Cada Uno es especial ante los ojos de Dios
Cada Uno es especial ante los ojos de Dios
Muchas personas se sienten fracasadas. Puede ser que no hayan podido avanzar en su educación; puede ser que tengan dificultades para mantener a sus familias; puede ser que les falte confianza personal porque carecen de conocimientos más amplios. Cuando otros les piden su opinión, quizás crean que no tienen nada para compartir. Esta falta de confianza personal va en contra de la enseñanza bíblica.
Leamos Mateo 10:29 y el Salmo 139:13-16
Aquí vemos en toda su dimensión cuánto nos valora Dios a cada uno de nosotros. Ninguno de nosotros carece de valor ante los ojos de Dios. Para él, todos somos especiales y tenemos valor.
Leamos Lucas 15:1-2
Jesús estaba dispuesto a relacionarse con todo tipo de personas, sin importar lo que los demás pensaran de ellas. Esto muestra la disposición de Dios a aceptar a todas las personas y muestra nuestra igualdad ante él. Jesús sólo condenó a las personas que se creían mejores que los demás (Lucas 18:9-14).
En nuestra labor con personas y comunidades, necesitamos trabajar con los pobres y oprimidos, no para ellos. Necesitamos valorar a todas las personas y ayudarlas a tener una visión más positiva de ellas mismas. Necesitamos desarrollar nuestra capacidad para escuchar y entender.
- ¿Cuánta capacidad tenemos para escuchar las preocupaciones de los demás? ¿Escuchamos con atención y animamos a las personas a compartir sus problemas, además de ayudarlas a descubrir lo que deben hacer? ¿O simplemente esperamos una pausa en la conversación para dar nuestros consejos?
- ¿Qué nos gustaría que fuera diferente en nuestra vida? ¿Qué estamos dispuestos a hacer para provocar un cambio? ¿Necesitamos ayuda y apoyo de otros? ¿Necesitamos ayuda de Dios?
- ¿Qué concepto tenemos de nosotros mismos? ¿Pensamos que nuestro conocimiento y nuestra capacitación son cosas que hemos logrado mediante el esfuerzo y el arduo trabajo? ¿O pensamos que nuestras capacidades son un don de Dios que debemos compartir libremente con los demás?
- Pensemos en cómo tratamos a las personas con las que trabajamos. ¿Son personas con potencial para el trabajo o personas con muchos problemas? ¿Cómo las ve Dios?
Oremos pidiendo que siempre podamos ver a las personas como las ve Dios.
El buen samaritano
En la Biblia muchas veces se nos pide que amemos a nuestro prójimo. Como muestra este estudio, nuestro prójimo no es solo la persona que vive en la casa vecina o en nuestro país.
Leamos Levítico 19:18, Mateo 19:19, Marcos 12:28-34 y Romanos 13:9
- ¿Qué tienen en común todos estos versículos?
La parábola del buen samaritano explica el mandamiento de ‘amar a nuestro prójimo’.
Leamos Lucas 10:25-37
Jesús nos enseña que debemos amarnos unos a otros, aun atravesando barreras culturales y sociales. Cuando el experto en la ley le preguntó a Jesús, ‘¿Quién es mi prójimo?’, quizás esperaba que Jesús le respondiera ‘tu amigo judío’. Pero la respuesta de Jesús fue diferente. La parábola no nos dice nada acerca del hombre que fue atacado, aunque los que estaban escuchando eran judíos y habrán dado por sentado que el hombre era judío.
Sin embargo, un sacerdote y un levita, miembros de la élite religiosa de Israel en esa época, pasaron al lado del hombre herido. En la época de Jesús, los samaritanos eran despreciados por los judíos. Pero en la parábola, el samaritano que iba de camino es el que ve al hombre herido y se compadece de él.
- ¿Quién es nuestro prójimo?
- Pensemos en las veces en que nos ha sido difícil amar a nuestro prójimo. ¿Por qué nos resultó difícil?
- Tomando en cuenta este pasaje, ¿cómo cambiará nuestra actitud hacia los demás?
Discapacidades: nuestro verdadero valor
Lamentablemente la sociedad a menudo no toma en cuenta el valor que Dios le ha dado a las personas discapacitadas. En nuestros planes y nuestro trabajo, con frecuencia ignoramos la gran contribución que pueden hacer estas personas.
Leamos Efesios 2:10 y 1 Corintios 12:7
Todos hemos sido creados a imagen de Dios – los que tienen discapacidades y los que no. Todos hemos sido creados con un propósito, con algo de valor para ofrecer. Todos nosotros. Dios no discrimina. La gente puede discriminar, pero Dios no lo hace. La personas con discapacidades tienen mucho que ofrecer a sus comunidades pero, como todos los demás, necesitan una puerta de entrada.
- En nuestra iglesia, en nuestro trabajo, en nuestra vida diaria, ¿cómo podemos animar a los que tienen discapacidades a usar los dones que Dios les ha dado?
- ¿A veces discriminamos sin quererlo?
- ¿Qué barreras hay en nuestra sociedad y en nuestra cultura que impiden que las personas discapacitadas desarrollen todo su potencial? ¿Qué podemos hacer para mejorar esta situación?
Leamos Romanos 5:1-11 y 8:12-17
Jesucristo murió en la cruz para que podamos reconciliarnos con Dios y conocer su perfecta paz, no importa cuál sea nuestra condición física. En Jesucristo, todas las personas pueden conocer su verdadero valor como hijos e hijas del Dios viviente.
El ministerio de Dorcas
En este estudio bíblico veremos el valor de Dorcas, una mujer al servicio de Dios.
Leamos Hechos 9:36-39
Dorcas tenía un gran amor por el Señor. Pasaba tiempo en oración y estudio de la Biblia. De su gran amor por Dios surgía un gran amor por su prójimo. Notemos que siempre ayudaba al pobre – no solo cuando tenía tiempo o recursos, sino siempre.
- ¿Qué nos ha llamado Dios a hacer a nosotros?
- ¿Quién se beneficia de nuestro trabajo – nosotros, nuestro orgullo, o los demás?
Leamos Hechos 9:40-42
Dios resucitó a Dorcas porque tuvo compasión de la gente que lloraba por ella. Sus amigos – especialmente los pobres y las viudas – la extrañaban tanto.
- Cuando dejemos nuestra área de trabajo para comenzar una nueva tarea, ¿la gente se pondrá contenta o triste?
- ¿Quién nos llorará si morimos?
Oremos la oración de Pablo en 1 Tesalonicenses 1:2-3 por todos aquellos que sirven a los pobres.
Amar a nuestros enemigos
A menudo nos resulta difícil mostrar compasión hacia la gente que no conocemos o con la cual nos cuesta relacionarnos. Es aún más difícil cuando las personas a quienes estamos en condiciones de ayudar nos odian o nos amenazan. La Biblia es muy clara en cuanto a cómo tratar a nuestros enemigos.
Leamos Mateo 5:43-48
Jesús exhorta a sus oyentes a amar a sus enemigos y usa el ejemplo de Dios, que hace salir el sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. La demostración más grande de amor incondicional es la gracia de Dios por medio de Jesucristo quien nos ama a pesar de nuestros pecados. Es muy fácil amar a los que nos aman y pasar tiempo con ellos.
- ¿Cuál es el desafío que Jesús nos presenta en el versículo 46?
- ¿Cuál es el desafío que nos presenta también en el versículo 47?
- ¿Qué consecuencias tiene esto en nuestras relaciones con las personas que nos lastiman?
El versículo 48 nos llama a llegar a ser perfectos o completos – una idea muy parecida a la plenitud del shalom (paz de Dios). Aunque nunca seremos perfectos en esta tierra, debemos tratar de seguir el ejemplo de Dios, mostrando gracia a nuestros enemigos y tratando de alcanzarlos con su amor.
Ver tambíen
Romanos 12:4-8 Un solo cuerpo, muchos miembros
1 Corintios 12:12-31 Un solo cuerpo, muchas partes
1 Tesalonicenses 2:9 Trabajamos día y noche
Santiago 1:12 Dichoso el hombre que persevera
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