sábado, 31 de diciembre de 2011

HOY, SOLO QUIERO DARTE LAS GRACIAS

ECLESIASTES 7.10                                                                                                         
No digas: ¿Por qué fueron los días pasados mejores que estos? Pues no es sabio que preguntes sobre esto.
Siempre hemos escuchado en el mundo de manera cotidiana cada vez que termina un año y comienza otro, que los tiempos pasados siempre fueron mejores que los actuales; quizás añorando los triunfos o los logros alcanzados y que por algunas circunstancias ya no están, o bien, suspirando por los años de su juventud, no se, lo que si se es que nunca debemos añorar lo del pasado, ya que esto ha quedado atrás y no volverá; lo que se hizo mal o se dejó de hacer ahí quedo, hoy solo debe ser un simple recuerdo. Hoy es tiempo de meditar, de hacer un balance sobre los objetivos alcanzados, sobre los fracasos o tropiezos, sobre nuestra relación con los nuestros, con el mundo y sobre todo con Dios. A lo largo de este año que terminó hubo momentos gratos, tiempos de aflicción, tiempos de pruebas, de llanto pero también de risas, de noticias gratas y otras no tan gratas. Quizás algunos ya partieron y nos han dejado, quizás nuevos miembros han llegado a nuestra familia y han llenado de luz nuestros hogares; una vela que se ha extinguido y otra nueva llena de esperanza que se enciende hoy. Para algunos es un nuevo comenzar, es renovarse de energías y prepararse para lo que vendrá, confiados en que todo saldrá bien, para otros faltos de fe es un año más lleno de carencias, de deudas, de tristezas y sin ninguna esperanza en el futuro. Hoy tienes que hacer un alto en tu caminar y así como el campesino hace con el trigo al separar la semilla de la cáscara, así tú también tienes que separar lo bueno de lo malo, el acierto del error. Hoy es tiempo de levantar la mirada hacia lo alto, y expresar un ¡¡GRACIAS DIOS!! Por este año que me has permitido disfrutar con mis familiares y amistades, con mis compañeros de estudio o de trabajo, con mis vecinos y porque no, también con aquellos que se dicen mis enemigos. Gracias por aprender a conocerme cada día más y reconocer ante ti que soy un ser humano imperfecto que estoy plagado de errores, pero que también poseo algunas cualidades; Gracias por que a través de los momentos de pruebas me enseñaste a conducirme con más prudencia, forjaste mi carácter y fortaleciste mi espíritu; me enseñaste que en la caída habría dolor, pero también viniste a mí y me trajiste el bálsamo de tu amor, curaste mi herida y me diste palabra de ánimo para continuar mi marcha, me enseñaste que para lograr mis objetivos era necesario enfrentar muchos obstáculos que con mis fuerzas serían imposible sortearlos, y en los momentos más críticos llegaste TU para infundirme valor y decisión. Hablaste a mi corazón y me dijiste cuanto me amas, que siempre estas conmigo y que en ningún momento me abandonas, y eso MI SEÑOR fue suficiente para reconocer que todo lo que he logrado te lo debo solo a Ti.
Hoy principia una nueva etapa, una nueva ilusión, un nuevo proyecto o una nueva vida, hoy podemos decir aquí vamos de nuevo Señor, mis esperanzas nuevas son y aunque el mundo piense de forma negativa yo pensaré de manera positiva, fijaré mi mirada solamente en tu mirada y mi mano se tomará fuertemente de tu mano para que tu me infundas confianza y seguridad; la cuesta comienza, la meta trazada se ve lejana y el objetivo se torna inalcanzable, pero solo en TI me siento confiado, porque eres mi ayudador, el que me alienta y me impulsa a alcanzar lo inalcanzable y a hacer posible lo que parece imposible.
El pasado ya lo viviste, el presente es lo que estás viviendo, y el futuro es lo que vivirás. No pierdas tu tiempo pensando en lo que fue, mejor prepárate para vivir lo que vendrá; porque recuerda que <> en otras palabras, prepárate a vivir cosas y experiencias nuevas y mejores, que las que ya viviste. Tienes que pasar a otro nivel en todos los aspectos, pero para ello es necesario enfrentar nuevos retos. Empieza a trabajar en tu mente que tú eres un triunfador; que no viniste a ver si podías (ganar), sino que por que puedes (vencer) viniste. Déjame darte un tip y por favor grábatelo: ¿Sabes que hace la diferencia entre un perdedor y un ganador? Algo tan sencillo ¡¡Su mentalidad!!
Hoy es el tiempo en que tu también tienes que hacer un cambio de mentalidad; de negativo a positivo, de pesimista a optimista, de vencido a vencedor, de conquistado a conquistador. Recuerda que todo es posible si te lo propones; todo radica en TU MENTE.
Espero en verdad que estas palabras lleguen a lo más profundo de tu corazón y que tu mente sea transformada; que tengas la determinación para realizar cosas GRANDES en tu vida, en tu familia, en tu trabajo o estudio. Que todos vean que tú haces la diferencia, así como lo hizo nuestro Señor Jesús. Que todo lo que hagas lleve tu sello, como todos los que formamos parte de la familia de Dios llevamos el sello de Jesús de Nazaret. Amén

De todo corazón le pido al Señor que en este año te llene de bendiciones y te guarde en todo momento. Son mis mejores deseos.

Autor: Victor Culebro

domingo, 25 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

Si te sientes feliz en Navidad, no te extrañes.
Tienes derecho y razón de ser feliz.
Si en Navidad sientes deseos de hacer las paces con todo el mundo, hazlo sin dudar.

Los ángeles te lo indican:
Paz a los hombres de buena voluntad.
Si tienes deseos
de hacer las paces con Dios en Navidad,
¿por qué esperar?

Es el momento más adecuado.
No todos los días sientes los mismos deseos.
Es mejor pedir perdón a un Niño
que a un Hombre.

Mejor acudir al tribunal de la Misericordia
que al de la Justicia.
Si te sientes triste en Navidad,
no has entendido.

¿Triste cuando Dios viene a tu encuentro
lleno de amor y ternura?
Si sigues odiando en Navidad,
no has comprendido.
Navidad es la fiesta del Amor,
del Perdón, de la Paz,
por si no lo sabías.

Si sigues siendo un pecador en este tiempo,
la Navidad no existe para ti.
La Navidad te invita a recuperar tu alma de niño,
el niño inocente que fuiste alguna vez.


Al nacimiento de Jesús fueron invitados unos pastores,
gente sencilla y buena.
No fueron invitados los cortesanos de Herodes,
ni los fariseos, ni los miembros del Sanedrín.

No fueron los grandes de este mundo,
sino los pastores.
Por humildes y sencillos,
por ser dóciles al mensaje Divino.

Hoy siguen siendo invitados los humildes,
los que aceptan a Dios y sus mandamientos,
los sencillos, los pobres de espíritu.

Jesús es el patrón de los desamparados,
de los sin techo, de los emigrantes,
de todos los miserables, enfermos, hambrientos...
Cristo nace como un gitano.

Para el Creador del mundo un establo de animales.
No había lugar para Él en ninguna casa de Belén.
Para enseñarnos que las cosas materiales
no son la felicidad del hombre sino las celestiales.
¡Qué contraste tan brutal con ese afán nuestro
de poseer más y más cosas!

Nunca estamos satisfechos con lo que tenemos.
“He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir”...
Ojalá que esta Navidad,
tú también puedas decir eso:
He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir...

Porque de lo contrario,
“aunque Cristo naciese mil veces en Belén,
si no nace en ti, seguirás eternamente perdido”. 

Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net

martes, 20 de diciembre de 2011

EL TIEMPO DE DIOS ES PERFECTO

Hay ocasiones en nuestra vida, en las que nos toca experimentar sentimientos de desesperación al ver que eso que tanto deseamos no llega, y es que es tan difícil esperar, porque por mas mensajes o palabras que nos dicen las demás personas solo quien está esperando sabe lo que está pasando en su vida, cada pensamiento y cada sentimiento que hay en su mente y en su corazón, cada lágrima y cada suspiro que con el pasar del tiempo nos hace pensar que estaremos así por mucho tiempo.
Lo cierto es, que  por cada cosa que pedimos o anhelamos, hay un tiempo de espera y eso es inevitable, por mucho que nos desagrade la idea, es como hornear un pastel, comenzamos a preparar los ingredientes y se nos pasa el tiempo, pero llega la hora de colocarlo en el horno y tiene que transcurrir un tiempo prudente, el necesario para que nuestro pastel quede perfecto, no podemos sacarlo antes porque quedaría crudo y mucho menos olvidarnos que está en el horno porque estaría quemado, entonces vemos que no necesitamos ni mas ni menos tiempo, solo el necesario.
Así es la espera en Dios, al momento de exponerle tu necesidad o petición, Él comienza a preparar todo, Él es quien lleva a cabo el proceso para cocinar tu respuesta, y es cierto, mientras esperamos, andamos por ahí dando vueltas y pensando para cuando estará lista, vemos que pasa el tiempo y se nos hace tan largo, y hasta algunas veces pensamos en la posibilidad de que a Dios se le olvidó, o que está tan ocupado atendiendo otros asuntos que nuestra petición tardará un poco más.
En primer lugar, Dios jamás se olvida de algo, y en segundo lugar ¿acaso crees que no es lo suficientemente poderoso para responder a las necesidades de cada persona al mismo tiempo?, para Él no hay peticiones pequeñas o grandes, puesto que se basa en la confianza del corazón, y con esto no quiere decir que si confías más llegará antes, o si no confías se tardará mas, es solo que Dios sabe cuando estará lista tu respuesta, el confiar nos ayuda a esperar con paciencia y tranquilidad, con la seguridad que todo llegará en el momento adecuado, porque: Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3:1
Dios no llega antes, ni después, porque solo Él sabe cuando y de que manera es mejor para nosotros, Él es el dueño del tiempo y del espacio, del mundo y de lo que en el habita.
Es difícil no tener la fecha en que todo este proceso terminará, pero es tan reconfortante saber que Dios tiene el control absoluto de todo, que no hay nada que pueda impedir ni estorbar en lo que Él hará, a pesar de lo mucho o poco que ha pasado, por que sabes…

El tiempo de Dios es perfecto.

Autora: Maite Leija

viernes, 16 de diciembre de 2011

PASANDO LA PRUEBA DEL TIEMPO

Gálatas 6.9 “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”
Hace muchos años leí un poema muy hermoso del maestro Renato Leduc titulado ”El Tiempo”, aquí te cito una parte del mismo < <Sabia virtud de conocer el tiempo; a tiempo amar y desatarse a tiempo; como dice el refrán; dar tiempo al tiempo que de amor y dolor alivia el tiempo>> Hablar de tiempo es hablar de momentos, de espacios; nuestra vida está regida de tiempos, pasado, presente y futuro, pero ¿ quién puede determinar o predecir su tiempo ? Nadie, ya que nuestro tiempo le pertenece a Dios, Él es el único que puede decidir en nuestras vidas.
Hablar de tiempo, indudablemente es hablar de sabiduría, la cual proviene de Dios. El amor y la virtud (en el antiguo testamento se relaciona con valor moral. En el nuevo testamento, se traduce como poder y fuerza) son dos dones que Dios le otorga al ser humano por medio del Espíritu Santo. Toda nuestra vida está o debe estar relacionada con el amor dirigido hacia toda la humanidad y hacia todas las cosas creadas por Dios; al observar detenidamente una flor, o bien una maravilla natural, o al recibir una caricia o un beso del ser amado, despierta en nosotros un hermoso sentimiento que es el amor.
El amar es una virtud ¿sabías tu eso? Ya que no todos saben amar; amar significa valorar, apreciar, conservar, y todo esto se logra a base de tiempo y de experiencias, a veces gratas y otras ingratas. Cuando aprendemos a esperar el tiempo de Dios, estamos dejando que Él haga su voluntad en nosotros y no interferimos en sus planes; quizás lo que Dios haga en tu vida no sea de tu agrado, ya que lo que has recibido no es lo que esperabas. < < En una ocasión un joven evangélico le pidió al Señor que le concediera un milagro, anhelaba un coche deportivo de lujo, este joven oró por este milagro por mucho tiempo y persistió suplicándole a Dios para que le fuera respondida la petición, en él había la Fe de que sería escuchado. Pasado el tiempo Dios le respondió y le dijo que había escuchado su súplica y le concedía lo que le pedía, al día siguiente le fue entregado un “vochito” de modelo atrasado; al verlo el joven montó en cólera y fue a protestarle en oración a Dios y le decía que no había entendido lo que le estaba pidiendo, que lo que le estaba dando era una burla. A lo que Dios le contestó que eso era lo más conveniente para él, ya que lo que deseaba era que tuviera largura de vida y no que la perdiera por su falta de madures e inexperiencia>>.
A lo largo de nuestra vida vamos adquiriendo madures y nos volvemos más aptos en ciertas cosas, y todo esto lo logramos a través del tiempo; las cosas no se dan de un momento a otro, tenemos que aprender a esperar el momento propicio. Dios no creó todo lo que existe en un solo día (aunque tenía el poder para hacerlo) porque lo creó con sabiduría, se regocijó en lo que estaba haciendo; si analizas bien las escrituras encontrarás que al último que creó fue al hombre, si, a ti y a mí y ¿sabes porque? Porque fue y sigue siendo ¡¡ SU CREACION PERFECTA!! Aquí hay un diseño divino, un plan preestablecido, una enseñanza que Dios quiere que entendamos y apliquemos en nuestro diario caminar.
No podemos pasar a otro nivel, sin antes haber superado la prueba del tiempo. Pasar esta prueba toma un compromiso fuerte; la vida básicamente está llena de pruebas y conforme vamos superando las mismas, vamos subiendo de nivel, es decir nos fortalecemos en espíritu, alma y cuerpo; no podemos ser fuertes en algo si antes no pasamos por una prueba; te pongo el ejemplo de alguien que ha perdido a un ser querido, como humano sufrió la pérdida, hubo dolor, tristeza, desolación, lamento, en fin todo lo que encierra este momento, pero al paso del tiempo la herida fue cicatrizando y poco a poco fue superando ese trago amargo que la vida le dio. Como hombres tenemos que aprender a darle tiempo al tiempo; no desesperarnos porque las cosas no se dieron en el momento que esperábamos o como pensábamos que se darían, ponte a pensar que quizás no era el momento propicio o no convenía que se dieran así, debemos siempre tener una mentalidad propositiva y ser siempre optimistas en las adversidades. Lee lo que dicen las Sagradas Escrituras en Santiago 5.7-8 < tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad como el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca>> Ahora ya tienes la respuesta de cómo vas a superar las pruebas del tiempo ¿verdad? Con paciencia y manteniéndote firme, grabándote en tu mente y en tu corazón que todo pasará, que las bendiciones y las misericordias del Señor nuevas son cada día, que lo que no se te dio hoy se te dará mañana. Recuerda esto por favor, la promesa de Dios es que cada mañana la luz del sol iluminará toda la tierra y la luz del Señor (su bondad) resplandecerá en tu corazón.
No te desanimes, sigue luchando y creyendo en el Señor; continúa no te detengas porque tú has sido hecho de un material único, capaz de resistir los embates de la vida, de soportar el dolor y de superar las pruebas más difíciles. Todo en ti es poder y fuerza, fuiste hecho para conquistas, para imposibles, para inalcanzables, para cosas grandes, porque fuiste creado con genética de reino.
Cuando tu mente te diga es imposible, tú dile sí es posible, cuando venga a ti el desánimo, levántate y actívate, cuando venga a ti la tristeza sonríe y alaba, y cuando quieras llorar, póstrate ante el Señor y dale las gracias por el momento que estás pasando y tómate más fuerte de la mano del VENCEDEDOR DE VENCEDORES.

Vamos no te canses, porque a su tiempo cosecharás si no te das por vencido.

Que la paz del Señor Jesús este en tu corazón. Amén
Autor: Victor Culebro

viernes, 9 de diciembre de 2011

CREER O PENSAR

Una de las más grandes batallas que tenemos, en especial estando en una situación difícil o en medio de una necesidad, es la de la mente contra el corazón, buscamos mil cosas y mil motivos para creer en nuestro corazón, para terminar de convencernos que nuestra anhelada respuesta pronto llegará y cuando por fin estamos creyendo, de la nada aparecen una serie de pensamientos en nuestra mente que nos hacen dudar en tan solo un instante, haciendo que lo que tanto esfuerzo nos costó creer se desmorone en un abrir y cerrar de ojos, y es que es tan fácil pensar y pensar, desde que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir, nuestra mente no deja de maquinar pensamientos, que cuando son positivos nos levantan el ánimo y nos alimentan la esperanza, pero cuando dejamos que sean negativos nos llevan a una profunda tristeza y lo que creíamos poco a poco lo vamos viendo mas lejano tanto que nos parece tan difícil de lograr a pesar de que nos sentíamos tan cerca.
Es sorprendente como un pensamiento puede causar tanto efecto en nosotros al grado de decidir sobre nuestros estados de ánimo, y nos mantienen como en un oleaje de ir y venir, y pasamos de momentos felices a momentos tristes y viceversa.
¿Pero que dicela Biblia sobre esto?, en  Efesios 4:17, 18
Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,  teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón.
Es muy fácil obedecer a la mente, por todos los pensamientos que nos rodean, por que muchas veces son tan fuertes y lógicos que nos establecen límites en nuestra fé, haciéndonos “pensar” que eso que estamos esperando no llegará o que todo lo demás es mas fuerte que nosotros, y comenzamos a ver las circunstancias como grandes muros que nos impiden lograr nuestro objetivo y ver mas allá de lo imposible, pero si creemos en nuestro corazón creamos la convicción de lo que no podemos ver, y lo convertimos en un sentimiento mucho mas poderoso que cualquier pensamiento.
Solo de esta manera podemos esperar esa respuesta con la seguridad de que llegará, podemos estar tranquilos porque aunque nuestra mente nos diga lo contrario, nuestro corazón seguirá creyendo.

No pienses en lo difícil de la espera, cree en la recompensa que trae la respuesta.

Autora: Maite Leija
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