“Dios mío, mira en el fondo de mi corazón, y pon a prueba mis pensamientos. Dime si mi conducta no te agrada, y enséñame a vivir como quieres que yo viva”.
Salmos 139: 23, 24
(Traducción en lenguaje actual)
A veces perdemos el enfoque de la vida por las diferentes tareas diarias que realizamos y más aun cuando la monotonía y el estrés se apoderan de nosotros y nos olvidamos de esos momentos a solas que Dios desea pasar con nosotros.
Y es que muchos de nosotros nos olvidamos de lo más importante de la vida, lo cual es mantener esa comunión activa con nuestro Señor.
¿Cuándo fue la última vez que tuviste un momento a solas con Él?, ¿Cuánto fue la última vez que le cantaste a solas, mientras vivías lo que le decías?, ¿Cuándo fue la última vez que sentiste su presencia que te abrazaba y las lagrimas de tus ojos no se pudieron contener?
Con el transcurrir del tiempo y de los años muchos olvidamos aquellos momentos a solas que pasábamos con El, esos momentos que marcaron positivamente nuestra vida para que ahora seamos lo que somos, esos momentos que añorábamos en donde nos rendíamos delante de Él y permitíamos que ministrara nuestra vida como a El bien le pareciera.
¿Recuerdas esos momentos inolvidables?, esos momentos a solas que pasabas con El y en donde te sentías la persona más privilegiada sobre la faz de la tierra porque podías sentir como El estaba contigo manteniendo una comunión.
Lastimosamente muchos de nosotros permitimos que la monotonía y el estrés nos lleven a olvídanos de esos momentos a solas que son tan importantes para todo hijo de Dios.
No hablo de cuando vas a tu Iglesia, ni cuando estás en una reunión y buscan del Señor, no, hablo de esos momentos a solas personales, en donde tú decides por cuenta propia ir y doblar tus rodillas delante del Señor y comenzar a hablar con Él, como con tu mejor amigo, mientras El se deja sentir en tu vida de una manera poderosa y que refresca tu vida espiritual.
Hoy Dios quiere que sepas que anhela esos momentos en los cuales le dedicabas tiempos a solas, en donde ibas por deseo propio a buscarlo y a alimentarte de su presencia. Dios te está esperando en el mismo lugar en donde te encontrabas con El, Dios está deseoso de oírte, de escucharte, de que le cantes y sobre todo que comiences a confiar en Él como antes lo hacías.
¿Qué esperas?, ¿Por qué dudas más?, ¡Ve delante de tu Padre!, ¡Búscalo! Porque sin duda lo encontraras, hoy Dios quiere restaurar esa comunicación contigo, pues El jamás se ha olvidado de ti y de los momentos a solas que han pasado juntos.
Hoy quiero invitarte a que terminemos este devocional realizando una pequeña oración, dile al Señor:
“Padre hermoso, te doy gracias porque cada día me sorprendes con tu creatividad, porque al despertar puedo ver cómo has renovado tu misericordia sobre mi vida, porque a pesar de mis errores me sigues amando y demostrándome que jamás te has olvidado de mi, hoy quiero restaurar mi comunión contigo, hoy quiero volver a experimentar esos momentos a solas como lo hacíamos en otros tiempos, te necesito, necesito tu presencia, necesito mucho de ti, no quiero otra cosa que no seas tú, cada día quiero estar pegado a ti, no permitas que el afán y la monotonía me lleven a olvidarme de ti, al contrario, que cada cosa que viva a diario me lleven a mantenerme en comunión continua contigo, Señor, te pido perdón por todos mis errores, quiero a partir de este día comenzar de nuevo y mantener diariamente esos momentos a solas contigo que tan bien me hacen. Gracias Señor porque sé que tu estas aquí, porque sé que tu estas restaurando mi relación personal contigo, Gracias mi amado Padre por todo lo que tú haces por ti, realmente las palabras no alcanzarían para expresarte lo agradecido que estoy por tenerme en cuenta y querer pasar momentos a solas conmigo, Gracias te doy en el Nombre de Jesús, Amen”
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