Uno
de los muchos obstáculos que enfrentamos en nuestra vida son nuestros
pensamientos, y es que dedicamos gran parte de nuestro tiempo a pensar, desde que nos levantamos en las mañanas estamos pensando en lo que haremos a lo largo que día, en los pendientes
que dejamos, en lo que hay que hacer en la casa, mientras nos dirigimos
en camino a nuestros destinos ya sea escuela o trabajo vamos y
regresamos pensando, nos vamos a la cama y antes de dormir estamos
pensando todavía, siempre hay mil cosas en que pensar, pero cuando esos
pensamientos que deberían ser buenos y positivos se transforman en lo
contrario llegan a ser pensamientos destructivos y provocan tristeza, desanimo y hasta aja autoestima.
Una definición simple de pensamiento es
que “es la actividad y creación de la mente; y que muchas veces es
traído a existencia real”. Los pensamientos solo pueden ser de dos
formas, son buenos para edificarnos o son malos para destruirnos, es muy
fácil dejar entrar los pensamientos, y la mayoría de las veces nos es todavía mas dejar entrar
los pensamientos malos, comenzamos por una pequeña inquietud que esta
en nuestra mente y nos hace dudar sobre lo que nos parecía que estábamos
haciendo bien, sobre nuestra persona, o sobre nuestro desempeño.
El enemigo
usa estos “pensamientos destructivos” para detenernos en lo que estamos
haciendo, mas aun cuando es un desempeño de servicio a Dios, basta con
una pequeña duda que siembre en nuestra mente para que comencemos a pensar
toda clase de cosas que nos desaniman y terminamos por creer que no
somos lo suficientemente buenos, que nuestra capacidad no da para mas,
que no somos del agrado de las personas y muchas otras cosas mas, pero
2° de Corintios 2:10 nos dice: “Destruimos argumentos y toda
altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos
cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”, tu como hijo de Dios eres hecho a su imagen
y semejanza, tienes la mente de Cristo, por lo tanto los pensamientos
tienen una conexión con Dios pues solo Él es capaz de conocerlos aun que
no se los digas, pues todo el tiempo Él ve nuestro corazón y nuestros
pensamientos.
Hay una frase que dice que “somos lo que
pensamos”, te imaginas si pasamos todo el tiempo pensando que no somos
buenos en lo que hacemos, que no tenemos valor, que no podemos lograr
nada ¿estaremos siendo realmente cobardes e incapaces?, ¡claro que No!,
Dios te ha dotado de habilidades y conocimiento, te ha hecho alguien
capaz y te ha ofrecido su ayuda si en algún momento sientes que no
puedes mas, ¿estas falto de fuerza, de conocimiento, de dirección? Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido. Mateo 7:7-8 (TLA)
Solamente tu y Dios conocen tus
pensamientos, nadie mas puede verlos, pero si de algo estoy segura es
que todo lo bueno que pensamos proviene de Dios, y los pensamientos
malos, negativos y destructivos del enemigo, ¿A quien entonces le
creerás, cual es la opinión que te interesa saber?, la respuesta es
fácil, no te dejes llevar por pensamientos que te desaniman o distraen
de lo que estas haciendo, que no te hagan dudar de lo mucho que vale lo
que haces, lo que has planeado y llevado a cabo con esfuerzo.
No permitas que los pensamientos sin sentido terminen con tus ganas impidiéndote crecer y continuar
hacia la meta, no le des crédito a lo que piensa de ti el enemigo e
intenta poner en tu mente, antes bien, toma valor y recházalos, recuerda
que tienes la mente de Cristo, que te ama con amor eterno aun por
encima de cualquier error que puedas cometer, los pensamientos de Dios
hacia ti son de amor, de paz y de bendición, y sus planes para ti
superiores a lo que hoy te puedes imaginar.
La Biblianos habla de los pensamientos y
en que podemos ocupar nuestra mente para que no demos lugar a los
dardos del enemigo, lo dijo el apóstol Pablo mientras se encontraba
preso, donde seguramente le llegaban tantos pensamientos tratando de
hacer que dudara o dejara de creer y desistiera en lo que estaba
encomendado a hacer, y decía: “Finalmente, hermanos, piensen en
todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que
es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y
en todo lo que es agradable y merece ser alabado”. Filipenses 4:8 (TLA)
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