
ser correspondido, el que bendecía a los que lo maldecían, el que daba
su vida por sus amigos (incluyéndote), el que lavaba pies sucios y mal
olientes, el que ponía la otra mejilla, el que aborrecía el pecado, el
que pasaba horas orando, etc, etc, etc y la lista es interminable.
IMAGÍNATE nuevamente como sería tu vida si él viviera dentro de ti,
¿qué cambios tan drásticos notarían los demás en ti!, ¿cómo sería tu
conducta en el trabajo?, ¿cómo te vería la señora de la tienda de la
esquina?, ¿qué pensarían de ti tus padres, esposo, esposa, hijos? ¿qué
cosas verían tus ojos de ese día en adelante?, ¿qué escucharían tus
oídos a partir de ese momento?, ¿cuánta misericordia irradiaría tu
vida?, ¿cómo verías el cielo después de ese acontecimiento?, ¿cuántas
veces le sonreirías a un desconocido?, ¿Agradecerías hasta el vaso de
agua que bebes, jamás pensarías mal de nadie, cuantos favores harías sin
esperar nada a cambio?
Nuevamente la lista es larguisisísima.!
Definitivamente las costumbres de Jesús chocarían con las nuestras,
sus prioridades distarían kilómetros de las tuyas y las mías, nuestro
cuerpo y mente se sentirían forzados a hacer cosas que tal vez no
acostumbren, pero poco a poco se empezaría a notar el Jesús que llevamos
dentro.
¿Y sabes qué es lo más genial?
Que esta idea no se le ocurrió a Spielberg para llevarla a una pantalla, sino a nuestro Dios, para que sea una realidad.
-Eunice Rodriguez
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