¿Cómo dar final a ese temor que constantemente roba parte de nuestras vidas? , ¿Cómo desprenderse de eso que se ha adherido a nuestros corazones haciéndole creer que es real? Ese temor a la muerte, enfermedad, inseguridad, pobreza, o quizás al pasado. Cuando alguien se encuentra en esta situación su corazón anhela volar libremente pero su nublada mente no le permite ver la salida. Esa salida que desde el principio ha estado ahí: Entregar de todo corazón su vida a Jesús.
Cuando finalmente entendemos que esta vida no nos pertenece y que el Señor solamente tiene pensamientos de bien y no de mal para nuestras vidas (Jeremías 29:11) solo hasta entonces se encuentra reposo y el temor se va. Solamente hasta que existe entendimiento en nuestros corazones de que NO estamos en control de las situaciones que nos rodean, hasta ese momento la paz y el gozo se convertirán en una costumbre en nuestras vidas.
Tal vez últimamente tu vida ha sido afectada por el temor a algo que no es Dios. Y eso es pecado, el temer a algo a alguien más que a Dios es “EGOista”, tal vez no lo veas pero hasta que tengas entendimiento de ello y lo reconozcas ante nuestro Dios podrás ser libre del temor.
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.”
Juan 14:1
“A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás.”
Deuteronomio 10:21
Tal vez el temor a el que dirá la gente te ha alejado de tu misión, expender el evangelio. El temor a la enfermedad te ha privado de vivir el regalo de la vida. El temor a lo desconocido te ha atrapado en una vida sin sentido. El temor a la escases te ha convertido en alguien que solo acumular riquezas para sí, mismas que con el tiempo se apolillaran. El temor a la inseguridad te ha confinado a no salir de tu casa a hacer lo que tanto te gustaba hacer. O quizás, el temor al pasado te ha impedido disfrutar de tu presente y soñar en tu futuro.
El día de hoy te quiero recordar que eres libre y eso que has temido es insignificante para nuestro Dios, pero tienes que soltarte en sus brazos, ahí es dónde encontrarás reposo y ese temor se disipará.
Tal vez te has encontrado cómo naufrago buscando la respuesta y una palabra de Dios para librarte de ese temor y no le has podido encontrar. Tal vez no por falta de buscar sino por buscar en el lugar equivocado, pues Él nos ha dejado su palabra para alumbrar nuestro entendimiento y quitar todo temor.
“La exposición de tus palabras alumbra” Salmos 119:130
Si Dios pudo cambiar a un hombre que le negó 3 veces por causa del temor seguramente también te puede cambiar a ti. Si Él constantemente en su palabra dice “No temas”, en verdad quiere que encuentres total reposo en su nombre. ¿Qué podrá ser eso que temas más grande que tu Dios? Ante Su Nombre es nada, ante Su Poder es más que insignificante, ante Su Presencia es solo polvo. Este día el Señor tu Dios te dice:
“No temas, porque yo estoy contigo” Isaías 43:5
Permítele al Señor limpiar tu corazón de todo temor y has conmigo esta oración:
“Padre perdóname por haber mantenido en mí ese temor pecaminoso que me aleja de ti. El día de hoy tengo entendimiento que eso que temía es solamente ausencia de ti en esa área de mi vida. Lléname de ti Padre en este momento y disipa todo temor de mí. Abrásame y que tu presencia me limpie. Dame el coraje necesario para avanzar en dirección contraria a eso que temí, afianza tus juicios en mí y dame dirección en tu palabra. Decreto que soy verdaderamente libre en Cristo pues he sido lavado con su preciosa sangre y nadie ni nada tiene potestad sobre mí, más Jesucristo mi Señor. Oro esto, en el nombre de Cristo Jesús, Amen”.
Te recomiendo que sigas buscando dirección con Dios respecto a versículos que te ayuden a entender lo que Él piensa en su palabra respecto a eso que temiste por si el temor volviera y tuvieras que hacerle frente. Y para que declares esos versículos constantemente en tu vida.
Aquí te incluyo algunos versículos con los que puedes comenzar y hacer tuyos.
“Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.”
Proverbios 1:33
“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí”
Isaías 46:9
“He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?”
Jeremías 32:27
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”
Salmos 27:1
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”
Juan 8:36
Autor: Richy Esparza
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