jueves, 17 de mayo de 2012

NO SEAS DURO CONTIGO MISMO



A veces somos tan duros con nosotros mismos, creamos toda clase de barreras que lo único que hacen es obstaculizar nuestra relación personal con Dios.
Nos constituimos jueces de nosotros mismos y nos juzgamos de una manera tan severa que lo único que provoca en nosotros es frustración de ver que no somos tan buenos como quisiéramos serlo.
Y es que aunque muchas veces queramos aparentar delante de la gente lo buenos, espirituales y casi perfectos que somos, la realidades que somos personas normales, comunes, con batallas diarias, con áreas en nuestra vida que aun no hemos podido superar, humanos en busca de la perfección pero al fin imperfectos.
A veces nos meten tanto en la cabeza que tenemos que ser súper perfectos que al no lograrlo nos desanimamos de intentarlo y decidimos alejarnos de Dios, por la vergüenza de no ser como quisiéramos ser o por el sentimiento de no cumplirle como quisiéramos cumplirle.
No sé tú, pero en otros tiempos habían momentos en los que me sentía indigno de ser hijo de Dios, había en mi cabeza tantas ideas y pensamientos de ser perfecto que al no lograrlo me frustraba y en ocasiones estuve a punto de rendirme y alejarme de Dios.
El enemigo es muy astuto, nos hace creer que no somos tan buenos y que Dios no se merece a alguien como nosotros, nos baña de vergüenza y nos tira dardos de fuego, pensamientos negativos que nos predican que somos incapaces de cambiar y que no tenemos remedio.
A veces me daba vergüenza hasta levantar mi rostro hacia el cielo, porque decía: “¿Con que cara me presento delante de Dios después de fallarle?”, trataba de esconderme, como lo hizo Adán, o como lo hizo Eva, tratando de esconder su desnudes, sin percatarme que Dios me conoce aun cuando trate de esconderme y de fingir lo que en realidad no soy.
Y es que muchas veces vivimos con la idea persistente en nuestra mente de impresionar a Dios, de mostrarle lo bueno que somos y al fallar nos auto juzgamos de la manera más cruel que nos auto expulsamos de su familia y nos exiliamos de su presencia.
Conozco muchas personas que en su afán de ser súper perfectos e impresionar a Dios, fallaron y se juzgaron cruelmente a tal punto que se alejaron de Dios creyéndose indignos de ser sus hijos. Personas muy entregadas a Dios, pero que no comprendieron lo que realmente es Dios y lo que nos da diariamente, esa misericordia que se renueva cada día sobre nuestras vidas.
Por momentos me imagino a Dios viéndonos como nos auto juzgamos tan duramente, mientras Él simplemente extiende sus brazos para recibirnos y decirnos:

“Hijo mío, Yo te conozco a perfección, no tienes que tratar de impresionarme, no tienes que ser tan duro contigo mismo, porque Yo no te juzgo, al contrario, Yo te amo, di mi vida por ti en la cruz del calvario, para mi eres valioso tal y como eres, sé que tienes una lucha diaria, pero recuerda que Yo he prometido estar contigo todos los días de tu vida, no tienes por qué temer, no tienes porque frustrarte, Yo conozco cada área de tu vida, aun aquellas que piensas que nadie más sabe sobre ti, pero a pesar de todo nunca te he dejado, no te he desechado, siempre he estado allí para renovarte, para restaurarte, para devolverte las fuerzas y poner en ti el deseo de seguir luchando. Aun cuando sientas que no eres digno de mí, Yo si te considero mi hijo, porque un día me reconociste como tu Padre, porque un día trajiste tu vida delante de mí y Yo estoy restaurándote cada día que pasa, no te frustres, no te canses, no te desesperes, este es un proceso que iniciamos juntos y que juntos terminaremos y al final te darás cuenta que todo valió la pena, simplemente no te rindas, no seas tan duro contigo mismo, porque yo no lo soy, simplemente búscame cada día, quiero gobernar tus pensamientos, tu vida, todo, quiero ser prioridad en ti, quiero escucharte cada mañana hablarme con sinceridad, cantarme, no quiero que me impresiones, simplemente quiero que me ames y que por mi luches cada día y si llegaras a fallar no te avergüences, simplemente ponte de pie e inténtalo nuevamente, Yo estaré allí para renovar tus fuerzas, para darte un fuerte abrazo, levantar tu barbilla hacia el cielo y decirte: CON AMOR ETERNO TE HE AMADO”.

¿Sabes?, mientras escribo y leo estas palabras siento como Dios habla a mi vida, apenas veo lo que escribo porque hay lagrimas en mis ojos, ¿Sabes?, nosotros no comprendemos el gran amor que Dios nos tiene, no somos capaces de entenderlo y mucho menos de asimilarlo, pero aun cuando no lo entendamos y no lo asimilemos hay una verdad absoluta:DIOS NOS AMA a pesar de todo.

¡No seas duro contigo mismo, solamente recibe su amor y amalo cada día!

“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”.

Jeremías 31:3 (Reina-Valera 1960)

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”.

1 Juan 2:1 (Reina-Valera 1960)
Autor: Enrique Monterroza

jueves, 3 de mayo de 2012

LA DEVOCIÓN DE LOS MIL JESÚS (Para rezarse el día 3 de Mayo o en cualquier día)


 Cómo se rezan los mil JesúsEsta devoción consiste en invocar el Nombre de Jesús mil veces para derrotar de las casas a las huestes del mal. Como testimonio del triunfo del bien sobre el mal se hace una cruz de madera o de ramos de olivo o utilizamos alguna que tengamos en casa.

El Nombre de Jesús significa Salvador. Éste viene del cielo. A San José se lo manifestó un ángel en sueños (cfr. Mateo 1, 21) y a la Santísima Virgen, el arcángel Gabriel en el momento de la Anunciación (cfr. Lucas 1, 31-33).

El poder de intervención y la majestad de este Nombre es milagroso, porque está sobre todo nombre y ante el cual se arrodilla todo ser, en los cielos, en la tierra y en los infiernos. Para venerar este Nombre Sagrado, se hace un altar pequeño, con una cruz en el medio, dos velas, flores y un poco de agua bendita. 


Podemos rezar los mil Jesús de la siguiente manera:
Nos persignamos. Por la señal de la Santa Cruz...En silencio pedimos la gracia que se quiere.

Rezamos el Acto de Contrición
Acto de Contrición:Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer, porque pecando te he ofendido a Ti, que eres el sumo bien y digno de ser amado sobre todas las cosas.

Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, hacer penitencia, no volver a pecar y huir de las ocasiones de pecado, hacer una buena, sincera y profunda confesión (sin omitir ningún pecado cometido) y comulgar con la mayor frecuencia posible. Señor, por los méritos de tu pasión y muerte, apiádate de mí, y dame tu gracia para nunca más volverte a ofender. Amén.

Rezar el Padrenuestro.
Al empezar la decena se dice:
 “Santísima Cruz, mi abogada has de ser, en la vida y en la muerte me has de favorecer. Si a la hora de mi muerte el demonio me tentare, le diré: Satanás, Satanás, conmigo no contarás ni tendrás parte en mi alma, porque dije mil veces Jesús”. 


Se pasan todas las cuentas del rosario diciendo Jesús, Jesús, Jesús... (50 veces) y cuando haya terminado de contar un rosario completo se dice un Gloria, un Padrenuestro y la oración final. Cuando se hayan contado los 20 rosarios, se terminan los mil Jesús. 

Oración final:Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos, que, por tu Santa Cruz, redimiste al mundo.Jesús, Jesús, Jesucristo.Jesús, mi Jesús por siempre.Jesús, Jesús en mi vida, Jesús, Jesús en mi muerte.Dulce Jesús, sé mi Jesús y sálvanos.
OremosOh, Dios, que, al recordar hoy el descubrimiento de la verdadera cruz, renovaste los milagros de tu pasión, concédenos que por el valor de aquel sagrado leño de vida alcancemos eficaz socorro y ayuda del cielo para la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.Amen.
Bendición final con agua bendita:
El Señor esté con vosotros.Respuesta: Y con tu Espíritu.La bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

martes, 1 de mayo de 2012

Oración por la curación interior


Señor Jesús Misericordioso, tu has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial que cures aquellos que son causa de pecado. Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en virtud de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío. Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación. Cura, Señor, todas esas heridas íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno.Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas. Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria Misericordiosa sobre el pecado y la muerte, de tu presencia Viviente entre nosotros. ¡Amén!

Plegaria de Liberación
Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios Misericordioso, tú eres Padre, nosotros te rogamos, por la intercesión y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, que nuestros hermanos y hermanas sean liberados del maligno que los ha esclavizado.
Oh, santos, venid todos en nuestra ayuda. De la angustia, la tristeza y las obsesiones, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
Del odio, la fornicación y la envidia, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De los pensamientos de celos, de rabia y de muerte, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De todo pensamiento de suicidio y de aborto, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de desorden en la sexualidad , nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De la división de la familia, de toda amistad mala: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de maleficio, de hechizo, de brujería y de cualquier mal oculto, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.

Oh, Señor, que dijiste “la paz os dejo, mi paz os doy”, por la intercesión de la Virgen María concédenos ser librados de toda maldición y gozar siempre de tu paz. Por Cristo Nuestro Señor. ¡Amén!
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...