martes, 20 de septiembre de 2011

RESPIRA

Las situaciones de tu vida se hacen cada vez más difíciles. Hasta hace poco creías que podrías soportarlo pero hoy estás convencido que tus fuerzas se están agotando y que en cualquier momento simplemente renunciarás. Tu pasos se hacen lentos, y mirando al horizonte, cada mañana, te preguntas que hacer para salir de todo esto. Sientes que nada cambiará, y mientras pasan los días tu angustia se hace más visible. Los latidos de tu corazón parecen martillazos en medio de tanta impotencia y confusión. Noches de lloro y de aflicción has pasado en los últimos días esperando a que en la mañana siguiente algo cambie. Sientes que tu cuerpo se estremece lleno de ira y desesperación. Sólo, y aunque el dolor sea tan severo, coloca todos tus sentidos en estas palabras que Dios quiere decirte.
Hay muchas y variadas situaciones de nuestra vida que merecen colgarse enmarcadas en la pared, porque significaron para nosotros un esfuerzo sobrehumano que quizás no quisimos dar, pero que teníamos que hacerlo porque de eso dependía nuestra vida y la de algunas personas.
Algunas veces esperamos que ciertas cosas pasen de la manera que queremos, y algunas otras quisiéramos que las horas pasaran más rápido que los segundos para estar ó quedar en el final de esa situación difícil sin tener que pasar por el proceso, pero eso no puede ser así.
Para algunas personas, lastimosamente; para algunas otras, afortunadamente; vivir el proceso es necesario. No sé por lo que estés pasando hoy, pero algo de lo que estoy seguro es que indiscutiblemente Dios lo usará para que confíes aun mas en él, para darte fuerza, para probarte, para enseñarte, para que tengas fe, y para que lo busques aún más a cada instante.
Sé que puedes decir: “Pero es que ya no aguanto más, ya no soy capaz, no veo que esté actuando”, se que puedes sentir impotencia porque ya quieres que todo termine y vivir el regocijo de una prueba superada, pero déjame decirte que aunque no lo creas eso no depende de Dios, sino de ti.
El pueblo de Israel, al salir de Egipto hacia la tierra prometida, tenía tan solo que caminar 3 días para llegar a Canaán; pero por su desobediencia, su falta de fe, de confianza, su idolatría, su forma de renegar contra Dios, y de menospreciar lo que él hizo; Dios los castigo a caminar 40 años, ¡40 años! Yo no sé qué tan sorprendente e impactante sea para ti, pero caminar 40 años hacia algún lugar en un viaje que solo dura 3 días es un castigo gigante. Sería como si salieras de tu casa para cualquier parte y en vez de demorarte 15 ó 30 minutos que duraría normalmente tu viaje, durara ¡10 ó 20 años! Este pasaje de la biblia en donde narra la travesía del pueblo de Israel por el desierto, entre muchas cosas, ilustra cuanto tiempo se puede demorar alguien para obtener una bendición, eso depende totalmente de ti. Si quieres que la bendición llegue pronto, entonces se obediente, agradecido, confía, ten fe, anhela eso que esperas, deléitate en el Señor, búscalo, habla con él y veras como comienzas a ver que todo cambia; pero si vas a hacer desobediente, desagradecid@, desconfiad@, sin fe, y cada día desistes más y más de aquello que tanto quieres, entonces déjame decirte que tu bendición se demorará años en llegar, quizás no 40, pero pueden pasar muchos años, y porque no, pueden ser mas de 40.
Comprendo que esas situación muchas veces te dejan sin aliento, y sientes que no puedes respirar, porque todos hemos pasado y pasaremos por ahí; pero lo importante no es estar y caminar, sino como lo hacemos y que sacamos de todo esto. Podemos salir de estas situaciones con las manos totalmente vacías, pero podemos también salir de ellas con las manos llenas y con una bendición de la mano de Dios. ¿Qué quieres tú? ¿Cómo quieres salir? ¿Qué te quieres llevar? Y antes de que respondas estas preguntas, déjame decirte que indiscutiblemente no va a ser fácil. Muchas personas creen que ser un verdadero cristiano es fácil y las cosas salen a pedir de boca, y no es así, ser un verdadero cristiano es muy difícil, tanto que pocos lo son verdaderamente, y pocos se comprometen a serlo. ¿Qué clase de cristiano quieres ser tú? Si dices que quieres ser un cristiano verdaderamente agradable a Dios, entonces prepara tu cruz y síguelo, porque muchos ya la tiraron a la mitad del camino y Dios ¡no necesita cristianos mediocres! Que pudiendo hacer lo bueno no lo hacen, lo cual les será contado como malo. Recuerda que Dios no pasará por inocente al culpable. Así que tienes que tener las cosas muy claras y entender que, aunque estas palabras sean algo duras y difíciles de masticar, muchas de las situaciones difíciles que vivimos es a causa de nuestros propios errores y es nuestra culpa, y algunas otras que no lo son, pero que merecen un esfuerzo igual. Por eso examínate para entender claramente si por lo que estás pasando no es culpa tuya, y si lo es, trata de componerlo con la ayuda de Dios. Por eso antes de ir donde Dios a decirle porque esto y porque lo otro, mira en tu interior para ver si quizás no tienes algo que ver en todo eso. Caminar de una forma recta con Dios es complicado, porque todos los días le fallamos en cualquier cosa, criticar, señalar, juzgar, hablar mal, criticar con el pensamiento; estas son cosas que también desagradan a Dios, entonces dime, ¿es fácil mantenerse agradable para Dios? a veces inconscientemente hacemos estas cosas y tenemos que estar atentos para pedirle perdón a Dios, cada vez que el Espíritu Santo nos diga que hicimos algo mal.
Pero hoy quiero decirte que, aunque a veces todo es tan difícil, aunque a veces gritamos en silencio y llamamos a Dios a gritos, aunque a veces apretamos los puños, arañamos el mantel, lloramos con tanta insistencia, nos duelen las situaciones, hoy estemos melancólicos y todo se torne tan pero tan difícil, tan pero tan nublado, tan pero tan impotente; ¡hay una esperanza! Y es que le servimos al único Dios que todo lo puede y para el cual nada es imposible, y Dios nunca llega tarde, él nunca nos dará algo que no podamos soportar y solo está esperando a que le creas tan solo un poco para él actuar.
En donde estés ahora, en el lugar donde estés, en el momento en el que leas esto, tan solo ¡RESPIRA! Y comienza a creer, tu bendición viene en camino, atráela, lucha por ella, no te la dejes quitar, ¡RESPIRA! No permitas que esto te derrote, no tires la toalla, no permitas que alguien más se lleve tu bendición, ¡RESPIRA! Aguanta un segundo y ¡RESPIRA! Sé que quizás en este momento en este momento tus lágrimas caen por no hallar una salida, por ver como se desmoronan tus sueños y que quizás todo lo que tenias planeado parece derrumbarse frente a ti, sé que quizás tantas cosas te abruman y tienes que hacer algo pronto ó sino todo será pero, sientes una carga muy pesada sobre ti.
Tu novi@ termino contigo; enfrentas la muerte de una persona a la cual querías mucho; tu espos@ te abandonó; tu novi@ ó tu esposa te engaño; estás luchando con alguna enfermedad; perdiste tu empleo y no tienes con que alimentar tus hijos ni con qué pagar deudas; te das cuenta que estás embarazada y quizás tu novio te abandonó y no sabes como decírselo a tus padres; la obligación de llevar tu sol@ una casa; tienes un pecado oculto el cual no has podido vencer; te sientes sol@, tienes que hacer algo, pero necesitas dinero para eso y no lo tienes; le fallaste a Dios; te echaron de tu casa; tus padres se separaron ó están a punto de hacerlo; tus padres no te quieren; te sientes muy triste… ¡RESPIRA! En este momento desahógate en Dios, suelta hasta tu última lágrima y ¡RESPIRA! Aunque te sientas demasiado impotente ¡RESPIRA! Cierra tus ojos por un momento y ¡RESPIRA! Inspira el aliento de Dios, que corra por tu sangre, por tus pulmones, por todo tu ser. No permitas que esto te venza, no te dejes tirar a la lona… ¡RESPIRA! Y siente que las fuerzas llegan, y que Dios ha venido hasta ti para decirte: “¡RESPIRA! Aquí estoy contigo, enjugando una a una tus lágrimas, y no estás solo, yo estoy contigo, no pienses que me he olvidado de ti, te he estado observando y hoy vengo a ti a decirte que tomes mi mano y sigamos adelante, yo estoy contigo, solo ¡RESPIRA!”
Permíteme orar por ti:
“Señor Y Padre Celestial, no sé por lo que la persona que lee esto está pasando, pero sé que indiscutiblemente te necesita a ti, por favor, Dios, provee para esa persona lo que necesita, sana su corazón y quita de ella todo aquello que esté estorbando para que tu bendición llegue sana todas sus heridas y bendice su vida, seca sus lágrimas y dale eso que tanto necesita y que tanto te ha pedido, extiende tu mano y ayúdale, perdónale, y esfuérzale para que pueda seguir adelante, dale ahora mismo nuevas fuerzas y permítele respirar tu aliento de vida, no permitas que su vida decaiga mas ó muera, y hazle entender que estás a su lado. Te pido que le bendigas, que le hables, y que te muestres a esta persona; haz un milagro en su vida y ayúdale a componer todas y cada una de las cosas que están mal en su vida; arregla todo aquello que necesita una solución pronta, y dale una respuesta en este mismo instante. Haz Señor Jesucristo que todas las cosas vuelvan a la normalidad si esa es tu voluntad, de no ser así que todo se componga según tu lo quieras, pero por favor, dale fuerzas y mas fuerzas a la persona que lee esto, ¡Desfibrilala! Antes de que su corazón deje de latir… ¡En el Nombre Poderoso de Jesús de Nazaret!, Amen, Amen y Amen”

“¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y Salvador!”

Salmos 42:5
Autor: Juan Carlos Vidal

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