domingo, 29 de enero de 2012

Salve un alma ¡hoy!



Autor: Padre Joseph. Sacerdote del Monasterio de la Santa Transfiguración. Traducción: Ailyn

"Hace poco decidí que iba a empezar a salvar almas-un poco tarde, tal vez, después de 25 años en el monasterio, pero más vale tarde que nunca! Por supuesto, no es que me salvará la vida, pero estoy trabajando más estrechamente con Él, que lo hace. Usted también puede hacerlo, y ni siquiera es muy difícil de hacer, sino que sólo requiere un poco de fe, fervor, y un poco de auto-disciplina.

Tengo la idea de algo que Jesús dijo a Santa Faustina: "Reza, cuanto puedas, por los agonizantes, impetra para ellos la confianza en Mi misericordia, porque son ellos los que mas necesitan la confianza quienes la tienen muy poca. Has de saber que la gracia de la salvación eterna de algunas almas en el último momento dependió de tu oración. (Diario, # 1777).

Ahora que es a la vez alentador y exigente. Como miembros del Cuerpo de Cristo, estamos obligados a orar unos por otros, porque esto es un medio importante de llevar la gracia de Dios a las almas. La hora de la muerte es el momento más crítico en la vida de cualquiera, especialmente si son de alguna manera alejado de Dios. Ellos necesitan ayuda ahora y lo único que los salvará es la gracia de Dios, que los atrae al arrepentimiento, fe y confianza en Él. Él está diciendo que Él espera de nosotros para orar por la gracia a los moribundos.

Pero, ¿cómo lo hacemos? Pues bien, el Señor le dio a Santa Faustina una oración especial que se utilizará para este propósito. Se llama la Coronilla de la Divina Misericordia (obtener más información, así como instrucciones sobre la manera de orar, haga clic aquí ). Aquí hay una cosa que el Señor dijo al respecto: "Reza incesantemente esta coronilla que te he ensenado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la ultima tabla de salvación. Hasta el pecador mas empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia."(# 687).

Es una buena noticia, pero que hacer si la pobre alma es incapaz de decirla por sí mismo, por cualquier razón? No hay que preocuparse: "Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca del agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo. (# 811). Aquí es donde usted y yo entramos, en donde oramos por los miembros enfermos del cuerpo que se conceda la gracia y la misericordia para la salvación.

Después de leer los pasajes, me dije: " ¿qué estás esperando? Ahora es el momento de empezar a rescatar a otras almas de las garras del infierno "Lo que hago es lo siguiente: alrededor de las 3:00 PM todos los días (esto es el" ¡Hora de la Misericordia ", ya que es la hora de la muerte de Jesús en la Cruz), rezo la Coronilla de la Divina Misericordia. No por cualquier alma, sino por alguna alma está en mayor peligro de ir al infierno, alguien que está a punto de morir en pecado mortal, que esta alma se le podrá conceder, por la misericordia del Señor, la gracia del arrepentimiento final para la salvación. Y confío en que Jesús está haciendo precisamente eso. No sabemos exactamente cómo funciona todo esto, pero si esta oración es suficiente para inclinar la balanza, por así decirlo, a favor de la muerte pecador, para abrir su corazón lo suficiente como para decir "sí" a Jesús, ya que se está yendo este mundo, entonces todo vale la pena.

No pensemos, sin embargo, que esto es una especie de atajo automático o mágico para salvar almas. Se basa en el poder de la oración con fe y el amor eterno de Jesús y la misericordia infinita. "La oración del justo tiene mucho poder en sus efectos" (Santiago 5:16). Al rezar esta coronilla es para ayudar a abrir la puerta para que un pecador se arrepienta en el último minuto, como el buen ladrón. Vamos a ser un instrumento para ganar la gracia del arrepentimiento final de los pecadores. "El que volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados" (Santiago 5:20).

Entonces, ¿qué estás esperando? Cientos de miles de personas mueren cada día, y podemos suponer que muchos de ellos no creen en Cristo, y otros que dicen que lo hacen pueden estar en un estado de pecado sin arrepentimiento. Podemos ayudar a por lo menos algunos de ellos llegar al cielo. Lo que es un trabajo grande y glorioso es esto! Imaginar, al final de su vida, cuando, después de haber sido salvado por la misma gracia y la misericordia del Señor, será recibido en el Cielo por numerosas almas, todo gracias a que el Señor tuvo misericordia de ellos y les salvó por sus oraciones a la hora de su muerte! ¡Qué bendición es maravillosamente gratificante para disfrutar por toda la eternidad!

Yo no creo que importe mucho si no se puede rezar la oración a las 3:00 en punto. Hágalo cada vez que pueda, ¡hágalo! He sabido de esta coronilla hace años, pero sólo recientemente he leído los textos de las gracias que vienen con ella, dejando en claro que yo puedo tener una influencia directa en la salvación del alma de otro por medio de esta oración. Así que vamos a empezar a cosechar almas para el Reino de Dios. Él nos ha dado una forma sencilla de colaborar con su gracia en este trabajo tan importante. Nada es más importante a los ojos de Dios que la salvación de las almas que Él creó, a las almas con quien desea compartir su cielo. Ya es hora de que estábamos a punto de negocios de nuestro Padre. Rece la coronilla todos los días!

(Para obtener folletos gratis con la información anterior, por favor escriba al Monte Tabor Monasterio, PO Box 217, Redwood Valley, CA 95470, o por correo electrónico su solicitud a mttabor@pacific.net escribir en inglés)

Fuente: Making all things new.

miércoles, 25 de enero de 2012

ENTRENANDO EN EL DESIERTO

Dios te ha confrontado claramente con todas tus LIMITACIONES CIRCUNSTANCIALES; es decir, con todas aquellas situaciones externas que NO te favorecen en el medio ambiente en donde estás.


También te ha confrontado con todas tus INCAPACIDADES PERSONALES; es decir con todas tus debilidades e imperfecciones que tanto te incomodan y que te frenan en llevar una vida cristiana satisfactoria.


Ya comprobaste por ti mismo/a que nada PERFECTO o COMPLETO puedes llegar a hacer por mucho que lo intentes, a menos que sea Dios quien te respalde.


Has comprendido que no es por tus méritos personales, habilidades o circunstancias como cumplirás el encargo que Dios te esta demandando, a menos que sea por su ACCION SOBRENATURAL en tu interior y a tu alrededor.


Fue necesario que pasaras por un período de largos años en el que todas las herramientas de tu AUTOSUFICIENCIA, fueran CONSUMIDAS por el fuego de Dios.


Fue necesario que estuvieras en el DESIERTO por mucho tiempo para despojarte de todo aquello que tu creías seguro, necesario e imprescindible.


Ahora eres una persona diferente, porque tienes un concepto claro de QUIEN ERES y QUIEN es Dios.


Has entendido lo que implica DEPENDER de Dios en todo sentido, aún hasta en el detalle mas insignificante.


Has recibido la CAPACITACION que no se adquiere con los libros, ni con horas intensas de estudio.


Ahora Dios te considera una persona entrenada para hacer lo que te está demandando: IR hacia el lugar que tu no esperabas y HACER la obra que está encomendando en dicho lugar.


Cómo te podrás dar cuenta, es una labor inmerecida y difícil, pero Él te considera como la pieza clave que Él quiere emplear.
Qué increíble... Qué privilegio...


No no no no no no...!!!
Ya no le pongas mas OBJECIONES a Dios... Él sabrá QUE es lo que hará contigo, pues te conoce mucho más de lo que te conoces a ti mismo/a.


Será el mismo quien se encargue de darte todo aquello que AHORA te hace falta, no importa cuan complicado sea o parezca y aunque no te expliques con tu lógica de que forma lo obtendrás.


No te pongas a razonar CÓMO es que lo harás, simplemente abandónate bajo su poder soberano.


Verás que Dios mismo se encargará de ponerte los medios circunstanciales, naturales o materiales para que lo hagas. Te pondrá a las personas que empleará como sus canales de provisión para el desarrollo de tu labor.


No te desesperes...


Él sabrá CUÁNDO será el momento en cada etapa de tu vida. Tu solamente dile: SI SEÑOR, AQUI ESTOY.
Del resto el se encargará...!!!


Mientras tanto sigue siendo FIEL en lo poco.


En esos pequeños detalles que se te presentan día a día. No en vano has recibido tanto entrenamiento en el árido desierto donde te ha tocado vivir.


No en vano has pasado por tantas experiencias extrañas, incomprensibles y peligrosas.


Ya tienes ante tus ojos ese momento en el que harás lo que Dios había preparado para ti desde antes que tu vinieras al mundo.


NO EN VANO HAS RECIBIDO ENTRENAMIENTO EN EL DESIERTO!!!


Jose Alfredo Lievano
Dios acompañó al niño, y éste fue creciendo; vivió en el desierto y se convirtió en un experto arquero. Genésis 21:20.


El Señor le dijo a Aarón: «Anda a recibir a Moisés en el desierto.» Aarón fue y se encontró con Moisés en la montaña de Dios, y lo besó. ÉXODO 4

domingo, 22 de enero de 2012

Te entiendo, Yo he estado allí

La tristeza que te embarga hoy en día no es nada comparable a lo que anteriormente habías vivido o experimentado.
Una tras otra las preguntas fluyen en tu mente, un sentimiento indescriptible te hace suspirar mientras te preguntas, ¿Por qué?, “Te entiendo, he estado allí” dice el Señor.
A veces quisiéramos tener el poder de cambiar algunas cosas, de no permitir otras y de hacer lo que consideramos que se tendría que hacer, pero al darnos cuenta que nada de lo que hagamos puede cambiar lo que actualmente estas enfrentando, no nos debería quedar mas nada que someternos a su voluntad.
Mi tarea no es tratar de entender lo que está pasando en mi vida, porque posiblemente tardaría demasiado o simplemente no entendería el porqué de las cosas. Mi tarea es confiar en aquel que siempre me ha dado la salida en todo, por eso el te dice: “Te entiendo, Yo he estado allí”.
Duele mucho, piensas y no crees que puedas estar pasando por eso, pareciera que es un mal sueño, de esos que al despertar todo acaba y vuelve a la normalidad, pero es real y a pesar que te sientes mal y solo, no lo estas, y Él solo puede decirte: “Te entiendo, Yo he estado allí”.
A veces pensamos que nadie más pasa por cosas tan difícil como a las que a nosotros nos toca experimentar, creemos que lo que nos sucede es más fuerte que cualquier otra cosa, pero si hay alguien que ha pasado por cosas aun mas fuertes, es Él, por eso te dice: “Ten entiendo, Yo he estado allí”.
Hay cosas incomprensibles en la vida, hay cosas que no entenderemos por más que pensemos y pensemos, podemos tratar de enojarnos con Dios, pero no será esa la solución, podemos tratar de reclamarle o cuestionarlo por lo que está permitiendo, pero ¿Quién mejor que Él para actuar en nuestra vida?, Lo que me duele, me moldea, me enseña, me corrige o simplemente aumenta mi fe.
Quizá tu digas: “¿Y es necesario que duela tanto para aprender algo de esto?”, yo podría decir que quizá no es necesario, pero no soy yo quien lo dicta, ni quien lo mide, es Dios mismo quien actúa y Él si sabe actuar, el conoce nuestros límites, el conoce sus formas de enseñanza, Él sabe como iniciar y terminar siempre las cosas tal y como Él necesitaba que fueran.
En este momento me duele y mucho, quizá clame por su ayuda y a lo mejor no vendrá hasta que su propósito a través de esto se haya cumplido. Quizá me vea con ojos de amor y listo para salir en mi ayuda, pero a la vez sabe que tengo que pasar por eso, que eso de alguna forma me ayudara, que esa situación de alguna forma me enseñara algo de lo que en su momento sacare provecho, en este momento no se ve provecho, pero Dios es dueño de los tiempos y sabe en qué momento el provecho saldrá a luz.
¿Qué me queda frente a lo que no entiendo ni comprendo?, Solo creer, solo seguir creyendo, solo seguir confiando, solo seguir reconociendo mi necesidad de Él.
Él es mi socorro, mi ayuda, el Señor de mi vida, el que cambio por completo lo que yo antes era, Él que me dio vida cuando estaba muerto, el que le dio a mi vida una razón de ser, el que cambio mi llanto en alabanza, mi tristeza en gozo, el que siempre estuvo, está y estará a mi lado.
Quizá en este momento tan nublado te sea difícil ver a Dios a tu lado, pero ¿Sabes?, siempre ha estado allí, nunca se ha alejado de ti, cuando lloras, como cuando sonríes, cuando estas triste, como cuando estas feliz, cuando estás en problemas, como cuando todo va bien, el es tu compañero en todo tiempo, tu mejor amigo, quien realmente te comprende, ¿Sabes por qué?, porque Él te dice: “Yo he estado allí”.
Si hay alguien que comprende el dolor humano en todo sentido, es Él, en un principio porque Él nos creo, y también porque se hizo hombre, para ser como uno de nosotros, experimentar lo que nosotros experimentamos. Ser despreciado por los hombres, negado por sus mejores amigos y crucificado injustamente, lo hace ser el único que realmente puede comprendernos, el único que realmente sabe lo que en este momento podemos sentir, por eso Él te dice:

“Te entiendo, Yo he estado allí”

Él ha estado en esta posición o en una más difícil, y si Él siendo Dios experimento muchas cosas difíciles, ¿Por qué nosotros no?, nuestra actitud frente al dolor o frente a la tristeza que nos provoca lo que estamos experimentando en este momento tendría que ser la de un hijo de Dios, que a pesar de todo, no deja de confiar o creer en lo que Dios hará a través de este episodio de vida.
Saldrás de esta como has salido de muchas, la tristeza no será por siempre, porque un gozo te espera, el dolor terminara, tus heridas sanaran y Dios te usara y te mostrara el propósito por el cual tuviste que pasar por todo esto, y entonces: Su propósito se cumplirá en ti.

¡Dios te entiende, porque Él ha estado allí!

“Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales”.

Filipenses 2:6-8 (Nueva Traducción Viviente)
Autor: Enrique Monterroza

miércoles, 18 de enero de 2012

Si no confías en tu propia oración

El Santo Padre comenta en la audiencia del 11 de enero del 2012 la oración de Jesús en la última cena.

Quisiera resaltar sólo un pequeño detalle: la oración que hace Jesús por Pedro: yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague.


Nuestro Señor dirige esa frase a Pedro justo después de predecirle su triple negación. Jesús está a punto de salir para Getsemaní para agonizar en el huerto, pero sabe que también Pedro sufrirá una gran prueba y quiere decirle que a pesar de sucumbir, que siga adelante, que ha rezado por él. Precisamente la oración de Jesús sostiene la debilidad de sus discípulos durante la prueba.

Esto es un consuelo para nosotros, pues significa que ante las pruebas de la vida no dependemos exclusivamente de la fuerza de nuestra propia oración. Por un lado, a veces sufrimos pruebas tan grandes que lo último que nos apetece hacer en ese momento es rezar. Por otro, nuestros momentos de oración pueden llegar a ser tan distraídos que realmente poca fuerza podemos esperar de ellos. Perdemos la confianza en nuestra propia oración.

Pero saber que Cristo ha rezado por nosotros, para sostenernos en los momentos de debilidad, para que sepamos levantarnos después de habernos caído, es un gran consuelo. ¿Qué oración puede ser más eficaz que la del mismo Cristo?

Si no confías en tu propia oración, no te preocupes. Cristo ha rezado por ti.

Autor: P. Francisco Armengol, L.C | Fuente: www.la-oracion.com

sábado, 14 de enero de 2012

Poder olvidar, don de Dios


Mientras miraba una pequeña herida que me hice hace pocos días en mi mano, observaba como el daño en mi piel iba hora a hora desapareciendo, borrándose. Las células de a poco se iban regenerando para dejar mi piel exactamente como era antes del corte. ¿Acaso alguien puede dudar de la existencia de Dios, al observar como se suelda un hueso quebrado, o se cicatriza una herida?. Los médicos, testigos cotidianos de tantos milagros de sanación, debieran ser los primeros evangelizadores, como lo fue San Lucas. ¿Qué extraña fuerza interior puede producir la recomposición de las fibras, la regeneración de lo lastimado, si no es Dios?.

Hoy, meditando con inmenso dolor en muchas cosas no muy buenas que he hecho en mi pasado, he pensado que el poder olvidar es también un Don de Dios, es el equivalente a la cicatrización de las heridas. Es una forma que El nos concede de sanarnos interiormente, para poder seguir viviendo pese a los golpes que sufrimos en el transcurso de los años. Cuando el dolor o la culpa nos arrasan el alma, castigando nuestra mente con recuerdos dolorosos, sentimos una conmoción interior, una necesidad de apretar los dientes, una sacudida que nos dice, nos grita, ¡qué me ha pasado, qué he hecho!. Cuando estas arremetidas del pasado asaltan mi alma, suelo gritarle al Señor en mi interior: ¡piedad, Hijo de David!. Una y otra vez, le pido piedad a Jesús. Siento que estoy a la vera del camino de la vieja Palestina, mientras mi Señor pasa junto a mí, y le grito otra vez, ¡piedad, Hijo de David!. Sé que el dolor es parte de la sanación, pero cuando el Señor nos ha perdonado los pecados en el Sacramento de la Confesión, ¡El si que los ha olvidado!.

Cómo nos cuesta entender y creer que Jesús realmente perdona y olvida nuestros pecados. Solemos confesar una y otra vez el mismo pecado cometido años atrás, demostrando falta de fe en nuestro Dios, que ya ha dado vuelta la página y nos ha lavado con el agua de Su Misericordia. Sin embargo, nosotros, seguimos volviendo a sentir esa espada que atraviesa nuestro corazón con ese recuerdo. Es en ese momento que debemos pedirle a Dios el Don de olvidar, de dejar atrás esa mancha oscura de nuestra alma, borrarla totalmente. Que hermoso es conocer gente que tiene ese Don, esa capacidad de levantarse pese a las más profundas caídas, y puede mirar una vez más el futuro con optimismo y esperanza. ¡Dejando el pasado totalmente enterrado detrás de sí!. Y viviendo la alegría de los hijos de Dios, que se saben perdonados, y acogidos nuevamente en los brazos amorosos de María, nuestra Madre Misericordiosa.

El Señor nos ha dado todo lo que somos, ha impregnado nuestra naturaleza humana de dones, herramientas que debemos llevar por la vida como sostén de nuestro cuerpo y alma. El poder olvidar, dar vuelta la página de las etapas más dolorosas de nuestra vida, es también una herramienta que El nos concede. El poder olvidar es abrir las puertas a la cicatrización de las heridas del pasado, aceptando con fe, esperanza y alegría el perdón de nuestro Buen Dios.

Jesús, como el Gran Médico de las almas, quiere que vivamos de cara al futuro, con esperanza, confiados en Su perdón, felices de tenerlo como Dios y Amigo. Sé que tienes dolores, que los recuerdos te asaltan como un ladrón en la noche, cuando menos los esperas. Que quisieras volver al pasado, y cambiar tu historia. No quisiste vivir tanto dolor, es demasiado fuerte para poder soportarlo. ¡Pero se ha ido!. Mira la luz, mira el día, mira a la Madre de Jesús que te invita a amarla, que te ofrece sus brazos amorosos para cobijarte, para tenerte allí, junto a Ella, como lo hizo Jesús. ¿Acaso no te ha perdonado tu Dios?. Da vuelta la página, ilumina tu rostro con una hermosa sonrisa, para que Jesús pueda mirarte, sonreír, y decirte:

¡Abrázame, dame tu amor, tu amistad, tu afecto, deseo tenerte en Mi, porque te quiero feliz de saber que te amo!

Autor: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org

jueves, 12 de enero de 2012

DIOS SIEMPRE ESTA CERCA

La necesidad de alguna palabra de aliento, de algo que nos haga sentir o recordar que no estamos solos, que pueda haber alguien en nuestra misma situación, alguien que esté pasando por algo similar a lo que nos pasa, aun y cuando sentimos que nadie tiene tantos problemas como nosotros mismos, nos lleva a buscar a quien nos pueda dar un consejo, unas palabras motivadoras o un poco de comprensión, pero lo cierto es que hay ocasiones en que ni con todas las palabras del mundo podemos corregir algún motivo que nos entristece, ni cambiar esas veces en que nos va algo mal o las cosas no nos han salido como lo planeamos, en algún momento todos experimentamos sentimientos de soledad, de desanimo, de miedo, de incertidumbre.
Buscamos la manera de no sentirnos así, pero no la encontramos, pedimos consejos pero hay veces que hasta parece que nadie nos entiende, sentimos que estamos realmente solos a causa de la indiferencia de algunas personas cercanas, y a pesar de tener amigos creemos que nadie comprende lo que nos pasa, situaciones de soledad, decepción, frustración y desaliento son muy comunes, más de lo que deberían, los motivos sobran, y lo malo de eso, es que nos dejamos llevar por todo lo que sentimos en el momento, a tal grado que en nuestra mente aparecen todos esos pensamientos y al darles oportunidad de entrar, pronto llegan hasta nuestro corazón y es cuando comienzan a apartarnos de la gente para dar lugar a donde comenzamos a sentirnos solos, abandonados e incomprendidos.
Tal vez llevas algún tiempo sintiendo algo parecido a esto, pero debes tener en cuenta que si en un momento has pensado que la vida te ha dado la espalda puedes tomar ventaja de nuevo, que no hay una sola persona en el mundo que sea perfecta, por lo tanto alguna vez podemos llevarnos una decepción, que no existe la eternidad en la tierra y algo o alguien puede hacernos falta, y que no todos pensamos de la misma manera, por lo tanto también hay momentos en los que nos podemos sentir incomprendidos, y que la soledad es el único sentimiento imaginario que tenemos, el creer que vamos solos contra el mundo, tal vez puede que no tenemos cerca a todas las personas o a esa persona en especial que nosotros quisiéramos, pero eso no quiere decir que no haya alguien cerca de nosotros, algún amigo, familiar, conocido, persona de la iglesia y el más importante de todos, DIOS.
Y si bien es cierto que hay quienes teniendo gente alrededor se siguen sintiendo solos, también debes saber que aunque no puedes ver a Dios, siempre está contigo, algunas veces solo observándote de lejos, y otras más cerca de lo que te puedes imaginar, por mucho que parece que todos se han ido, o que no hay a quien más recurrir en determinados momentos, cuando más lo necesitas y cuando ya las palabras parecen no ser suficientes, cuando parece que no hay salida ni nada más que hacer…

Dios siempre está cerca para salvar a los que no tienen ni animo ni esperanza.

Salmos 34:18 (Traducción en lenguaje actual)

Autora: Maite Leija

martes, 10 de enero de 2012

Charlando con el enemigo

¿Alguna vez te has sentido sin fuerzas espirituales?, hablo de esos momentos en los que por alguna razón te sientes triste, solo y con una extraña sensación dentro de ti que no te permite sentirte a gusto.
La mayoría de veces que nos sentimos así es cuando las cosas no nos han salido bien, cuando las situaciones de la vida se nos ponen en contra o cuando hemos tenido un roce o un percance con alguien cercano.
Creo que todos hemos experimentado lo que es un bajón espiritual, de esos que aparecen cuando menos piensas y que son producto de muchas situaciones acumuladas.
Tú no te vas a sentir triste o solo, cuando todo va bien, por lo general todo sentimiento o sensación rara y que nos lleva a desanimarnos provienen después de un episodio triste o difícil en nuestra vida.
Y ¿Está mal sentir un bajón espiritual?, personalmente considero que mal no está, ya que como seres humanos que somos, tendemos a sentirnos tristes, solos, desamparados y atribulados, lo malo está en que en esos momentos de bajón espiritual muchas veces tendemos a CHARLAR CON EL ENEMIGO.
Charlar con el enemigo es prestar atención a la conversación que quiere entablar con nosotros en especial en esos momentos de bajón espiritual. Estoy seguro que todos en algún momento de nuestra vida hemos experimentado esas charlas con el enemigo.
Hablo de esos momentos en lo que les prestas tus oídos al diablo para que meta toda clase de basura y te haga sentir más mal de lo que te sientes.
Si vamos a la Biblia encontraremos que cuando nos permitimos charlar con el enemigo, las cosas terminan mal.
En el huerto del Edén una charla con el enemigo tuvo como consecuencia la desobediencia del hombre, la serpiente comenzó a charlar con Eva y la mujer contesto a la charla.
“Entre los animales salvajes que Dios creó, no había otro más astuto que la serpiente. Un día, la serpiente le dijo a la mujer: —¿Así que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? La mujer le contestó: —¡Sí podemos comer de cualquier árbol del jardín! Lo que Dios nos dijo fue: “En medio del jardín hay un árbol, que no deben ni tocarlo. Tampoco vayan a comer de su fruto, pues si lo hacen morirán”. Pero la serpiente insistió: —Eso es mentira. No morirán. Dios bien sabe que, cuando ustedes coman del fruto de ese árbol, serán iguales a Dios y podrán conocer el bien y el mal”.
Génesis 3:1-5 (Traducción en lenguaje actual)
Todos conocemos el resultado que propicio esta charla, y es que una charla con el enemigo puede propiciarnos resultados muy malos para nuestra vida.
Quizá en los últimos días te has sentido muy mal emocionalmente, sentimentalmente y espiritualmente. Te sientes triste por alguna razón, sientes que las fuerzas se te han ido, sientes que nada es lo mismo, consideras que no eres el hijo o la hija que Dios quisiera que fueras y todo este estado de ánimo te ha encaminado a entablar una charla con el enemigo.
Sí, una charla porque sin darte cuenta estas prestando tus oídos para que el diablo susurre cosas que no son de Dios.
Quizá en los últimos días a tu mente han venido frases como las siguientes:
“Eres un derrotado”, “Eres un hipócrita”, “Y dices que eres hijo de Dios”, “Lo que estás haciendo es engañándote a ti mismo, tu jamás entraras al cielo”, “Lo que hiciste no tiene perdón de Dios”, “Dios ya se canso de tus errores”, “Siempre haces lo mismo, no tienes arreglo”, “Eres un pecador, no mereces ser hijo de Dios”, “Tus pecados aun no han sido perdonados, ¿Quién te crees que eres?”, “Dios no existe, es un invento tuyo”, “Prometiste y no cumpliste otra vez, Dios esta aburrido de ti”, “Vienes de pecar y ¿Vas aun así a la Iglesia?”, “Yo que tú no tuviera cara para presentarme delante de Dios”, “¿Quién te dijo que has cambiado?, sigues siendo el mismo”, “Dios no ha podido cambiarte”, “Si Dios no te responde es porque no te ama”, “Dios se olvido de ti, no le importas”, “¿Por qué Dios no te ayudo?, porque esta casando de ti”, “Con lo que hoy hiciste, Dios jamás te volverá a perdonar”, “Dios ya te borro del libro de la vida”, “No te mereces estar con Dios”, etc.
Si frases como estas o similares han estado viniendo a tu mente los últimos días es porque el enemigo quiere entablar una charla contigo, obviamente todo lo que esas frases dicen o quieren dar a entender son una total mentira del enemigo porque Dios nunca se cansa de ti, Él jamás te abandona aun estés pasando los momentos más difíciles de toda tu vida, Dios sigue estando allí contigo.
Quizá muchos de los que hoy me leen, han hecho caso a alguna frase que el enemigo en su charla está lanzando, cada frase a tu vida es como un dardo envenado, que lo único que quiere es destruir tu vida espiritual. Lastimosamente muchos han creído las mentiras del enemigo, creyéndose indignos de estar con Dios, pensando que Dios jamás los perdonara o que no son lo suficientemente buenos como para ser hijos de Él, pero en esta hora Dios quiere que dejes de creer las mentiras del diablo y comiences a creer las verdades de Él pues Él te AMA CON AMOR ETERNO.
¡Vamos!, no permitas que el enemigo siga charlando contigo, cierra tus oídos a sus mentiras y comienza a creer en las verdades de Dios. Dios te ha perdonado totalmente si de corazón sincero se lo has pedido, Dios tomo tus pecados y los echo al fondo de la mar y ya no se cuerda mas de tus errores, no tienes por qué estar recordándolos.
Tú eres especial para Dios, vales la sangre de su Hijo, su deseo es que cuando sientas tropezar o tropieces, que puedas levantarte y buscarlo, porque Él está allí mismo contigo extendiendo su mano, sus misericordias son nuevas cada mañana sobre tu vida, su anhelo es verte triunfar, pero eso solo lo lograras poniéndote en pie cada vez que tropieces, pero sobre todo buscándolo con corazón sincero y tratándolo de agradar cada día.
Deja de charlar con el enemigo, no creas mas a sus mentiras y cuando comiences a escuchar en tu mente nuevamente esas frases que no vienen de Dios, comienza a recordar y a pronunciar las verdades que la Biblia nos habla acerca de Dios.
La Biblia te dice:

“No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien”

Romanos 12:21 (Traducción en lenguaje actual)

¡Tú vales mucho para Dios, por eso Él te escogió desde el vientre de tu madre!

“Yo soy Dios, tu creador; yo te formé desde antes que nacieras, y vengo en tu ayuda. »No tengas miedo, querido pueblo mío, tú eres mi fiel servidor, tú eres mi elegido.”

Isaías 44:2 (Traducción en lenguaje actual)
Autor: Enrique Monterroza

sábado, 7 de enero de 2012

ÉL SI CREE EN TI

“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida”
Isaías 43: 4
Que momentos más duros los que estas experimentando, por alguna extraña razón todo el panorama ha cambiado, tus fuerzas poco a poco se van acabando y sientes que no podrás mas.
Tu deseo de seguir adelante esta allí, escondido por algún lugar, tu mente se reúsa a creer mas en ti, hay muchas personas para las que eres un derrotado, tu mismos amigos y quizá familia no creen más en ti.
Y es que los errores que quizá has cometido te han llevado a reflejar una mal imagen delante de las personas, pero estoy seguro que tu corazón arde de amor por Dios y por querer salir adelante.
Pero también entra en acción nuestro enemigo, aquel que es un acusador por excelencia, aquel que su trabajo es decir toda clase de mentiras, porque es el padre de la mentira, viene sutilmente a susurrar a tu oído frases que quieren hacerte perder toda la confianza que tenías en salir adelante de esta.
Hay una lucha en ti, por una parte sabes bien que está muy difícil reponerte de esta, tu autoestima es por el suelo, has perdido tu identidad en Dios y te has dejado llevar por lo que los demás piensan de ti, sin meditar en lo que Dios realmente piensa de ti.
Y es que a veces se nos olvida que el concepto que Dios tiene de nosotros es muy distinto al que cualquier otro puede tener o aun al que nosotros mismos tenemos.
Dios si cree en ti, el sabe de lo que eres capaz, no te escogió para ser un derrotado, no te llamo para que retrocedieras, no te puso nombre “Mío eres tú” por simple pasatiempo, al contrario, El sabía muy bien que en sus manos puedes ser un arma poderosa, que bajo sus alas ibas a estar seguro y que sobre todo el levantaría tu cabeza para hacerte más que victorioso.
Cuando El te llamo jamás vio en ti tus imperfecciones, tus debilidades o tus pecados, no, porque Dios no ve lo que nosotros vemos, Dios ve más allá de lo que nuestros ojos son capaces de ver.
El vio en ti algo bueno y es que Dios jamás te llamaría si no supiera que tu tiene el potencial necesario para enrolarte en las filas de su ejército. Dios vio en ti cada cualidad preciosa que ni tú mismo sabias que tenias, Dios vio en ti cada una de las áreas en las que tú le servirías y serias de bendición.
Pueda que en este momento nadie crea en ti, ni aun las personas que amas, pueda que hasta tu mismo perdiste la confianza en ti y en lo que Dios puede hacer en tu vida, pero eso no significa que Dios ya no crea en ti, al contrario DIOS SIGUE CREYENDO EN TI como desde el primer día que te vio y te llamo, El jamás ha cambiado su parecer hacia ti, El te sigue viendo como aquel hombre o aquella mujer con virtudes, talentos y dones preciosos, porque El está forjando una obra preciosa en ti.
¡Vamos! No desistas, no creas que fracasaste y que eres un caso perdido, para Dios no hay casos perdidos, El sigue creyendo en ti porque te ama y te ama con amor eterno, con ese que nunca deja de ser, El te ve como la niña de sus ojos, con una hermosa perla, con un tesoro preciado porque vales la sangre de Cristo y por ello nunca dejara de creer en ti.
Levántate amado, ponte de pie amada, no te dejes vencer, tú no eres de los que retroceden, tú no eres de los que se rinden, tu eres de los valientes que se ponen de pie cuantas veces sea posible, porque Dios cumplirá su propósito en ti, por esa razón, vuelve a levantarte, ¡Vamos!, no pienses en retirarte, porque Dios sigue creyendo en ti, Dios sigue teniendo los mismos planes que siempre ha tenido para tu vida, solo NO TE RINDAS.
Y es que aunque te cueste trabajo comprenderlo, Dios te sigue amando, nunca te ha dejado de amar, a lo mejor no ha estado de acuerdo de cómo has permitido que el enemigo te engañe, pero eso no significa que no te siga amando, El te ama, y sigue teniendo los mismos planes que un día trazo para tu vida, solo está esperando que no te rindas, que te levantes y vuelvas a luchar porque El que comenzó la buena obra en ti, será Fiel en completarla.

¿Sabes una cosa?

Dios si cree en ti

Autor: Enrique Monterroza

martes, 3 de enero de 2012

HOY DECIDO PERDONAR

A veces somos muy injustos con el perdón, Dios ha perdonado todos nuestros pecados y sanado nuestras heridas, pero nosotros se nos hace muy pero muy difícil perdonar a aquel que hizo algo que nos dolió mucho.
Y digo que somos injustos con el perdón, porque nos gusta que Dios nos perdone, pero no nos gusta perdonar.
A menudo veo y oigo a personas que se supone “han perdonado”, pero sus palabras, sus frases denotan que lo que existe en su corazón, es verdaderamente falta de perdón.
Cuando nosotros perdonamos a alguien, no tenemos porque andar sacando en cara lo que nos hicieron, ¿Acaso no lo perdonamos ya?, ¿Por qué andar recordándole cada que se puede lo que hizo?, eso es ser injusto, porque Dios no nos anda recordando a cada momento nuestros pecados como razón para acusarnos y hacernos sentir mal, al contrario, Dios olvida nuestros pecados y nos hace nuevas criaturas.
Reflexionar sobre el perdón que injustamente no otorgamos, me lleva a la Palabra de Dios, especialmente al pasaje del siervo que fue perdonado, pero no quiso perdonar.
“Entonces Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, si un miembro de la iglesia me hace algo malo, ¿cuántas veces debo perdonarlo? ¿Sólo siete veces?  Jesús le contestó: —No basta con perdonar al hermano sólo siete veces. Hay que perdonarlo una y otra vez; es decir, siempre.» En el reino de Dios sucede algo parecido a lo que cierta vez sucedió en un país. El rey mandó llamar a sus empleados para que le informaran cómo andaban sus negocios y para que le pagaran todo lo que le debían.» Cuando comenzó a sacar cuentas, le llevaron un empleado que le debía sesenta millones de monedas de plata. Como el empleado no tenía dinero para pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa y sus hijos, y que vendieran también todo lo que tenía. Así, con el dinero de esa venta, la deuda quedaría pagada.» Pero el empleado se arrodilló delante del rey y le suplicó: “Señor, déme usted un poco más de tiempo y le pagaré todo lo que le debo.”» El rey sintió compasión de su empleado y le dijo: “Vete tranquilo; te perdono todo lo que me debes.”» Al salir del palacio del rey, ese empleado se encontró con un compañero que le debía cien monedas de plata. Lo agarró por el cuello y le dijo: “¡Págame ahora mismo lo que me debes!”» El compañero se arrodilló delante de él y le suplicó: “Dame un poco más de tiempo y te lo pagaré todo.”» Pero aquel empleado no quiso darle tiempo, y mandó que metieran a su compañero en la cárcel, hasta que pagara el dinero que le debía.» Los otros compañeros, al ver lo que había pasado, se molestaron mucho y fueron a contárselo al rey.» Entonces el rey mandó llamar a aquel empleado y le dijo: “¡Qué malvado eres! Te perdoné todo lo que me debías, porque me lo suplicaste. ¿Por qué no tuviste compasión de tu compañero, así como yo la tuve de ti?”» El rey se puso furioso, y ordenó que castigaran a ese empleado hasta que pagara todo lo que le debía. Jesús terminó diciendo: «Lo mismo hará Dios mi Padre con cada uno de ustedes, si no perdonan sinceramente a su hermano.»”
Mateo 18:21-35 (Traducción en lenguaje actual)
Creo que la historia que narra la Biblia es muy clara, también por eso escogí la versión Traducción en Lenguaje Actual para que al leerla pudiera ser aun mas entendible a nuestros tiempos.
¿Cuántos de nosotros somos como ese siervo que fue perdonado?, Dios nos perdono cosas que creíamos que no podían ser perdonadas, nuestros pecados no eran razón para sentirnos orgullosos, sino que nos avergonzaban, pero Dios tuvo compasión de nosotros y nos perdono TOTALMENTE nuestros pecados. Pero ahora que Dios nos ha perdonado, ¿Qué perdón estamos otorgando hacia aquellos que pecaron contra nosotros?
Es increíble ver como personas que han sido perdonadas por Dios de todos sus pecados, hoy en día no pueden perdonar a aquel o aquella que hizo algo contra él o ella. Se puede percibir a través de las palabras que de la boca de esas personas salen hacia aquella persona la cual no han perdonado, que en su corazón anidan esa falta de perdón que aunque quiera negar, no los deja vivir una vida libre en Dios.
La falta de perdón es una de las razones porque la gente no puede experimentar el gozo total en sus vidas. Por lo general la gente que no ha podido perdonar y sigue sintiendo ciertos sentimientos negativos hacia aquellos que pecaron contra ellos, son personas amargadas, personas enojadas, personas impulsivas que cualquier cosa hace que exploten.
Y es que la falta de perdón hacia aquellos que un día nos fallaron es como un cáncer que poco a poco va atacando nuestra vida espiritual y si de ser posible nos destruirá.
Y es que el Espíritu de Dios no se puede mover libremente en la vida de una persona que no puede perdonar. Cuando Dios te llamo te hizo LIBRE y esa libertad es la que tienes que cuidar que permanezca siempre, pero cuando tú no perdonas, eres esclavo de esa persona a la cual no puedes perdonar. Y esclavo porque cada cosa mala que te pase o similar a lo que te sucedió con aquella persona, traerá a tu mente la imagen de esa persona que no puedes perdonar. Posiblemente estarás sonriendo y al recordarte de esa persona que no puedes perdonar, tu sonrisa se transformara en una cara de pocos amigos. ¿Por qué ser esclavo del rencor u odio?, Cuando puedes ser una persona compasiva y misericordiosa, tal y como Dios hizo contigo.
Quizá hasta este punto tú digas: “Es que lo que me hizo no merece perdón”, ó “Es que hasta la fecha nunca me ha pedido perdón por lo que me hizo”, quiero que sepas que no necesariamente esa persona tiene que ir delante de ti y humillarse para que tú puedas perdonarla. Quizá por mucho tiempo has esperado que esa persona te busque y te pida perdón y si es de rodillas pues mejor, pero eso no ha pasado, y quizá esa es una de las razones por la que tu vida no puede experimentar el gozo a plenitud, porque sigues amarrado a esa falta de perdón hacia esa persona.
Quiero que entiendas algo: Para perdonar no necesitas que esa persona llegue hasta donde ti, porque, ¿Qué tal si esa persona ya ni vive?, ¿Qué tal si esa persona humanamente le es imposible llegar hasta donde ti?, ó ¿Qué tal si a esa persona hasta se le olvido lo que un día te hizo a ti?, ¿Quién es el más perjudicado en todo esto? .
Tú eres el más perjudicado o la más perjudicada, porque eres tú y nada más que tú quien anida todavía esos sentimientos de falta de perdón hacia esa persona. ¿Por qué te sigues esclavizando a la falta de perdón?
Un día escuche una frase más o menos así: “Tener rencor o envidia es como tomar veneno uno mismo y esperar a que el otro se muera”. ¡Cuánta verdad hay en esta frase!, sí, porque igualmente es la falta de perdón, es como tomar veneno uno mismo, porque el único perjudicado al no perdonar, es UNO MISMO.
Hoy es un buen día para perdonar de verdad, hoy es un buen día para entender que no necesito que me pidan perdón como para perdonar a esa persona que tanto daño quizá nos hizo. Tú puedes hacerlo, tan solo con liberarte de ello en esta hora, si tú quieres hacerlo hoy quiero invitarte a que repitas de corazón y con sinceridad la siguiente oración que te guiare:
“Dios mío, hoy vengo delante de ti porque reconozco mi necesidad de ti, reconozco que los últimos tiempos he cometido el error de no poder perdonar, tú sabes que me cuesta Señor, tú sabes que me dolió lo que me hizo esa persona, también sabes al examinar mi corazón, que no quiero sentir esto más, tú sabes que hoy quiero ser libre totalmente de este sentimiento que nada bueno me ha traído y que me ha hecho sufrir mucho. Señor, hoy con tu ayuda quiero perdonar a todas aquellas personas que me hicieron un mal, hoy quiero perdonar a todos aquellos que pecaron contra mí, perdono a mis padres, a mi familia, a mis hermanos, a mis amigos, a todos aquellos que de una u otra forma un día marcaron negativamente mi vida, HOY QUIERO SER LIBRE, hoy quiero que limpies mi corazón y mi mente para no recordar mas esos malos episodios y si los llegare a recordar, permíteme no sentir más toda ese enojo, rencor u odio que hasta hoy sentía. Hoy te pido perdón por no haber podido perdonar antes, pero HOY PERDONO A TODOS LO QUE ME FALLARON E HICIERON UN MAL CONTRA MI. No importando el momento, el tiempo, el nombre, ni el lugar, HOY PERDONO A TODOS. Señor, yo se que tú y solo tú puedes darme la capacidad de perdonar totalmente, a partir de hoy quiero ser una nueva persona, quiero experimentar tu gozo a plenitud, examina mi corazón y mi mente, limpia todo lo que tengas que limpiar, pero sobre todo dame un corazón que te anhele y te busque, a partir de hoy quiero comenzar de nuevo, a tu lado, porque solo con tu ayuda puedo salir adelante. Gracias Señor, gracias, porque puedo sentir tu presencia sobre mi vida, gracias porque puedo sentir como estas limpiando mi corazón y mi mente, gracias porque puedo sentir tu abrazo sobre mí, pero sobre todo, gracias por darme la capacidad de perdonar ESTE DÍA A TODOS. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.
¡Gloria a Dios! Si tú realmente hiciste esta oración con toda sinceridad delante del Señor, estoy seguro que a partir de este día comenzaras a ver todas las cosas desde otra perspectiva, estoy seguro que Dios ha sanado tu corazón y tu mente de todo aquello que no te dejaba ser libre.
Hoy Dios escucho tus palabras sinceras y examino tú corazón y vio que realmente perdonaste, por lo tanto a partir de este día comenzaras a experimentar sucesos hermosos en tu vida y comenzaras a ver como Dios obrara más libremente sobre ti.

¡Gloria a Dios!, porque solo Él puede poner en ti, en deseo de ser libre y buscarlo cada día más.

¡Hoy eres Libre de TODO! ¡Disfruta tu Libertad!

Autor: Enrique Monterroza
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