viernes, 21 de diciembre de 2012
Navidad... una vez más Señor
Una vez más hemos limpiado la casa. Hemos pulido los metales, hemos abrillantado las maderas.
Una vez más hemos sacudido el polvo, hemos encendido las luces...
Una vez más hemos hecho estrellas de papel plateado, hemos colgado guirnaldas, una vez más está engalanado el árbol de Navidad, una vez más, Señor, tienen nuestra casa ambiente de fiesta navideña.
Una vez más hemos andado con el vértigo del tráfico, de acá para allá buscando regalos y una vez más, Señor, hemos dispuesto la mesa y preparado la cena con esmero... una vez más, Señor...
Y una vez más todo esto pasará y será como fuego de artificio que se pierde en la noche de nuestras vidas, si todo esto ha sido meramente exterior. Si no hemos encendido la luz de Tu amor en nuestro corazón. Si nuestra voluntad no se inclina ante ti y te adora incondicionalmente.
Tu no quieres tibios , ya lo dijiste cuando siendo hombre habitabas entre nosotros, no quieres "medias tintas", a ratos si y a ratos no. Trajiste la paz pero también la guerra. La guerra dentro de nosotros mismos para vencer nuestro egoísmo, nuestra soberbia, nuestra envidia, nuestra gran pereza para la entrega total.
La Navidad no es solo para esta noche y de esta noche un ratito y tal vez mañana otro poquito. Es mucho más que eso, es todos los días, todos los meses y todos los segundos del año en que tenemos que vivir la autenticidad de nuestro Credo.
Ser auténticos con nuestra Fe no solo es: no robar, no matar, no hacer mal a nadie. Busquemos en nuestro interior y veamos esos pecados de omisión: el no hacer el bien, el no preocuparnos de los que están a nuestro lado, del hermano que nos tiende la mano y hacemos como que no lo vemos, como que no lo oímos... Veamos si en nuestra vida hay desprendimiento y generosidad o vivimos solo para atesorar y cuando nos parece que tenemos las manos llenas, las tenemos vacías ante los ojos de Dios.
Que esta Noche sea Nochebuena de verdad en nuestro corazón. Vamos a limpiar y quitar el polvo del olvido para las buenas obras. Vamos a colgar para siempre la estrella de la humildad donde antes había soberbia, vamos a poner una guirnalda de caridad donde antes había desamor.
Vamos a cambiar nuestra vida interior fría y apática, por una valiente y plena de autenticidad. Vamos a darte, Señor, lo que viniste a buscar en los hombres una noche como esta hace ya muchos años: limpieza de corazón y buena voluntad.
Empezamos esta pequeña reflexión con: Una vez más Señor... pues bien, ya no será una vez más, será: Siempre más, Señor.
Y como es una Noche muy especial, en nuestra primera oración, en nuestra primera conversación contigo te pedimos:
POR LOS ENFERMOS, POR LOS QUE NADA TIENEN Y NADA ESPERAN, POR LA PAZ EN EL MUNDO, POR LOS QUE TIENEN HAMBRE, POR LOS QUE TIENEN EL VACÍO DE NO SER QUERIDOS, POR LOS QUE YA NO ESTÁN A NUESTRO LADO, POR LOS NIÑOS Y LOS JÓVENES, POR LOS MATRIMONIOS, POR EL PAPA BENEDICTO XVI, POR LA IGLESIA, POR LOS SACERDOTES.
A TODOS DANOS TU BENDICIÓN Y PARA TODOS LOS LECTORES , UNA MUY FELIZ NAVIDAD.
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
lunes, 22 de octubre de 2012
SALMO 138
SALMO 138, I-II
Dios está en todas partes y lo ve todo
1Señor, tú me sondeas y me conoces;
2me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
3distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
4No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
5Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
6Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
7¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
8Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
9si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
10allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
11Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
12ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
* * *
13Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
14Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
15no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
16tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro;
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.
17¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
18Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas tú.
[19Dios mío, ¡si matases al malvado,
si se apartasen de mí los asesinos
20que hablan de ti pérfidamente,
y se rebelan en vano contra ti!
21¿No aborreceré a los que te aborrecen,
no me repugnarán los que se te rebelan?
22Los odio con odio implacable,
los tengo por enemigos.]
23Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
24mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.
todas mis sendas te son familiares.
4No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
5Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
6Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
7¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
8Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
9si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
10allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
11Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
12ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
* * *
13Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
14Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
15no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
16tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro;
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.
17¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
18Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas tú.
[19Dios mío, ¡si matases al malvado,
si se apartasen de mí los asesinos
20que hablan de ti pérfidamente,
y se rebelan en vano contra ti!
21¿No aborreceré a los que te aborrecen,
no me repugnarán los que se te rebelan?
22Los odio con odio implacable,
los tengo por enemigos.]
23Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
24mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.
miércoles, 29 de agosto de 2012
Sin deseos de seguir
Quizá te encuentras cansado, sin fuerzas, con una fe tambaleante, ves como todo a tu alrededor se te pone en contra, quisieras hacer algo para remediarlo pero te das cuenta que todo ya esta fuera de tu alcance, fuera de tu capacidad de solución.
Quisieras estar solo, que nadie te moleste, que nadie te hable, quisieras llorar, gritar,salir corriendo hacia algún lado, desaparecer quizá, dormir y que al despertar todo fuera un mal sueño, pero lastimosamente es la realidad lo que estas viviendo y eso te pone triste.
Y es que en los momentos cuando nuestros sentimientos se alborotan, pensamos y sentimos tantas cosas que varían de un minuto a otro. Nuestra mente no puede concentrarse en algo y simplemente sentimos tristeza, soledad y decepción por todo lo que nos esta pasando.
En esos momentos en donde nuestros sentimientos se anteponen a nuestra visión espiritual, debemos parar por un momento y quitarnos las gafas de la soledad, de la tristeza o la decepción y ponernos las gafas de la fe.
Yo sé que en esos momentos en donde nuestros sentimientos y emociones están confusos, lo menos que queremos escuchar de alguien es decir que las cosas estarán bien, porque lo oímos como un simple consuelo, mas allá de una realidad.
Pero aunque a ti te parezca un simple consuelo, hay una realidad espiritual que no podemos obviar a pesar que nuestras visión pueda estar empañada, o nuestra mente saturada, aun y con todo eso hay una verdad que aunque me rehúse a creer, es una realidad.
Dios nos prometió lo siguiente:
“Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás.”
Isaías 43:2 (Traducción en lenguaje actual)
A pesar de cualquier confusión momentánea producida por tus actuales problemas, tiene que comprender que Dios ha prometido ESTAR SIEMPRE CONTIGO, reflexiona muy bien en lo que este pasaje dice, pues Dios promete estar contigo en los momentos mas difíciles de tu vida, Él no dice que no pasaras por los ríos, ni que no caminaras por el fuego, pues seguramente tendrás que pasar por eso, pero hay una promesa nada despreciable y es el hecho de que aunque pases por ríos peligrosos y fuego que quema, tú estarás bien, pues no te ahogaras, ni te quemarás, porque ÉL ESTARÁ CONTIGO.
Hoy quiero motivarte a desviar tu mirada un momento, quita tus ojos de tus problemas y vuelve tu mirada al Dios que es capaz de solucionarlos.
Y entonces di y cree lo que el salmista dijo en un momento como el tuyo:
“Dirijo la mirada a las montañas; ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene de Dios, creador del cielo y de la tierra. Dios jamás permitirá que sufras daño alguno. Dios te cuida y nunca duerme.”
Salmos 121:1-3 (Traducción en lenguaje actual)
¡Vamos! Es hora de levantarse, ya no es tiempo de estar triste, es hora de glorificar a Dios en medio de cualquier circunstancia porque hay promesas para tu vida de que ÉL TE CUIDARÁ y seguramente estarás bien.
¡Sonríe!, no por los problemas, sino por la solución que viene de lo alto, porque Dios mismo se encargara de tu problema y pondrá todo en su lugar, ¡Simplemente confía!
Y es que aun cuando no tengas deseos de seguir por todo lo que te ha acontecido, tienes que saber que DIOS NO TE DEJARA, que Él insistirá en tu vida y te hablara de cualquier forma o por cualquier medio para hacerte saber que Él esta contigo y por lo tanto no puedes darte por vencido.
¡Si Dios esta contigo, tienes que estar seguro que TODO saldrá bien!
“En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total”.
Romanos 8:37 (Traducción en lenguaje actual)
Autor: Enrique Monterroza
jueves, 23 de agosto de 2012
Oración de la Sangre de Cristo
Señor Jesús, en tu nombre y con
el Poder de tu Sangre Preciosa
sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos a través de los cuales
el enemigo nos quiera hacer daño.
sellamos toda persona, hechos o
acontecimientos a través de los cuales
el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos toda potestad destructora en
el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego,
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas
de la naturaleza, en los abismos del infierno,
y en el mundo en el cual nos movemos hoy.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares
y lugares de trabajo a la Santísima Virgen
acompañada de San Miguel, San Gabriel,
San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.
sellamos toda potestad destructora en
el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego,
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas
de la naturaleza, en los abismos del infierno,
y en el mundo en el cual nos movemos hoy.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares
y lugares de trabajo a la Santísima Virgen
acompañada de San Miguel, San Gabriel,
San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan
(nombrar a cada una de ellas),
las personas que el Señor enviará a ella,
así como los alimentos y los bienes que
Él generosamente nos envía
para nuestro sustento.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos tierra, puertas, ventanas,
objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos los lugares en donde vamos
a estar este día, y las personas, empresas
o instituciones con quienes vamos a tratar
(nombrar a cada una de ellas).
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestro trabajo material y espiritual,
los negocios de toda nuestra familia,
y los vehículos, las carreteras, los aires,
las vías y cualquier medio de transporte
que habremos de utilizar.
Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes
y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan
(nombrar a cada una de ellas),
las personas que el Señor enviará a ella,
así como los alimentos y los bienes que
Él generosamente nos envía
para nuestro sustento.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos tierra, puertas, ventanas,
objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos los lugares en donde vamos
a estar este día, y las personas, empresas
o instituciones con quienes vamos a tratar
(nombrar a cada una de ellas).
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestro trabajo material y espiritual,
los negocios de toda nuestra familia,
y los vehículos, las carreteras, los aires,
las vías y cualquier medio de transporte
que habremos de utilizar.
Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes
y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.
Te agradecemos Señor por Tu Sangre y
por Tu Vida, ya que gracias a Ellas
hemos sido salvados y somos preservados
de todo lo malo.
Amén.
por Tu Vida, ya que gracias a Ellas
hemos sido salvados y somos preservados
de todo lo malo.
Amén.
martes, 14 de agosto de 2012
¿Cómo orar cuando sientes miedo?
Todos queremos seguridad y buscamos seguridades. Nos da miedo cuando no hay seguridad, cuando perdemos nuestras seguridades o cuando se ven amenazadas o reducidas.
Te da seguridad un buen empleo, la aceptación de los demás, las cosas que posees, los amigos que te respaldan, un entorno conocido, tus habilidades, tu formación profesional, tus títulos, el dinero, recibir reconocimientos y dignidades, ser consultado, recibir atenciones, tu hogar, una buena salud, etc.
Cuando se ponen en riesgo nuestras seguridades nos entra miedo. Se derrumban o disminuyen nuestras seguridades y corremos el riesgo de desmoronarnos. Cuando esto sucede nos encontramos en la posición del pobre, del que nunca ha tenido nada o del que lo ha perdido todo y depende totalmente de la gratuidad del amor de Dios.
Es humano tener miedo. No nos extraña que hasta los Papas sientan miedo cuando son elegidos. Tengo a la mano una oración del Cardenal Eduardo Pironio, argentino, en que se presenta ante Dios con mucho miedo. Tuve la gracia de tratar mucho con él y hablaba con frecuencia de la confianza, de la virtud de la esperanza; tal vez por el miedo que sentía. Extraigo partes de una de sus oraciones:
Señor,
Hoy necesito hablar contigo con sencillez de pobre, con corazón quebrantado pero enteramente fiel.
Sufro, Señor, porque tengo miedo,
mucho miedo, más que nunca.
Yo no sé por qué, o mejor, sí se por qué:
porque Tú, Señor, adorablemente lo quieres.
Y yo lo acepto.
Pero también escucho tu voz de amigo:
"No tengas miedo, no se turbe tu corazón.
Soy yo. Yo estaré contigo hasta el final."
Repítemelo siempre Señor,
y en los momentos más difíciles,
suscita a mi alrededor almas muy simples
que me lo digan en tu nombre.
Tengo miedo, Señor, mucho miedo.
Miedo de no comprender a mis hermanos
y decirles las palabras que necesitan.
Miedo de no saber dialogar,
de no saber elegir bien a mis colaboradores,
de no saber organizar la diócesis,
de no saber planear,
de dejarme presionar por un grupo o por el otro,
de no ser suficientemente firme
como corresponde a un Buen Pastor,
de no saber corregir a tiempo,
de no saber sufrir en silencio,
de preocuparme excesivamente por las cosas al modo humano,
y entonces, estoy seguro de que me irá mal.
Por eso, Señor, te pido que me ayudes.
Me hace bien sentirme pobre,
muy pobre, muy inútil y pecador.
Ahora siento profundamente mis pecados.
He pecado mucho en mi vida
y tú me sigues buscando y amando.
Pero te repito, sigo teniendo miedo, mucho miedo.
No lo tendría si fuera más humilde.
Yo creo que me asusta la posibilidad del fracaso.
Temo fracasar, sobre todo, después de que me esperaron tanto.
Pero no pienso que Tú también fracasaste,
que no todos aceptaron tu enseñanza.
Hubo muchos que te dejaron porque "les resultaba dura" y absurda tu doctrina.
Nunca te fue bien, Señor:
te criticaron siempre y quisieron despeñarte.
Si no te mataron antes fue por miedo al pueblo que te seguía.
Pero te rechazaron los sacerdotes; te traicionó Judas; te negó Pedro;
te abandonaron todos tus discípulos
¿y no sufrías entonces?
Y yo, ¿quiero ser más que el Maestro y tener más fortuna que mi Señor?
Jesús, enséñame a decir que sí y a no dejarme aplastar por el miedo.
El Cardenal Pironio sabía ver en el sufrimiento la mano providente de Dios Padre. En su testamento espiritual escribe: Que nadie se sienta culpable de haberme hecho sufrir, porque han sido instrumento providencial de un Padre que me amó mucho.
Lo que más aprendo de esta oración es la humildad y la confianza con que se dirige a Dios. Cuando un hijo se dirige a su padre con humildad y absoluta confianza, lo obtiene todo de él. El padre es protector y proveedor. Si el hijo expone a su padre su debilidad, su miseria, sus faltas, su condición vulnerable, y se dirige a él pidiendo ayuda con absoluta confianza, un buen padre siempre responde.
Cuando sentimos miedo al perder nuestras seguridades o al no tener seguridad alguna, podemos tener la certeza de que si lo aceptamos con humildad y acudimos con confianza a Dios Padre, el amor de Dios vendrá en nuestro auxilio. La confianza filial lo obtiene todo de Dios.
Cuando sentimos miedo también podemos orar con la ayuda del Salmo 23: Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo. Tu vara y tu cayado me sosiegan y del Salmo 30 En ti, Señor, me cobijo, nunca quede defraudado. Sé mi roca de refugio, alcázar donde me salve; pues tú eres mi peña y mi alcázar.
Cuando sentimos miedo, la roca firme del amor misericordioso de Dios es nuestra seguridad.
Autor: P Evaristo Sada LC | Fuente: www.la-oracion.com
Te da seguridad un buen empleo, la aceptación de los demás, las cosas que posees, los amigos que te respaldan, un entorno conocido, tus habilidades, tu formación profesional, tus títulos, el dinero, recibir reconocimientos y dignidades, ser consultado, recibir atenciones, tu hogar, una buena salud, etc.
Cuando se ponen en riesgo nuestras seguridades nos entra miedo. Se derrumban o disminuyen nuestras seguridades y corremos el riesgo de desmoronarnos. Cuando esto sucede nos encontramos en la posición del pobre, del que nunca ha tenido nada o del que lo ha perdido todo y depende totalmente de la gratuidad del amor de Dios.
Es humano tener miedo. No nos extraña que hasta los Papas sientan miedo cuando son elegidos. Tengo a la mano una oración del Cardenal Eduardo Pironio, argentino, en que se presenta ante Dios con mucho miedo. Tuve la gracia de tratar mucho con él y hablaba con frecuencia de la confianza, de la virtud de la esperanza; tal vez por el miedo que sentía. Extraigo partes de una de sus oraciones:
Señor,
Hoy necesito hablar contigo con sencillez de pobre, con corazón quebrantado pero enteramente fiel.
Sufro, Señor, porque tengo miedo,
mucho miedo, más que nunca.
Yo no sé por qué, o mejor, sí se por qué:
porque Tú, Señor, adorablemente lo quieres.
Y yo lo acepto.
Pero también escucho tu voz de amigo:
"No tengas miedo, no se turbe tu corazón.
Soy yo. Yo estaré contigo hasta el final."
Repítemelo siempre Señor,
y en los momentos más difíciles,
suscita a mi alrededor almas muy simples
que me lo digan en tu nombre.
Tengo miedo, Señor, mucho miedo.
Miedo de no comprender a mis hermanos
y decirles las palabras que necesitan.
Miedo de no saber dialogar,
de no saber elegir bien a mis colaboradores,
de no saber organizar la diócesis,
de no saber planear,
de dejarme presionar por un grupo o por el otro,
de no ser suficientemente firme
como corresponde a un Buen Pastor,
de no saber corregir a tiempo,
de no saber sufrir en silencio,
de preocuparme excesivamente por las cosas al modo humano,
y entonces, estoy seguro de que me irá mal.
Por eso, Señor, te pido que me ayudes.
Me hace bien sentirme pobre,
muy pobre, muy inútil y pecador.
Ahora siento profundamente mis pecados.
He pecado mucho en mi vida
y tú me sigues buscando y amando.
Pero te repito, sigo teniendo miedo, mucho miedo.
No lo tendría si fuera más humilde.
Yo creo que me asusta la posibilidad del fracaso.
Temo fracasar, sobre todo, después de que me esperaron tanto.
Pero no pienso que Tú también fracasaste,
que no todos aceptaron tu enseñanza.
Hubo muchos que te dejaron porque "les resultaba dura" y absurda tu doctrina.
Nunca te fue bien, Señor:
te criticaron siempre y quisieron despeñarte.
Si no te mataron antes fue por miedo al pueblo que te seguía.
Pero te rechazaron los sacerdotes; te traicionó Judas; te negó Pedro;
te abandonaron todos tus discípulos
¿y no sufrías entonces?
Y yo, ¿quiero ser más que el Maestro y tener más fortuna que mi Señor?
Jesús, enséñame a decir que sí y a no dejarme aplastar por el miedo.
El Cardenal Pironio sabía ver en el sufrimiento la mano providente de Dios Padre. En su testamento espiritual escribe: Que nadie se sienta culpable de haberme hecho sufrir, porque han sido instrumento providencial de un Padre que me amó mucho.
Lo que más aprendo de esta oración es la humildad y la confianza con que se dirige a Dios. Cuando un hijo se dirige a su padre con humildad y absoluta confianza, lo obtiene todo de él. El padre es protector y proveedor. Si el hijo expone a su padre su debilidad, su miseria, sus faltas, su condición vulnerable, y se dirige a él pidiendo ayuda con absoluta confianza, un buen padre siempre responde.
Cuando sentimos miedo al perder nuestras seguridades o al no tener seguridad alguna, podemos tener la certeza de que si lo aceptamos con humildad y acudimos con confianza a Dios Padre, el amor de Dios vendrá en nuestro auxilio. La confianza filial lo obtiene todo de Dios.
Cuando sentimos miedo también podemos orar con la ayuda del Salmo 23: Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo. Tu vara y tu cayado me sosiegan y del Salmo 30 En ti, Señor, me cobijo, nunca quede defraudado. Sé mi roca de refugio, alcázar donde me salve; pues tú eres mi peña y mi alcázar.
Cuando sentimos miedo, la roca firme del amor misericordioso de Dios es nuestra seguridad.
Autor: P Evaristo Sada LC | Fuente: www.la-oracion.com
miércoles, 25 de julio de 2012
Mensaje del 25 de julio de 2012 en Medjugorje, Bosnia-Herzegovina
“¡Queridos hijos! Hoy los invito al bien. Sean portadores de la paz y de la bondad en este mundo. Oren para que Dios les dé fuerza a fin de que en su corazón y en su vida, reinen siempre la esperanza y el orgullo de ser hijos de Dios y portadores de su esperanza, en este mundo que está sin alegría en el corazón y sin futuro, porque no tiene el corazón abierto a Dios que es su salvación. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
jueves, 19 de julio de 2012
10 cualidades de la meditación del laico
el laico vive en condiciones que hacen más difícil la meditación, la paz interior y la vida de oración. Vivir inmersos en las cosas del mundo es propio de ellos, a diferencia del sacerdote y del religioso que ha sido "tomado de entre los hombres....." (Heb 5,1) «El mundo se convierte en el ámbito y el medio de la vocación cristiana de los laicos» (Christifideles laici, 15). Cuanto más caminan en el desierto, mayor sed experimentan. Cuanto más buscan, más desean el encuentro. Cuanto más se afanan, más anhelan descanso duradero. Cuanto más se agitan, más necesitan la paz interior.
Considerando la condición de vida del laico, creo que algunas características de su estilo de oración deberían ser las siguientes:
1. Que busquen sobre todo la vida de oración, entendida como una relación de amistad con Dios a lo largo de la jornada; una relación estable, un estado. La oración no como algo paralelo a la vida cotidiana, sino como su condición de criatura que se relaciona con su Creador, de hijo que trata con su Padre, de pecador que ama a su Salvador, de caminante que escucha y se deja ayudar por su Guía. La oración es trato directo con el Dios vivo. La relación con Dios es mucho más profunda y va mucho más allá que una actividad que dure 5, 15 ó 30 minutos al día. La vida de oración es cuestión de identidad.
2.Que la jornada sea búsqueda y hallazgo de Dios a lo largo del día, descubrimiento continuo de una Presencia omnipresente. Esto lo permite la audacia y la condescendencia de Dios que nos sale al paso en todas partes y que se revela en todas las cosas. Así la vida de oración será escucha atenta capaz de descubrir en todo la voz de Dios que nos dice que nos ama y del Espíritu Santo que nos muestra el camino. La vida de oración será mirada pura y penetrante capaz de reconocer en todo los rasgos del Autor. Todo es transparencia de la presencia de Dios, todo es voz que comunica la Palabra: el alba, la luz, el trabajo, las personas, las voces, los silencios, los árboles, las nubes, la lluvia, la comida, las ideas, loséxitos, los fracasos, las sonrisas, las tristezas, las caricias, las heridas, la oscuridad, las estrellas. "Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: supoder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables." (Rm 1,20).
3. Que busquen espacios de silencio y soledad, tiempos fuertes reservados y dedicados exclusivamente al encuentro consigo mismos y al trato de amistad con Jesucristo. Que para ello busquen o se hagan un tiempo diario para Dios, en un lugar que favorezca elrecogimiento y libre de interrupciones. Es difícil y exigente, pero indispensable. En un principio cuesta, pero luego se convierte en una necesidad. Requiere orden, disciplina, mortificación y constancia, pero si no quiere morir de hambre tiene que darse tiempo para comer: "He aquí que yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo." (Ap 3,20) El silencio exterior será el camino para hacer silencio interior y descubrir la presencia de Cristo en su corazón, por la gracia.
4.Que encuentren en la meditación una respuesta a la intensidad de la vida, a la dispersión mental y al reclamo profundo del corazón. En medio de tanto ruido, tantos estímulos, tantas prisas y presiones, la oración personal se convierte para el laico en una necesidad. La oración no debería verse como algo más que meter a presión en un horario ya de por sí saturado, como una carga o compromiso, sino como descanso y liberación, remanso de paz, fuente de inspiración para seguir adelante.
"La meditación es una forma de oración que ha suscitado un creciente interés en los últimos años, porque parece ofrecer un contrapeso frente a la agitación de la existencia contemporánea: una auténtica medicina que, partiendo del interior, del corazón, promete curar al hombre, liberarle del stress cotidiano y darle la paz interior." (Card. Ratzinger, Introducción a la carta "Orationis Formas")
5.Que su meditación sea encuentro con un Amigo que llevan dentro, como acogida de Aquél que les amó primero, como trato natural con un Compañero cercano, con un Padre que mendiga atención, con un Amor rico en misericordia, fiel y duradero. La meditación es encuentro personal con Quien está siempre pensando en mí, que nunca jamás me abandona ni me suelta aunque le falle o no le ponga atención, con el Dios que me escruta y me conoce, para quien todas mis sendas le son familiares (cfr. Salmo 139), que es misericordioso aunque le ignore o le rechace, que habita en mi corazón como dulce huésped del alma. Que en ese encuentro diario hallen respuesta a la búsqueda mutua de fidelidad e intimidad: la de Dios y la suya propia.
6. Que descubran en la meditación cristiana un camino capaz de integrar y unificar la existencia: Como constataba el Card. Ratzinger en la introducción a la carta "Orationis formas", hay una nueva conciencia de la unidad de la persona humana, de su corporeidad y espiritualidad; de la necesidad de un principio unificador del cosmos y de la propia existencia. La meditación integra el mundo en que vivimos, las personas con que nos relacionamos, los problemas, todo el acontecer de la vida cotidiana, la propia historia (pasado, presente y futuro), el origen y el fin. Ante tanta dispersión, la meditación cristiana ofrece un principio unificador, que lo llevamos dentro y que a la vez nos trasciende. La meditación cristiana permite volver sobre sí mismo y descubrir que somos un ser en relación con el Dios de la fe, nuestro Creador, Salvador y Guía. La meditación cristiana ubica, ayuda a construir la propia existencia con sentido de lo esencial. La meditación cristiana armoniza y da sentido, porque es encuentro consigo mismo como ser libre ante Aquél que libremente nos ha creado y nos interpela. Todo mi yo que encuentra y responde al Tú de Dios.
7.Oración de quien sabe disfrutar la vida y que alaba y agradece al Creador a lo largo de la jornada por tantas experiencias maravillosas que ofrecen el amor humano, la familia, la naturaleza, el desarrollo, la vida social, la cultura, el arte, la ciencia... Oración de quien al palpar los límites y la caducidad de las cosas materiales y de los hombres, y experimentar la fugacidad inexorable de la vida, se adhiere con fe y confianza a la roca firme del amor de Dios, del que no puede dudar aunque no siempre lo sienta.
8. Que su meditación brote de su vida ordinaria: la familia, las amistades, el peso de las responsabilidades, las alegrías y tristezas, los triunfos y fracasos, los problemas de la vida, los sufrimientos, las decisiones que tomar, el trabajo, la economía, la misión... Oración del buscador que al analizar su vida y antes de tomar decisiones se pregunta cómo obraría Cristo; y que encuentra inspiración y respuesta en la Sagrada Escritura y en la Eucaristía la fuerza para obrar en consecuencia. Es decir, que el laico haga el hábito de acordarse de Dios a lo largo del día, que no viva como si fuera un huérfano, sino que recuerde que allí a un paso tiene a su Padre para pedirle ayuda, consejo, fortaleza.
"Sin la oración diaria vivida con fidelidad, nuestro obrar se vacía, pierde el alma profunda, se reduce a un simple activismo que nos deja insatisfechos. Todos los pasos de nuestra vida, todas las acciones deben ser hechas ante Dios, en la oración, a la luz de su Palabra. Cuando la oración se alimenta con la Palabra de Dios, se ve la realidad con ojos nuevos, con los ojos de la fe, y el Señor, que habla a lamente y al corazón, da nueva luz al camino en cualquier situación. Nosotroscreemos en la fuerza de la Palabra de Dios y de la oración. Si los pulmones de la oración y de la Palabra de Dios no alimentan la respiración de nuestra vida espiritual, nos arriesgamos a ahogarnos en medio de las mil cosas de todos los días. La oración es la respiración del alma y de la vida". (Benedicto XVI, Ciudad del Vaticano, 25 de abril de 2012).
9. Que su meditación sea la propia de un bautizado, hijo de Dios, llamado a ser como Cristo; oración del hombre con un proyecto: la propia identificación con Cristo. Que bien parado en la tierra mantenga la mirada en alto, oteando siempre la otra orilla, donde está Cristo con los brazos abiertos en la puerta del cielo. Que los límites, fracasos y frustraciones de esta vida le ayuden a conocerse mejor y a buscar su realización en la belleza que no marchita. Que la experiencia del misterio tremendo y fascinante del Dios que habita en su corazón desde el día de su bautismo, le lleve a buscar y a gustar la felicidad verdadera.
10.Meditación desde la propia vocación y misión de ser testigo de la experiencia de Cristo, sal de la tierra, levadura en la masa, apóstol con la misión de colaborar con Cristo en la instauración de Su Reino en el mundo y en la historia.
No pretendo abrumar a nadie, todo lo contrario. Una oración así es don del Espíritu Santo y es lucha de toda una vida. El Espíritu Santo trabaja siempre en sinergia, quiere que le pidamos con insistencia que queremos orar así, y que entremos con decisión al combate de la oración.
Autor: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com
Considerando la condición de vida del laico, creo que algunas características de su estilo de oración deberían ser las siguientes:
1. Que busquen sobre todo la vida de oración, entendida como una relación de amistad con Dios a lo largo de la jornada; una relación estable, un estado. La oración no como algo paralelo a la vida cotidiana, sino como su condición de criatura que se relaciona con su Creador, de hijo que trata con su Padre, de pecador que ama a su Salvador, de caminante que escucha y se deja ayudar por su Guía. La oración es trato directo con el Dios vivo. La relación con Dios es mucho más profunda y va mucho más allá que una actividad que dure 5, 15 ó 30 minutos al día. La vida de oración es cuestión de identidad.
2.Que la jornada sea búsqueda y hallazgo de Dios a lo largo del día, descubrimiento continuo de una Presencia omnipresente. Esto lo permite la audacia y la condescendencia de Dios que nos sale al paso en todas partes y que se revela en todas las cosas. Así la vida de oración será escucha atenta capaz de descubrir en todo la voz de Dios que nos dice que nos ama y del Espíritu Santo que nos muestra el camino. La vida de oración será mirada pura y penetrante capaz de reconocer en todo los rasgos del Autor. Todo es transparencia de la presencia de Dios, todo es voz que comunica la Palabra: el alba, la luz, el trabajo, las personas, las voces, los silencios, los árboles, las nubes, la lluvia, la comida, las ideas, loséxitos, los fracasos, las sonrisas, las tristezas, las caricias, las heridas, la oscuridad, las estrellas. "Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: supoder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables." (Rm 1,20).
3. Que busquen espacios de silencio y soledad, tiempos fuertes reservados y dedicados exclusivamente al encuentro consigo mismos y al trato de amistad con Jesucristo. Que para ello busquen o se hagan un tiempo diario para Dios, en un lugar que favorezca elrecogimiento y libre de interrupciones. Es difícil y exigente, pero indispensable. En un principio cuesta, pero luego se convierte en una necesidad. Requiere orden, disciplina, mortificación y constancia, pero si no quiere morir de hambre tiene que darse tiempo para comer: "He aquí que yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo." (Ap 3,20) El silencio exterior será el camino para hacer silencio interior y descubrir la presencia de Cristo en su corazón, por la gracia.
4.Que encuentren en la meditación una respuesta a la intensidad de la vida, a la dispersión mental y al reclamo profundo del corazón. En medio de tanto ruido, tantos estímulos, tantas prisas y presiones, la oración personal se convierte para el laico en una necesidad. La oración no debería verse como algo más que meter a presión en un horario ya de por sí saturado, como una carga o compromiso, sino como descanso y liberación, remanso de paz, fuente de inspiración para seguir adelante.
"La meditación es una forma de oración que ha suscitado un creciente interés en los últimos años, porque parece ofrecer un contrapeso frente a la agitación de la existencia contemporánea: una auténtica medicina que, partiendo del interior, del corazón, promete curar al hombre, liberarle del stress cotidiano y darle la paz interior." (Card. Ratzinger, Introducción a la carta "Orationis Formas")
5.Que su meditación sea encuentro con un Amigo que llevan dentro, como acogida de Aquél que les amó primero, como trato natural con un Compañero cercano, con un Padre que mendiga atención, con un Amor rico en misericordia, fiel y duradero. La meditación es encuentro personal con Quien está siempre pensando en mí, que nunca jamás me abandona ni me suelta aunque le falle o no le ponga atención, con el Dios que me escruta y me conoce, para quien todas mis sendas le son familiares (cfr. Salmo 139), que es misericordioso aunque le ignore o le rechace, que habita en mi corazón como dulce huésped del alma. Que en ese encuentro diario hallen respuesta a la búsqueda mutua de fidelidad e intimidad: la de Dios y la suya propia.
6. Que descubran en la meditación cristiana un camino capaz de integrar y unificar la existencia: Como constataba el Card. Ratzinger en la introducción a la carta "Orationis formas", hay una nueva conciencia de la unidad de la persona humana, de su corporeidad y espiritualidad; de la necesidad de un principio unificador del cosmos y de la propia existencia. La meditación integra el mundo en que vivimos, las personas con que nos relacionamos, los problemas, todo el acontecer de la vida cotidiana, la propia historia (pasado, presente y futuro), el origen y el fin. Ante tanta dispersión, la meditación cristiana ofrece un principio unificador, que lo llevamos dentro y que a la vez nos trasciende. La meditación cristiana permite volver sobre sí mismo y descubrir que somos un ser en relación con el Dios de la fe, nuestro Creador, Salvador y Guía. La meditación cristiana ubica, ayuda a construir la propia existencia con sentido de lo esencial. La meditación cristiana armoniza y da sentido, porque es encuentro consigo mismo como ser libre ante Aquél que libremente nos ha creado y nos interpela. Todo mi yo que encuentra y responde al Tú de Dios.
7.Oración de quien sabe disfrutar la vida y que alaba y agradece al Creador a lo largo de la jornada por tantas experiencias maravillosas que ofrecen el amor humano, la familia, la naturaleza, el desarrollo, la vida social, la cultura, el arte, la ciencia... Oración de quien al palpar los límites y la caducidad de las cosas materiales y de los hombres, y experimentar la fugacidad inexorable de la vida, se adhiere con fe y confianza a la roca firme del amor de Dios, del que no puede dudar aunque no siempre lo sienta.
8. Que su meditación brote de su vida ordinaria: la familia, las amistades, el peso de las responsabilidades, las alegrías y tristezas, los triunfos y fracasos, los problemas de la vida, los sufrimientos, las decisiones que tomar, el trabajo, la economía, la misión... Oración del buscador que al analizar su vida y antes de tomar decisiones se pregunta cómo obraría Cristo; y que encuentra inspiración y respuesta en la Sagrada Escritura y en la Eucaristía la fuerza para obrar en consecuencia. Es decir, que el laico haga el hábito de acordarse de Dios a lo largo del día, que no viva como si fuera un huérfano, sino que recuerde que allí a un paso tiene a su Padre para pedirle ayuda, consejo, fortaleza.
"Sin la oración diaria vivida con fidelidad, nuestro obrar se vacía, pierde el alma profunda, se reduce a un simple activismo que nos deja insatisfechos. Todos los pasos de nuestra vida, todas las acciones deben ser hechas ante Dios, en la oración, a la luz de su Palabra. Cuando la oración se alimenta con la Palabra de Dios, se ve la realidad con ojos nuevos, con los ojos de la fe, y el Señor, que habla a lamente y al corazón, da nueva luz al camino en cualquier situación. Nosotroscreemos en la fuerza de la Palabra de Dios y de la oración. Si los pulmones de la oración y de la Palabra de Dios no alimentan la respiración de nuestra vida espiritual, nos arriesgamos a ahogarnos en medio de las mil cosas de todos los días. La oración es la respiración del alma y de la vida". (Benedicto XVI, Ciudad del Vaticano, 25 de abril de 2012).
9. Que su meditación sea la propia de un bautizado, hijo de Dios, llamado a ser como Cristo; oración del hombre con un proyecto: la propia identificación con Cristo. Que bien parado en la tierra mantenga la mirada en alto, oteando siempre la otra orilla, donde está Cristo con los brazos abiertos en la puerta del cielo. Que los límites, fracasos y frustraciones de esta vida le ayuden a conocerse mejor y a buscar su realización en la belleza que no marchita. Que la experiencia del misterio tremendo y fascinante del Dios que habita en su corazón desde el día de su bautismo, le lleve a buscar y a gustar la felicidad verdadera.
10.Meditación desde la propia vocación y misión de ser testigo de la experiencia de Cristo, sal de la tierra, levadura en la masa, apóstol con la misión de colaborar con Cristo en la instauración de Su Reino en el mundo y en la historia.
No pretendo abrumar a nadie, todo lo contrario. Una oración así es don del Espíritu Santo y es lucha de toda una vida. El Espíritu Santo trabaja siempre en sinergia, quiere que le pidamos con insistencia que queremos orar así, y que entremos con decisión al combate de la oración.
Autor: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com
lunes, 25 de junio de 2012
CANSADO DE LUCHAR
Los problemas constantes, la falta de comprensión, el dolor de esperar, junto con el cansancio, son losprincipales motivos por los que la mayoría en algún momento hemos sentido el deseo de abandonar la lucha por ese anhelado pero en ocasiones difícil objetivo, momentos donde en a veces pareciera que estamos luchando solos por algo que no sabemos cuando conseguiremos o simplemente vemos que lo prolongado del proceso agota nuestras fuerzas, acaba poco a poco con nuestras ganas de continuar, a pesar de saber que es algo que en verdad deseamos.
Una de las cosas que he aprendido en mi vida es que todo es mejor cuando invitas a luchar a Dios contigo, puedo decirte con seguridad que luchar sola en algún momento de mi vida solo me trajo frustración al no poder hacer nada, y es que a veces tratamos de arreglar todo a nuestra manera y en la forma y tiempo que creemos que es mejor, pero luego que vemos que no conseguimos nada es tanta la tristeza que decidimos dejarlo todo y renunciar.
¿Te encuentras hoy en la lucha por algo muy deseado para ti?, ¿has sentido que se acaban tus fuerzas para continuar?, entonces es momento de pedir la ayuda de aquel que tiene esa fuerza que necesitas, no tienes que buscar mas aquí y allá, la respuesta esta en Dios y su interminable amor que te ayuda a continuar en esa batalla que tu sabes que no quieres dejar.
Dios no te ha llevado hasta donde estas para abandonarte en medio de tu situación, al contrario, si has llegado hasta donde estas es porque estas mas cerca de llegar al objetivo, cuando mas cansado estas es porque ya has recorrido buena parte del camino, ¡no te detengas! Tal vez es la última parte del recorrido, no puedes rendirte ahora.
Tal vez te has preguntado constantemente de donde es que obtendrás fuerzas para continuar, o como es que harás frente a esa situación tan grande que tienes en contra, pero basta con solamente unas cuantas palabras dirigidas a Dios desde el fondo de tu corazón, para que Él venga y te ayude a continuar, Él siempre esta atento a lo que necesitas, solo tienes que pedirlo, sabemos que el que pide recibe y que al que cree todo le es posible.
Quizás hoy te encuentras ya cansado de tanto luchar, y tus fuerzas no son las mismas que cuando comenzó tu situación pero hay algo que nunca debes olvidar y eso es que cualquier cosa que te haga falta solo necesitas pedirla a Dios con fe para recibirla, puedes estar cansado pero… Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Isaías 40:29 (NVI)
Que el cansancio no termine con tus ganas de continuar, en el fondo de tu corazón sabes que has puesto mucho esfuerzo para vencer esa difícil situación, hay una gran recompensa para los que perseveran, al llegar a la meta todo esfuerzo vale la pena, el cansancio es un obstáculo mas del camino y con la ayuda de Dios puedes vencerlo.
Todas las luchas son desgastantes, todas los procesos difíciles provocan muchos sentimientos que la mayoría de las veces nos desaniman a seguir adelante, pero para todo el que confía en Dios no hay pretexto para renunciar, porque no hay derrota para ellos, ¿confías en Dios?, ¡Entonces ya tienes la victoria asegurada!
Autora: Maite Leija
miércoles, 13 de junio de 2012
MI CAMINAR CON DIOS
No sé cuál sea la experiencia que tú tengas, pero para mí ha sido todo muy claro, la generosidad de Dios supera, por mucho, lo que yo le pueda dar. Su amor, su paciencia, su perdón, su comprensión, son señales tan claras de su presencia cercana en mi vida, que sólo tengo palabras de agradecimiento y admiración.
Una cosa he aprendido en mi vida al caminar: "No puedo ganarle a Dios cuando se trata de dar" Por más que yo quiero darle, siempre me gana Él a mí, porque me regresa más de lo que yo le dí. Si yo doy, no es porque tengo, más bien tengo porque doy; y cuando Dios me pide, es porque Él me quiere dar; y cuando Dios me da, es porque me quiere pedir. Si tú quieres, haz la prueba y comienza a darle hoy, ya verás que en poco tiempo tú también podrás decir... Una cosa he aprendido en mi vida al caminar: "no puedo ganarle a Dios cuando se trata de dar".
Un día, un hombre sabio y piadoso clamó al cielo por una respuesta. El hombre aquel, encabezaba un grupo de misioneros que oraban por la paz del mundo, para lograr que las fronteras no existieran y que toda la gente viviera feliz. La pregunta que hacían era: ¿Cuál es la clave, Señor, para que el mundo viva en armonía?
Entonces los cielos se abrieron, y después de un magnífico estruendo, la voz de Dios les dijo: COMODIDAD. Todos los misioneros se veían entre sí, sorprendidos y extrañados de escuchar tal término de la propia voz de Dios.
El hombre sabio y piadoso, preguntó de nuevo: ¿Comodidad Señor?, ¿qué quieres decir con eso?
Dios respondió:
La clave para un mundo pleno es: Como dí, dad; es decir, así como yo les dí, dad tú a tu prójimo. Como dí, dad tú fe; como dí, dad tú esperanza; como dí, dad tú caridad; como dí, sin límites, sin pensar en nada más que dar, dad tú al mundo.
Dios nos da un gran ejemplo de amor y humildad, ahora nos toca a nosotros, dando lo poco o mucho que podamos. Lo importante es hacerlo con amor y sin buscar nada a cambio, sólo querer el bien de los demás. Por eso la clave está en: Como dí, dad.
Autor: P. Dennis Doren L.C. | Fuente: Catholic.net
jueves, 7 de junio de 2012
PENSAMIENTOS DESTRUCTIVOS
Uno
de los muchos obstáculos que enfrentamos en nuestra vida son nuestros
pensamientos, y es que dedicamos gran parte de nuestro tiempo a pensar, desde que nos levantamos en las mañanas estamos pensando en lo que haremos a lo largo que día, en los pendientes
que dejamos, en lo que hay que hacer en la casa, mientras nos dirigimos
en camino a nuestros destinos ya sea escuela o trabajo vamos y
regresamos pensando, nos vamos a la cama y antes de dormir estamos
pensando todavía, siempre hay mil cosas en que pensar, pero cuando esos
pensamientos que deberían ser buenos y positivos se transforman en lo
contrario llegan a ser pensamientos destructivos y provocan tristeza, desanimo y hasta aja autoestima.
Una definición simple de pensamiento es
que “es la actividad y creación de la mente; y que muchas veces es
traído a existencia real”. Los pensamientos solo pueden ser de dos
formas, son buenos para edificarnos o son malos para destruirnos, es muy
fácil dejar entrar los pensamientos, y la mayoría de las veces nos es todavía mas dejar entrar
los pensamientos malos, comenzamos por una pequeña inquietud que esta
en nuestra mente y nos hace dudar sobre lo que nos parecía que estábamos
haciendo bien, sobre nuestra persona, o sobre nuestro desempeño.
El enemigo
usa estos “pensamientos destructivos” para detenernos en lo que estamos
haciendo, mas aun cuando es un desempeño de servicio a Dios, basta con
una pequeña duda que siembre en nuestra mente para que comencemos a pensar
toda clase de cosas que nos desaniman y terminamos por creer que no
somos lo suficientemente buenos, que nuestra capacidad no da para mas,
que no somos del agrado de las personas y muchas otras cosas mas, pero
2° de Corintios 2:10 nos dice: “Destruimos argumentos y toda
altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos
cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”, tu como hijo de Dios eres hecho a su imagen
y semejanza, tienes la mente de Cristo, por lo tanto los pensamientos
tienen una conexión con Dios pues solo Él es capaz de conocerlos aun que
no se los digas, pues todo el tiempo Él ve nuestro corazón y nuestros
pensamientos.
Hay una frase que dice que “somos lo que
pensamos”, te imaginas si pasamos todo el tiempo pensando que no somos
buenos en lo que hacemos, que no tenemos valor, que no podemos lograr
nada ¿estaremos siendo realmente cobardes e incapaces?, ¡claro que No!,
Dios te ha dotado de habilidades y conocimiento, te ha hecho alguien
capaz y te ha ofrecido su ayuda si en algún momento sientes que no
puedes mas, ¿estas falto de fuerza, de conocimiento, de dirección? Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido. Mateo 7:7-8 (TLA)
Solamente tu y Dios conocen tus
pensamientos, nadie mas puede verlos, pero si de algo estoy segura es
que todo lo bueno que pensamos proviene de Dios, y los pensamientos
malos, negativos y destructivos del enemigo, ¿A quien entonces le
creerás, cual es la opinión que te interesa saber?, la respuesta es
fácil, no te dejes llevar por pensamientos que te desaniman o distraen
de lo que estas haciendo, que no te hagan dudar de lo mucho que vale lo
que haces, lo que has planeado y llevado a cabo con esfuerzo.
No permitas que los pensamientos sin sentido terminen con tus ganas impidiéndote crecer y continuar
hacia la meta, no le des crédito a lo que piensa de ti el enemigo e
intenta poner en tu mente, antes bien, toma valor y recházalos, recuerda
que tienes la mente de Cristo, que te ama con amor eterno aun por
encima de cualquier error que puedas cometer, los pensamientos de Dios
hacia ti son de amor, de paz y de bendición, y sus planes para ti
superiores a lo que hoy te puedes imaginar.
La Biblianos habla de los pensamientos y
en que podemos ocupar nuestra mente para que no demos lugar a los
dardos del enemigo, lo dijo el apóstol Pablo mientras se encontraba
preso, donde seguramente le llegaban tantos pensamientos tratando de
hacer que dudara o dejara de creer y desistiera en lo que estaba
encomendado a hacer, y decía: “Finalmente, hermanos, piensen en
todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que
es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y
en todo lo que es agradable y merece ser alabado”. Filipenses 4:8 (TLA)
Puede ser que hoy seas preso de pensamientos que poco a poco han ido menguando tus ganas de continuar, te han hecho creer que no vale la pena, que ni siquiera eres lo suficientemente bueno en lo que haces, que alguien mas lo haría mejor que tu, pero en el fondo también sabes que Dios te ama y tiene un propósito para tu vida y esos son los pensamientos que mas que de la mente provienen del corazón, pues es ahí donde Dios habla, a tu corazón, solo escucha la voz de Dios y echa fuera los pensamientos destructivos.
Autora: Maite Leijajueves, 17 de mayo de 2012
NO SEAS DURO CONTIGO MISMO
A veces somos tan duros con nosotros mismos, creamos toda clase de barreras que lo único que hacen es obstaculizar nuestra relación personal con Dios.
Nos constituimos jueces de nosotros mismos y nos juzgamos de una manera tan severa que lo único que provoca en nosotros es frustración de ver que no somos tan buenos como quisiéramos serlo.
Y es que aunque muchas veces queramos aparentar delante de la gente lo buenos, espirituales y casi perfectos que somos, la realidades que somos personas normales, comunes, con batallas diarias, con áreas en nuestra vida que aun no hemos podido superar, humanos en busca de la perfección pero al fin imperfectos.
A veces nos meten tanto en la cabeza que tenemos que ser súper perfectos que al no lograrlo nos desanimamos de intentarlo y decidimos alejarnos de Dios, por la vergüenza de no ser como quisiéramos ser o por el sentimiento de no cumplirle como quisiéramos cumplirle.
No sé tú, pero en otros tiempos habían momentos en los que me sentía indigno de ser hijo de Dios, había en mi cabeza tantas ideas y pensamientos de ser perfecto que al no lograrlo me frustraba y en ocasiones estuve a punto de rendirme y alejarme de Dios.
El enemigo es muy astuto, nos hace creer que no somos tan buenos y que Dios no se merece a alguien como nosotros, nos baña de vergüenza y nos tira dardos de fuego, pensamientos negativos que nos predican que somos incapaces de cambiar y que no tenemos remedio.
A veces me daba vergüenza hasta levantar mi rostro hacia el cielo, porque decía: “¿Con que cara me presento delante de Dios después de fallarle?”, trataba de esconderme, como lo hizo Adán, o como lo hizo Eva, tratando de esconder su desnudes, sin percatarme que Dios me conoce aun cuando trate de esconderme y de fingir lo que en realidad no soy.
Y es que muchas veces vivimos con la idea persistente en nuestra mente de impresionar a Dios, de mostrarle lo bueno que somos y al fallar nos auto juzgamos de la manera más cruel que nos auto expulsamos de su familia y nos exiliamos de su presencia.
Conozco muchas personas que en su afán de ser súper perfectos e impresionar a Dios, fallaron y se juzgaron cruelmente a tal punto que se alejaron de Dios creyéndose indignos de ser sus hijos. Personas muy entregadas a Dios, pero que no comprendieron lo que realmente es Dios y lo que nos da diariamente, esa misericordia que se renueva cada día sobre nuestras vidas.
Por momentos me imagino a Dios viéndonos como nos auto juzgamos tan duramente, mientras Él simplemente extiende sus brazos para recibirnos y decirnos:
“Hijo mío, Yo te conozco a perfección, no tienes que tratar de impresionarme, no tienes que ser tan duro contigo mismo, porque Yo no te juzgo, al contrario, Yo te amo, di mi vida por ti en la cruz del calvario, para mi eres valioso tal y como eres, sé que tienes una lucha diaria, pero recuerda que Yo he prometido estar contigo todos los días de tu vida, no tienes por qué temer, no tienes porque frustrarte, Yo conozco cada área de tu vida, aun aquellas que piensas que nadie más sabe sobre ti, pero a pesar de todo nunca te he dejado, no te he desechado, siempre he estado allí para renovarte, para restaurarte, para devolverte las fuerzas y poner en ti el deseo de seguir luchando. Aun cuando sientas que no eres digno de mí, Yo si te considero mi hijo, porque un día me reconociste como tu Padre, porque un día trajiste tu vida delante de mí y Yo estoy restaurándote cada día que pasa, no te frustres, no te canses, no te desesperes, este es un proceso que iniciamos juntos y que juntos terminaremos y al final te darás cuenta que todo valió la pena, simplemente no te rindas, no seas tan duro contigo mismo, porque yo no lo soy, simplemente búscame cada día, quiero gobernar tus pensamientos, tu vida, todo, quiero ser prioridad en ti, quiero escucharte cada mañana hablarme con sinceridad, cantarme, no quiero que me impresiones, simplemente quiero que me ames y que por mi luches cada día y si llegaras a fallar no te avergüences, simplemente ponte de pie e inténtalo nuevamente, Yo estaré allí para renovar tus fuerzas, para darte un fuerte abrazo, levantar tu barbilla hacia el cielo y decirte: CON AMOR ETERNO TE HE AMADO”.
¿Sabes?, mientras escribo y leo estas palabras siento como Dios habla a mi vida, apenas veo lo que escribo porque hay lagrimas en mis ojos, ¿Sabes?, nosotros no comprendemos el gran amor que Dios nos tiene, no somos capaces de entenderlo y mucho menos de asimilarlo, pero aun cuando no lo entendamos y no lo asimilemos hay una verdad absoluta:DIOS NOS AMA a pesar de todo.
¡No seas duro contigo mismo, solamente recibe su amor y amalo cada día!
“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”.
Jeremías 31:3 (Reina-Valera 1960)
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”.
1 Juan 2:1 (Reina-Valera 1960)
Autor: Enrique Monterroza
jueves, 3 de mayo de 2012
LA DEVOCIÓN DE LOS MIL JESÚS (Para rezarse el día 3 de Mayo o en cualquier día)
Cómo se rezan los mil JesúsEsta devoción consiste en invocar el Nombre de Jesús mil veces para derrotar de las casas a las huestes del mal. Como testimonio del triunfo del bien sobre el mal se hace una cruz de madera o de ramos de olivo o utilizamos alguna que tengamos en casa.
El Nombre de Jesús significa Salvador. Éste viene del cielo. A San José se lo manifestó un ángel en sueños (cfr. Mateo 1, 21) y a la Santísima Virgen, el arcángel Gabriel en el momento de la Anunciación (cfr. Lucas 1, 31-33).
El poder de intervención y la majestad de este Nombre es milagroso, porque está sobre todo nombre y ante el cual se arrodilla todo ser, en los cielos, en la tierra y en los infiernos. Para venerar este Nombre Sagrado, se hace un altar pequeño, con una cruz en el medio, dos velas, flores y un poco de agua bendita.
Nos persignamos. Por la señal de la Santa Cruz...En silencio pedimos la gracia que se quiere.
Rezamos el Acto de Contrición
Acto de Contrición:Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer, porque pecando te he ofendido a Ti, que eres el sumo bien y digno de ser amado sobre todas las cosas.
Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, hacer penitencia, no volver a pecar y huir de las ocasiones de pecado, hacer una buena, sincera y profunda confesión (sin omitir ningún pecado cometido) y comulgar con la mayor frecuencia posible. Señor, por los méritos de tu pasión y muerte, apiádate de mí, y dame tu gracia para nunca más volverte a ofender. Amén.
Al empezar la decena se dice:
“Santísima Cruz, mi abogada has de ser, en la vida y en la muerte me has de favorecer. Si a la hora de mi muerte el demonio me tentare, le diré: Satanás, Satanás, conmigo no contarás ni tendrás parte en mi alma, porque dije mil veces Jesús”.
Se pasan todas las cuentas del rosario diciendo Jesús, Jesús, Jesús... (50 veces) y cuando haya terminado de contar un rosario completo se dice un Gloria, un Padrenuestro y la oración final. Cuando se hayan contado los 20 rosarios, se terminan los mil Jesús.
OremosOh, Dios, que, al recordar hoy el descubrimiento de la verdadera cruz, renovaste los milagros de tu pasión, concédenos que por el valor de aquel sagrado leño de vida alcancemos eficaz socorro y ayuda del cielo para la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.Amen.
Bendición final con agua bendita:
El Señor esté con vosotros.Respuesta: Y con tu Espíritu.La bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
martes, 1 de mayo de 2012
Oración por la curación interior
Señor Jesús Misericordioso, tu has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial que cures aquellos que son causa de pecado. Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en virtud de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío. Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación. Cura, Señor, todas esas heridas íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno.Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas. Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria Misericordiosa sobre el pecado y la muerte, de tu presencia Viviente entre nosotros. ¡Amén!
Plegaria de Liberación
Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios Misericordioso, tú eres Padre, nosotros te rogamos, por la intercesión y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, que nuestros hermanos y hermanas sean liberados del maligno que los ha esclavizado.
Oh, santos, venid todos en nuestra ayuda. De la angustia, la tristeza y las obsesiones, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
Del odio, la fornicación y la envidia, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De los pensamientos de celos, de rabia y de muerte, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De todo pensamiento de suicidio y de aborto, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de desorden en la sexualidad , nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De la división de la familia, de toda amistad mala: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de maleficio, de hechizo, de brujería y de cualquier mal oculto, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
Oh, Señor, que dijiste “la paz os dejo, mi paz os doy”, por la intercesión de la Virgen María concédenos ser librados de toda maldición y gozar siempre de tu paz. Por Cristo Nuestro Señor. ¡Amén!
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