domingo, 29 de mayo de 2011

MOMENTOS ESPECIALES

“Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil”.
2 Corintios 12:10 (Traducción en lenguaje actual)
En la vida tenemos momentos muy especiales, Dios nos da el privilegio de experimentar esos episodios lindos de la vida, como enamorarnos, terminar una carrera en la universidad, casarnos, comprar nuestra primera casa, comprar nuestro primer automóvil, experimentar el privilegio de ser padres o ver a tus hijos realizados.
Cada uno de esos momentos son especiales y no sabrás de lo que te hablo, hasta que lo experimentes en carne propia, cada uno de esos momentos hacen que nos sintamos especiales, que disfrutemos de la vida y demos gloria y honra a Dios, porque sin Él, nada fuera posible.
Pero también hay otros momentos que son aun más especiales, y son aquellos que experimentamos al lado de Dios. Esos momentos en los cuales llegamos delante de Él, con un corazón humilde, sincero, necesitado de su presencia y de su amor.
Y es que no todo en la vida será color de rosas, habrá también momentos difíciles que nos tocara vivir, situaciones que nos querrán borran la sonrisa del rostro y hacer que nos sintamos derrotados y por esa razón creo que los momentos MÁS ESPECIALES que podemos experimentar en la vida, son aquellos que pasamos con el Señor.
Recuerdo el momento en que me enamore y fue muy especial, recuerdo con nostalgia de la buena el día que me case que fue un día extraordinario, también recuerdo la vez que compramos nuestra primer casa, la veíamos linda, nuestro esfuerzo y ayuda de Dios estaban reflejada en ella, recuerdo cuando compramos nuestros primer auto, me sentí muy bendecido y una de las emociones más grandes de mi vida, tener a mi hijo en mis brazos, cada una de esas experiencias fueron únicas, cada una me hizo sentir algo especial dentro de mí, sin duda Dios ha sido bueno.
Pero también me ha tocado vivir momentos difíciles, sentir que mis sueños habían sido rotos, no sentir el respaldo de personas que en su momento pensé que me estimaban y estarían allí siempre, recibir menosprecio y burlas hacia mis sueños, saber que muchos de los planes que había trazado para mi vida no se cumplirían, ver como las cosas que siempre pensé que estarían allí, ya no lo estaban. Sentirme abandonado en algún momento de mi vida y hasta pensar en rendirme y no seguir más en este camino.
Pero a pesar de todo eso también he tenido lo que yo llamo: MOMENTOS ESPECIALES, esos momentos que me han transformado, en donde quizá en el lugar menos pensado Dios me ha ministrado, en donde quizá nadie se imagina que Dios podría hablar a mi corazón, allí me hablo. Esos momentos en donde llegaba a mi habitación, cerraba las puertas y comenzaba a hablar con Dios, esos momentos en donde no podía evitar que las lágrimas corrieran sobre mis mejillas, mientras sollozaba dirigiéndome a Dios.
Aquellos momentos en donde de rodillas le pedía perdón a Dios por todos mis fallos, esos momentos en donde reconocía que no podía mas sin Él, en donde rendido ante su presencia me renovaba las fuerzas. Esos momentos después de una larga lucha llegaba sin ganas de seguir y Dios me hacía sentir que jamás me había abandonado.
Esos momentos en donde quizá sentía ganas de reclamar y antes de abrir mi boca Dios inundaba mi habitación con su presencia y no podía mas nada que exaltarlo. Esos momentos en los que aun hoy en día voy por la vida y me ministra de formas que jamás pensé y que mas de alguna vez me saca una lágrima al darme cuenta lo bendecido que soy y lo poco que agradezco sus bondades y misericordias.
Esas veces en donde pensé que las cosas iban a empeorar y en donde Dios me sorprendió dándome respuestas sobrenaturales; y es que la verdad todos esos momentos son ESPECIALES.
Yo se que tu también tienes MOMENTOS ESPECIALES, esos momentos en donde experimentaste la presencia de Dios de una forma única, en donde tus fuerzas fueron renovadas, en donde quizá Dios te hablo directo al corazón o en donde no pudiste evitar que las lagrimas rodaran sobre tu rostro y en donde sentiste cómo una paz sobrenatural inundo tu todo tu ser.
Esa clase de momentos especiales son los que Dios quiere tener hoy contigo, pues seguramente tu corazón necesita renovarse en su presencia. Las presiones de la vida quizá están golpeándote muy fuerte, es hora de ir delante de tu Padre y experimentar esos MOMENTOS ESPECIALES.
Te invito a que hoy vayas delante de Él, con un corazón sincero, reconociendo tu necesidad de su presencia, y sobre todo dispuesto a que El te ministre, estoy seguro que HOY TENDRÁS UNO DE ESOS MOMENTOS ESPECIALES en los cuales Dios transformara tu vida de una forma asombrosa.

¡Esos Momentos Especiales son los que hacen que nuestra FE aumente!

Autor: Enrique Monterroza

martes, 24 de mayo de 2011

AMADO EN GRAN MANERA

Muchos creemos que Dios ama al mundo, pero no estamos realmente convencidos de su amor por nosotros. Algunos sentimos que Él nos ama siempre y cuando hagamos todo correctamente. Pero nos dios cuenta, hace tiempo ya, que a Dios nada le sorprende con respecto a nosotros.
Hemos estado equivocados  en nuestro pensar. Dios nos ama, ¡Dios te ama! Para Él, eres especial. Él no te ama porque seas una buena persona o hagas todo bien. Él te ama porqué Él es amor. El amor no es algo que Dios practique; es Quien Él es.
El amor de Dios no puede ganarse o merecerse. Debe recibirse por fe. Su amor es puro y está siempre fluyendo. Él es Dios eterno, y nunca podrás agotarlo o cansarlo. Muchos de nosotros pensamos que hemos desgastado a Dios con nuestros fracasos y confusiones, pero no es así. Él no siempre ama todo lo que haces pero ciertamente te ama a ti. El amor es su naturaleza inagotable.
No importa cuán arduamente busques las cosas de Dios; si no has recibido la revelación, de que Dios te ama, no podrás avanzar en la vida.
Permite que Dios te ame. Recibe su amor por ti. Sumérgete en Él. Medita en Él. Deja que te cambie y te fortalezca. Luego, transmítelo a otros.
Aunque fueras la única persona sobre la faz de la tierra, Jesús hubiera pasado todo el sufrimiento solo por ti. Su amor por ti es eterno.
Joyce Meyer, Ama a Dios y Disfruta la Vida.
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que en él cree no se pierda. sino que tenga vida eterna. Juan 3:16

viernes, 20 de mayo de 2011

VIVIENDO POR TI

Hoy te voy hablar de algo que de seguro sabes muy bien, es la historia mas conocida del mundo:
El hombre camina ensangrentado y moribundo, con algunos harapos que apenas lo cubren, su cuerpo esta totalmente deforme, y mira su rostro, es increíble como sangra, y esta tan deforme que es casi imposible reconocer a aquel hombre que antes era tan bello y de hermoso semblante, camina a duras penas recién acaba de sufrir un brutal azote, y para terminar de completar su tortura en sus hombros carga un pesado madero, lo cual no hace mas que darle mucho mas sufrimiento, su caminar es lento, pero va andando con la mirada amorosa que siempre lo caracterizo, sangrando y moribundo, camina lento y continuo, lo vemos subir una empinada cuesta hacia un monte y el dolor que siente, se hace mas intenso, se nota en su rostro, cada paso que da, es una tortura, pero no hay nada ni nadie que lo pueda hacer desistir, mucho menos dudar, El tiene una meta, una misión y la cumplirá, cueste lo que cueste, si puedes imaginar su rostro totalmente desmoronado, pues déjame decirte que eso no es todo, aun falta lo peor; al final llega a la sima de la montaña, rápidamente los soldados lo desvisten y lo acuestan sobre una cruz, y sin pausa ni compasión, traspasan sus manos y sus pies con inmensos clavos que lo sostendrán hasta que muera desangrado, por delante le espera la mas grande agonía que alguna vez se ha vivido y que nunca mas se volverá a vivir, se le escucha llamar a su Padre en su desesperación y agonía cree que lo abandono, y que se quedo solo; las personas lo insultan, lo escupen, y le gritan, los soldados lo vigilan, y el dolor aumenta, por momentos siente que el espíritu se le sale del cuerpo, y cuando siente que ya no puede mas, expira y muere, el hijo de Dios acaba de entregar su vida por los pecados de el mundo entero, por tus pecados y mis pecados, y murió desangrado y agonizando de tanto azote y dolor, por ti y por mi.
Te dije al principio que la historia de la que te iba hablar era bastante conocida, pero lo que hoy quiero que entiendas es algo que muchos, sino la mayoría de los creyentes pasan por alto, y es que al preguntarle a un creyente, con respecto al sacrificio de Jesús en la cruz, responden: ¡si, lo hiso por amor!, ¡somos salvos por gracia!, y ¡su sangre pago mis pecados! Y muchas otras expresiones que llevan más que una confesión, un conformismo disfrazado de espiritualidad, y es que todos sabemos que somos salvos por gracia, eso no es ningún secreto, pero no basta solo con saber o creer que ya su gracia nos salvo y hasta ahí nada mas, no es suficiente con creer que su amor ya hiso todo el trabajo y que nosotros debemos de vivir el resto de nuestra vida descansando, sabiendo que su amor es eterno y que no importa lo que pase el nunca nos va a dejar de amar, eso no es espiritualismo, sino que es pereza disfrazada de espiritual.
Todos sabemos que su gracia nos salvo, pero lo que muchos no saben es que eso no fue todo, que aun queda algo que tu y yo debemos de hacer, y eso es, hacer que su sacrificio valga la pena, vivir cada día haciendo que la muerte de Jesús en la cruz en realidad hace un cambio en tu vida, hacer hasta lo imposible por que Dios sea gloriado, hacer que cada día el Señor se sienta orgulloso de ti, que cada día el Señor piense que si tuviera que volver a morir en la cruz, lo volvería hacer, por que ya vio que el sacrificio que ya hiso valió la pena, hacer que cada día el Señor sonría y orgullosamente diga: este es mi hijo.
Yo no sé tú, pero yo un día me puse a pensar: cual será mi meta en la vida, cuando sabré que logre alcanzarlo todo, y lo único que se me ocurrió, fue esto: voy a levantarme cada día, como si fuera el ultimo de mi vida, cada mañana daré lo mejor de mi, todo para que cuando llegue al día en el que vea a Dios cara a cara, el me vea y que me de un guiño de ojo, una sonrisa y me diga, te amo; y eso se a convertido en mi meta, todo lo que hice, todo lo que hago y todo lo que hare, será solo para algún día ganarme ese guiño de ojo del creador, del que acomodo el cosmos en su lugar, del amor de mi vida, del que hizo cada célula de mi cuerpo.
Ahora quiero que pienses en cual es tu meta, que desearas que Dios te digiera cuando al fin lo veas cara a cara, piénsalo, y luego medita en que estas haciendo para ganarte eso, es suficiente para ganarte eso que quieres.
Para concluir dejarme decirte que hoy puede ser el último día de tu vida, y si Dios en su infinita misericordia te concede un día mas de vida, yo quiero que vivas ese día haciendo que el sacrificio de Jesús valga la pena, viviendo cada día por el SEÑOR.

Hoy voy a vivir al límite

Tratare de dejarlo todo en el campo de batalla
Daré todo de mí para que te sientas orgulloso de mí
Y no me reservare nada con tal de agradarte
Por que tu sacrificio me salvo
Por mi derramaste tu sangre en el suelo
Levantaste mi vida y me diste un nuevo vuelo
Y ahora me toca a mí entregarte mi amor
Cada día quiero estar contigo y vivir contigo
Cada día quiero vivir por ti
Y te juro que nunca te arrepentirás
De haber puesto tus ojos en mí
Te amo con todo mi corazón
Y quiero hacer hasta lo imposible para agradarte.
Mientras caminare por este mundo

VIVIENDO POR TI…

Autor: Cristian Tzul Tzul

martes, 17 de mayo de 2011

Hoy… Sé que Él Me proveerá mi Pan Diario.


“Padre nuestro que estás en los cielos….El pan nuestro de cada día dánoslo hoy,” Mateo 6:11 Nuestra vida necesita ser una vida de fe diaria.  La fe cubre tanto las necesidades temporales como las espirituales.  La fe disipa toda inquietud desmedida y preocupación de que comer, o que beber, o que vestir.  La fe vive en el presente y saluda el día como lo suficiente para el ahora.  La fe vive el hoy por hoy y disipa todos los temores del mañana. La fe trae gran facilidad de mente y paz perfecta del corazón.

La Palabra de Dios dice: “Tú guardarás en perfecta paz aquel cuyo pensamiento en ti persevera porque en ti ha confiado”.  Hoy se que el Señor proveerá mi pan.  El Padre nuestro dice: El Pan nuestro dánoslo hoy…orar de esta manera es sacar el mañana de la oración.  Nosotros no vivimos en el mañana, sino en el hoy.
Hoy no busco la gracia del mañana, ni  el pan de mañana.  Oran mejor quienes oran para las necesidades de hoy, no las de mañana.  Las oraciones acertadas nacen de ensayos actuales y necesidades actuales.  El pan para hoy, es el pan suficiente.  El pan dado para hoy es la ofrenda más fuerte que el pan de mañana.
La victoria de hoy, es la promesa de la victoria de mañana.  Mis oraciones necesitan ser enfocadas en el presente.  Debo confiar en Dios hoy.  El presente es mío, el futuro pertenece a Dios. La oración es una tarea y un deber de cada día.  Y cada día orar por las necesidades diarias.  Hoy yo se que él proveerá lo que en este día necesito.
Si todos los días se exige el pan…entonces todos los días se necesita la oración. Ninguna cantidad de oración de hoy, bastará para el mañana.  Ninguna oración para mañana tendrá gran valor para hoy.  Cada día necesitamos del maná.   Mañana Dios verá si nuestras necesidades serán satisfechas.  Este es la fe que Dios busca inspirar en mi hoy.
El mañana con sus cuidados, sus necesidades y sus problemas están en las manos de Dios.  No puedo almacenar oraciones hoy, para encontrar reservas mañana.  Cada día es único.  Hoy no puedo comer el pan de mañana, solo el de hoy.  Hoy mi confianza por lo tanto está en Dios, quién suple para hoy y mi alma se gozará en el Señor hoy..mañana será otro día y como otro día será una nueva oportunidad para buscar su rostro y esperar únicamente en él.
Gracias Señor por la oportunidad que hoy me concedes de esperar en ti.  Este es un nuevo día que me llena de gozo y esperanza.  Hoy quiero poner toda mi confianza en ti.  Se que proveerás el pan de Hoy y la satisfacción que mi alma necesita hoy. En ti confiaré hoy y te buscaré mañana. Amén.
Dr. Serafìn Contreras Galeano.

sábado, 14 de mayo de 2011

SONRIE SIEMPRE


“Pondrá de nuevo risas en tu boca, y gritos de alegría en tus labios”.
Job 8:21 (Nueva Versión Internacional)
Ayer hablaba con una persona que se sentía triste, al ver su estado le dije: “Sonríe, no dejes de sonreír”. Ella rápidamente me dijo: “¿Por qué voy a sonreír, si no hay razón?” en ese momento le dije lo siguiente: “Yo paso por circunstancias iguales o peores que tu, pero aun en medio de todo lo difícil que me toca vivir siempre trato de sonreír, porque que se al final todo saldrá bien”.
Se lo difícil que son algunos momentos de la vida, sé que es estar pasando por grandes problemas, se lo que se siente pasar por enfermedades fuertes o ver como un ser querido está sufriendo. Sé que es ser débil y sentirse sin ánimo, soy una persona común como cualquier otro, con mis errores y defectos, con mis pruebas y tribulaciones, pero aun y con todo eso he aprendido a sonreírle a la vida.
Si sonrió, no porque la situación la amerite, sino porque tengo comprobado que al final todo saldrá bien, porque hay alguien que cuida de mi, que tiene cuidado de mis necesidades y que jamás me dejaría hundirme.
A veces la gente puede pensar que no paso por problemas, que mi vida todo es color de rosas, pero se equivocan, yo también paso por todo lo que ustedes pueden pasar y a veces más fuerte, pero dentro de mi hay algo que me hace estar seguro y confiado que todo eso malo que en ese momento veo, se convertirá en algo precioso cuando Dios termine ese proceso.
Quizá tú hoy estas pasando por un momento de esos, en donde lo menos que quieres es sonreír, en donde las ganas de vivir se van de a poco, en donde el sentido de tu vida pareciera que se está nublando, pero aun y con todo eso SONRÍE SIEMPRE.
Si cada uno de nosotros comprendiéramos que lo que en este momento nos aflige mañana solo será un testimonio del poder de Dios, creo que viviríamos más tranquilos, creo que disfrutaríamos esta nueva vida en Cristo, nos evitaríamos muchos momentos amargos.
Está bien llorar, son reacciones normales que todos tenemos, pero que ese llanto no se convierta en tu canción eterna, al contrario, que solo sea un corto momento de desahogo y luego puedas secarte esas lagrimas y sacar la mejor y más linda sonrisa que puedas, porque de una cosa si tienes que estar seguro: DIOS NO SE HA OLVIDADO DE TI.
Hoy quiero recordarte que eres importante para Dios, que si estas pasando por eso en este momento es porque Dios sabe que tienes la capacidad en El de salir adelante, ¡Vamos! ¡Levántate!, limpia las lagrimas de tus mejillas y ten la confianza y la convicción de que TODO saldrá a tu favor, porque Dios ha sido lo ha decretado.
Nunca olvides que tú no estás solo y que de tu lado esta un Poderoso Gigante que es capaz de hacer cualquier cosa, quien no tiene límites y que tu eres parte de sus hijos, por lo tanto hará todo lo posible por cuidar de ti, por lo tanto SONRÍE.

¿Por qué no le sonríes hoy a Dios y le demuestras lo confiado que estas en El?

Regálale la mejor sonrisa que tu rostro pueda expresar como muestra de que a pesar del momento difícil, tú estas seguro o segura que TODO saldrá bien y que al final Glorificaras su Nombre.

Dios te está viendo: ¡Sonríe Siempre!

Autor: Enrique Monterroza

miércoles, 11 de mayo de 2011

ECHARLE UNA MANO A DIOS




Pasamos la vida mirando al cielo y pedir a Dios que venga a resolver personalmente lo que es tarea nuestra mejorar y arreglar.
Autor: José Martín Descalzo | Fuente: Catholic.net


En una obra del escritor brasileño Pedro Bloch encuentro un diálogo con un niño que me deja literalmente conmovido.

- ¿Rezas a Dios? -pregunta Bloch.

- Sí, cada noche -contesta el pequeño.

- ¿Y que le pides?

- Nada. Le pregunto si puedo ayudarle en algo.

Y ahora soy yo quien me pregunto a mí mismo qué sentirá Dios al oír a este chiquillo que no va a Él, como la mayoría de los mayores, pidiéndole dinero, salud, amor o abrumándole de quejas, de protestas por lo mal que marcha el mundo, y que, en cambio, lo que hace es simplemente ofrecerse a echarle una mano, si es que la necesita para algo.

A lo mejor alguien hasta piensa que la cosa teológicamente no es muy correcta. Porque, ¿qué va a necesitar Dios, el Omnipotente? Y, en todo caso, ¿qué puede tener que dar este niño que, para darle algo a Dios, precisaría ser mayor que El?

Y, sin embargo, qué profunda es la intuición del chaval. Porque lo mejor de Dios no es que sea omnipotente, sino que no lo sea demasiado y que El haya querido «necesitar» de los hombres. Dios es lo suficientemente listo para saber mejor que nadie que la omnipotencia se admira, se respeta, se venera, crea asombro, admiración, sumisión. Pero que sólo la debilidad, la proximidad crea amor. Por eso, ya desde el día de la Creación, El, que nada necesita de nadie, quiso contar con la colaboración del hombre para casi todo. Y empezó por dejar en nuestras manos el completar la obra de la Creación y todo cuanto en la tierra sucedería.

Por eso es tan desconcertante ver que la mayoría de los humanos, en vez de felicitarse por la suerte de poder colaborar en la obra de Dios, se pasan la vida mirando hacia el cielo para pedirle que venga a resolver personalmente lo que era tarea nuestra mejorar y arreglar.

Yo entiendo, claro, la oración de súplica: el hombre es tan menesteroso que es muy comprensible que se vuelva a Dios tendiéndole la mano como un mendigo. Pero me parece a mi que, si la mayoría de las veces que los creyentes rezan lo hicieran no para pedir cosas para ellos, sino para echarle una mano a Dios en el arreglo de los problemas de este mundo, tendríamos ya una tierra mucho más habitable.

Con la Iglesia ocurre tres cuartos de lo mismo. No hay cristiano que una vez al día no se queje de las cosas que hace o deja de hacer la Iglesia, entendiendo por «Iglesia» el Papa y los obispos. «Si ellos vendieran las riquezas del Vaticano, ya no habría hambre en el mundo». «Si los obispos fueran más accesibles y los curas predicasen mejor, tendríamos una Iglesia fascinante». Pero ¿cuántos se vuelven a la Iglesia para echarle una mano?

En la «Antología del disparate» hay un chaval que dice que «la fe es lo que Dios nos da para que podamos entender a los curas». Pero, bromas aparte, la fe es lo que Dios nos da para que luchemos por ella, no para adormecernos, sino para acicateamos.

«Dios -ha escrito Bernardino M. Hernando- comparte con nosotros su grandeza y nuestras debilidades». El coge nuestras debilidades y nos da su grandeza, la maravilla de poder ser creadores como El. Y por eso es tan apasionante esta cosa de ser hombre y de construir la tierra.

Por eso me desconcierta a mi tanto cuando se sitúa a los cristianos siempre entre los conservadores, los durmientes, los atados al pasado pasadísimo. Cuando en rigor debíamos ser «los esperantes, los caminantes». Theillard de Chardín decía que en la humanidad había dos alas y que él estaba convencido de que «cristianismo se halla esencialmente con el ala esperante de la humanidad», ya que él identificaba siempre lo cristiano con lo creativo, lo progresivo, lo esperanzado.

Claro que habría que empezar por definir qué es lo progresivo y qué lo que se camufla tras la palabra «progreso». También los cangrejos creen que caminan cuando marchan hacia atrás.

De todos modos hay cosas bastante claras: es progresivo todo lo que va hacia un mayor amor, una mayor justicia, una mayor libertad. Es progresivo todo lo que va en la misma dirección en la que Dios creó el mundo. Y desgraciadamente no todos los avances de nuestro tiempo van precisamente en esa dirección.

Pero también es muy claro que la solución no es llorar o volverse a Dios mendigándole que venga a arreglarnos el reloj que se nos ha atascado. Lo mejor será, como hacía el niño de Bloch, echarle una mano a Dios. Porque con su omnipotencia y nuestra debilidad juntas hay más que suficiente para arreglar el mundo.


José Luis Martín Descalzo, "Razones para vivir".

domingo, 8 de mayo de 2011

AMA DE MANERA GENUINA


En estos días el mundo celebra el día del amor y la amistad, ¿Pero, acaso sabrán que es el amor?
Hay 3 tipos de amor de acuerdo a su raíz etimológica en griego, las cuales describiré conjuntamente con lo que conocemos del amor en la palabra de Dios:
Ágape: Es el amor de Dios, el amor de Dios hacia nosotros es inefable, jamás podríamos llegar a comprenderlo con nuestras mentes finitas, es un amor incondicional pues a pesar que en ocasiones su pueblo le ha fallado; Él sigue enamorado locamente de ellos. Es un amor que está dispuesto a darlo todo. Es ese amor que puede soportar la pérdida de un hijo en sacrificio para salvar a la humanidad.
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo *unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.”
Juan 3:16 (NVI)
Eros: Es el amor de pareja y sexual, es ese amor qué solamente busca el bienestar de la persona con la que ha decidido unirse en matrimonio. Es el amor que anhela un mismo destino. Es ese amor que atesora hasta el más mínimo detalle. Es ese amor que inspira y renueva tus sueños. Es ese amor en donde existe pertenencia y reposo. Es al amor que anhela poder ver transformada a su pareja a la imagen y semejanza de Cristo. Es el amor que arde por poder estar unido en una sola carne.
Para propósitos de nuestra fe cristiana los varones deben amar a sus esposas así cómo Cristo ama a su iglesia.
“Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella”
Efesios 5:25 (NVI)
Fileo: Es el amor de amigos o de familiares, es al amor que tiene empatía. Es el amor que se pone en los zapatos de su prójimo. Es el amor que sufre por las almas en pena. Es el amor que está dispuesto a desprenderse de sí mismo para bendecir a sus hermanos. Es al amor que honra a sus padres. Es ese amor que hace que una madre defienda con su vida a sus hijos. Es ese amor que hace que un padre se siga levantando después de mil caídas. Es el amor que da esperanza. Es el amor que es capaz de aligerar las cargas. Es el tipo de amor que Cristo vivió con los Apóstoles.
En cuanto al amor fraternal, no necesitan que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros.”
1 Tesalonicenses 4:9 (NVI)
Si no nos ha quedado claro que es el amor, veamos qué opina Pablo de el:
“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad.” 1 Corintios 13:4-6 (NVI)
En estos días lejos de comprar lo que dice el mundo que es el amor, te invito a que realmente ames. Y a que lo que exprese tu corazón no solo sean palabras en tu boca, sino una costumbre en tu vida.
Hoy ya lo sabes, el amor no es cómo lo pinta el mundo. El amor es mucho más.
Ama de manera genuina, y quita todo engaño de tu corazón al ser expuesto a lo que realmente es el amor:

“El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.6 El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad.”

1 Corintios 13:4-6 (NVI)
Autor: Richy Esparza

jueves, 5 de mayo de 2011

NO TEMAS, PORQUE YO ESTOY CONTIGO

¿Cómo dar final a ese temor que constantemente roba parte de nuestras vidas? , ¿Cómo desprenderse de eso que se ha adherido a nuestros corazones haciéndole creer que es real? Ese temor a la muerte, enfermedad, inseguridad, pobreza, o quizás al pasado. Cuando alguien se encuentra en esta situación su corazón anhela volar libremente pero su nublada mente no le permite ver la salida. Esa salida que desde el principio ha estado ahí: Entregar de todo corazón su vida a Jesús.
Cuando finalmente entendemos que esta vida no nos pertenece y que el Señor solamente tiene pensamientos de bien y no de mal para nuestras vidas (Jeremías 29:11) solo hasta entonces se encuentra reposo y el temor se va. Solamente hasta que existe entendimiento en nuestros corazones de que NO estamos en control de las situaciones que nos rodean, hasta ese momento la paz y el gozo se convertirán en una costumbre en nuestras vidas.
Tal vez últimamente tu vida ha sido afectada por el temor a algo que no es Dios. Y eso es pecado, el temer a algo a alguien más que a Dios es “EGOista”, tal vez no lo veas pero hasta que tengas entendimiento de ello y lo reconozcas ante nuestro Dios podrás ser libre del temor.
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.”
Juan 14:1
“A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás.”
Deuteronomio 10:21
Tal vez el temor a el que dirá la gente te ha alejado de tu misión, expender el evangelio. El temor a la enfermedad te ha privado de vivir el regalo de la vida. El temor a lo desconocido te ha atrapado en una vida sin sentido. El temor a la escases te ha convertido en alguien que solo acumular riquezas para sí, mismas que con el tiempo se apolillaran. El temor a la inseguridad te ha confinado a no salir de tu casa a hacer lo que tanto te gustaba hacer. O quizás, el temor al pasado te ha impedido disfrutar de tu presente y soñar en tu futuro.
El día de hoy te quiero recordar que eres libre y eso que has temido es insignificante para nuestro Dios, pero tienes que soltarte en sus brazos, ahí es dónde encontrarás reposo y ese temor se disipará.
Tal vez te has encontrado cómo naufrago buscando la respuesta y una palabra de Dios para librarte de ese temor y no le has podido encontrar. Tal vez no por falta de buscar sino por buscar en el lugar equivocado, pues Él nos ha dejado su palabra para alumbrar nuestro entendimiento y quitar todo temor.

“La exposición de tus palabras alumbra” Salmos 119:130

Si Dios pudo cambiar a un hombre que le negó 3 veces por causa del temor seguramente también te puede cambiar a ti. Si Él constantemente en su palabra dice “No temas”, en verdad quiere que encuentres total reposo en su nombre. ¿Qué podrá ser eso que temas más grande que tu Dios? Ante Su Nombre es nada, ante Su Poder es más que insignificante, ante Su Presencia es solo polvo. Este día el Señor tu Dios te dice:

“No temas, porque yo estoy contigo” Isaías 43:5

Permítele al Señor limpiar tu corazón de todo temor y has conmigo esta oración:
“Padre perdóname por haber mantenido en mí ese temor pecaminoso que me aleja de ti. El día de hoy tengo entendimiento que eso que temía es solamente ausencia de ti en esa área de mi vida. Lléname de ti Padre en este momento y disipa todo temor de mí. Abrásame y que tu presencia me limpie. Dame el coraje necesario para avanzar en dirección contraria a eso que temí, afianza tus juicios en mí y dame dirección en tu palabra. Decreto que soy verdaderamente libre en Cristo pues he sido lavado con su preciosa sangre y nadie ni nada tiene potestad sobre mí, más Jesucristo mi Señor. Oro esto, en el nombre de Cristo Jesús, Amen”.
Te recomiendo que sigas buscando dirección con Dios respecto a versículos que te ayuden a entender lo que Él piensa en su palabra respecto a eso que temiste por si el temor volviera y tuvieras que hacerle frente. Y para que declares esos versículos constantemente en tu vida.
Aquí te incluyo algunos versículos con los que puedes comenzar y hacer tuyos.
“Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.”
Proverbios 1:33
“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí”
Isaías 46:9
“He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?”
Jeremías 32:27
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”
Salmos 27:1
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”
Juan 8:36
Autor: Richy Esparza
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