lunes, 27 de septiembre de 2010

UNA SENCILLA FLOR DEL CAMPO



Si tú eres maravillosa, estupenda, ¿qué podré decir de la belleza y la ternura que se esconde en cada corazón humano?
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

Eres así: sencilla, sin pretensiones, sin soberbia, sin hambre de aplausos. Una sencilla flor de campo, sin nombre, sin historia, sin barreras defensivas, sin miedos al viento, a la lluvia, al granizo, al hombre caprichoso.

Brillas, con tu blanco alegre, entre el verde vivo que acaricia el viento. Hablas un lenguaje antiguo y nuevo, fresco y cansado, reflexivo y lleno de entusiasmo. Susurras tu mensaje sin preocuparte por el hoy, sin preguntar si habrá alguien que te alabe, sin soñar en si mañana serás más bella o ya marchita, sin sospechar que tal vez pronto un niño te cogerá entre sus manos para llevarte a su madre, para ponerte ante una imagen de la Virgen.

Hermosa como reina y humilde como pastora, ligera y llamativa, alegre y armoniosa. Abierta a todos: al colibrí y a la abeja, a la esfinge y a la hormiga, al sol y a las gotas del rocío mañanero.

Hablas porque Alguien te dio un lenguaje de belleza. Hablas porque el mundo es la obra de un Dios artista. Hablas aunque los hombres vivamos encerrados en nuestras casas de cemento y de cristal, ajenos a la belleza de tu saludo, esclavos de modas que pasan sin embellecer los cuerpos y sin consolar las almas.

Hoy quisiera escuchar tu voz callada, contemplar de nuevo tus estambres y tus pétalos, dejarte acariciar mi piel sofisticada, oler tu aroma de armonías, de vida fresca y pura.

Salomón no fue capaz de vestirse ni siquiera por un día como tú, sencilla flor de campo. Por eso déjame avanzar, a través de ti, para ir más lejos. Para descubrir que hay un Padre Creador y Bueno. Para no olvidar que el Amor es la palabra más hermosa de la vida. Para ponerme en las manos de ese Dios que vela y cuida cada una de sus maravillas.

Déjame, humilde y blanca flor silvestre, vivir abierto, sin complejos. Con la esperanza de que mi vida vale mucho más que la tuya. Y si tú eres maravillosa, estupenda, ¿qué podré decir de la belleza y la ternura que se esconde en cada corazón humano? ¿Qué podré encontrar en la sonrisa de tantos hombres y mujeres que me acompañan, como tú, en el camino que nos lleva hacia el Dios que nos ama con locura?

viernes, 24 de septiembre de 2010

AMA TU PROJIMO COMO A TI MISMO




Marcos 12, 28-34

En aquel tiempo, uno de los letrados se acercó a Jesús y le preguntó: ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le contestó: El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos. Le dijo el escriba: Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que El es único y que no hay otro fuera de El, y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: No estás lejos del Reino de Dios. Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.


Reflexión


¿Quién es mi prójimo? No nos compliquemos investigando quién es nuestro prójimo. ¿Será aquél que nos encontramos en la calle, el pobre, el sucio...? Sí, él es nuestro prójimo. Pero también recordemos que prójimo es sinónimo de próximo. Algunas veces nos cuesta trabajo amar verdaderamente a nuestro prójimo que está más cercano a nosotros, en el trabajo, en la escuela. Aquella persona con la que tengo contacto personal cotidiana y que a veces humanamente me es difícil convivir, que es una cosa muy normal, pero en esos momentos es donde verdaderamente entra el verdadero amor a nuestro prójimo.

“No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”. ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? Muchas ocasiones, ¿verdad?, ¿No nos parece que se queda un poco corta? Es un poco pasiva, indiferente. Le falta algo. ¡Es un poco seca!

Cambiémosla a alguna frase más activa, más dinámica, que nos mueva a realizar algo y que nos ayude a quedarnos en el “no hagas a los demás”. Sería mejor decir: “haz a los demás lo que quieras que te hicieran a ti”. Interpretándola de forma correcta, no esperando en realidad que por nuestros actos tenemos que recibir el mismo pago. O esta otra que dice hacer el bien sin mirar a quien. Pero aquí en lugar del “sin mirar a quién” veamos a Cristo representado en mi prójimo

¿A quién no le gusta recibir una sonrisa, un buenos días, un comentario positivo? La sonrisa es un buen detalle práctico de amor al prójimo. Sonreír plácidamente, ser amable cordial y abierto con todos. Es un lenguaje universal; lo mismo lo entiende un polaco que un chino; muchas veces ayuda a quitar aquel polvillo rutinario del trabajo, que se ha ido acumulando a lo largo de las jornadas. ¿Que más prueba de amor al prójimo podemos dar? Esta es una forma sencilla y práctica. Así construiremos un clima de benevolencia en nuestro alrededor. ¡Hagamos la prueba!

El escriba hace una anotación, que estos mandamientos valen más que todos los holocaustos y sacrificios hechos a Dios para el perdón de sus pecados y para pedir gracias especiales. Hoy podemos amar a Dios odiando el pecado en nuestras vidas, y amando de corazón a nuestro prójimo.

lunes, 20 de septiembre de 2010

VIDA OCULTA Y PUBLICA DE JESUCRISTO



¿Cómo empezó todo?
Autor: Ignacio Juez | Fuente: www.ideasrapidas.org
JESUCRISTO

• A. Vida oculta.
• B. Vida pública.
• C. Muerte, resurrección y ascensión.

A. Vida oculta de Jesucristo

1. ¿Cómo empezó todo? El ángel Gabriel se presentó a María y le habló de parte de Dios proponiéndole ser Madre del Salvador. Ella aceptó, y el Hijo de Dios se hizo hombre y fue concebido por obra del Espíritu Santo.

2. Belén.- Debido a un edicto del César, María y José su esposo fueron empadronarse a Belén, y allí muy discretamente nació Jesús. Recibió la adoración de unos pastores avisados por ángeles, y de unos magos de oriente guiados por una estrella. Minutos después, un ángel avisó a José y huyeron a Egipto pues el rey Herodes buscaba al Niño para matarlo. En Egipto estuvieron unos dos años y, muerto Herodes, regresaron a Nazaret.

3. Vida oculta.- En Nazaret vivió Jesús con sus padres, llevando una vida ordinaria de la que nada sabemos, salvo el suceso de Jesús perdido y hallado en el Templo cuando tenía unos doce años. En sus treinta años de vida oculta, Jesús nos da ejemplo para buscar la santidad en las tareas corrientes de la vida.

B. Vida pública de Jesucristo

1. ¿Cómo empezó? La primera intervención pública de Jesús fue su bautismo en el Jordán, realizado por S. Juan Bautista. Allí, Dios Padre testificó sobre Él diciendo que era su Hijo amado. Después, el Señor se retiró al desierto durante cuarenta días para preparar su vida pública con oración y mortificación. Luego, regresó donde el Bautista, que le acercó los primeros discípulos: Juan y Andrés. Andrés le presentó a su hermano Simón Pedro.

2. Los Apóstoles.- Al principio, los discípulos iban y venían, le escuchaban y volvían a sus quehaceres. Entre ellos eligió doce que dejaron todo y le acompañaban siempre. Son los doce Apóstoles. Como cabeza de ellos tomó a Pedro.

3. Predicación.- Sin descuidar sus ratos de oración, durante tres años caminó por Israel enseñando de una ciudad a otra. Un sermón importante fue el de las bienaventuranzas. En su predicación usaba abundantes parábolas: la del sembrador, los talentos, el hijo pródigo, la cizaña, etc. Hablaba con autoridad divina, y reforzaba sus palabras con milagros.

4. Milagros.- Los milagros fueron muy abundantes. Con ellos manifestaba su poder divino a la vez que se compadecía de las penas humanas. El primero tuvo lugar en una fiesta de bodas, donde transformó agua en vino por intercesión de su Madre. Hubo muchos milagros: calmó tempestades, multiplicó panes, curó leprosos, ciegos, paralíticos, endemoniados, incluso resucitó muertos. En una ocasión se transfiguró resplandeciendo su divinidad.

5. Persecución.- Las multitudes le seguían para oírle y ser curados de sus enfermedades. Esto hizo que los jefes religiosos judíos se llenaran de envidia e intrigaran contra Él, a pesar de reconocer sus milagros patentes. Cuando resucitó a Lázaro, decidieron matarle y matar también a Lázaro.

C. Muerte, resurrección y ascensión

1. ¿Cómo empezó la Pasión?.- Nuestro Señor había anunciado varias veces su pasión y muerte. Una noche, después de instituir la Eucaristía, fue con sus discípulos a orar en un huerto de olivos. Allí aceptó reparar a Dios las ofensas humanas ofreciéndose a sí mismo en lugar nuestro, cargando con nuestras culpas. Un ángel tuvo que consolarle ante un sufrimiento tan fuerte que sudó sangre. Poco después dejó que le apresaran los jefes judíos.

2. ¿Hubo juicio? Hubo una especie de juicio donde la condena ya estaba prevista. No hubo pruebas concluyentes a pesar de que presentaron testigos falsos. Jesús se declaró Mesías e Hijo de Dios y por estas palabras fue condenado a muerte por los jefes judíos.

3. ¿Hubo otros juicios? Después llevaron a Jesús ante Pilato y ante Herodes, y ninguno encontró motivos de condena. Los judíos presionaron a Pilato. Pilato mandó flagelarlo por ver si así contentaba a la muchedumbre. Después de numerosas afrentas y burlas, azotado y coronado con espinos lo presentó a la gente, que volvió a exigir: ¡crucifícalo!

4. Cruz.- Pilato cedió ante la multitud y dictó sentencia de muerte. Entonces Jesús cargando con la cruz salió hacia el Calvario. Al llegar allí, le clavaron manos y pies en la cruz y le colocaron entre dos ladrones, mientras los jefes judíos continuaban las burlas.

5. ¿Dijo algo en la cruz? Allí Jesús dijo unas frases breves: pidió perdón por todos, aseguró el cielo al ladrón que se arrepintió, nos dejó a María como madre nuestra, y después de asegurar que todo estaba cumplido, entregó su espíritu al Padre. Un soldado aseguró su muerte clavándole una lanza en el corazón. Poco después, le bajaron de la cruz a una sepultura. Era viernes.

6. ¿Pasó algo especial? Mientras Jesús estuvo en la cruz, se oscureció el sol y se cubrió la tierra de tinieblas. Cuando murió, hubo un terremoto, se rasgó el grueso velo del templo, y muchos muertos salidos de los sepulcros se aparecieron en Jerusalén.

7. Resurrección.- Al amanecer del domingo, Jesús resucitó. Hubo un gran terremoto, y apariciones de ángeles y del mismo Jesús glorioso. Algunos apóstoles no lo creían hasta que le vieron y palparon.

8. Ascensión.- Después de resucitar, Jesús se apareció varias veces a sus discípulos. Conversó con ellos y les dio las últimas instrucciones. Cuarenta días más tarde, subió a los cielos mientras los bendecía.

9. Fundación de la Iglesia.- A lo largo de su vida, nuestro Señor Jesucristo estableció las bases del futuro desarrollo de la Iglesia:

o Instituyó los siete sacramentos.
o Estableció una Jerarquía eligiendo los doce Apóstoles, y a Pedro como roca y pastor de los demás.
o Desarrolló la doctrina y la actuación práctica principales, con el mandato apostólico de difundirlo al mundo entero.

lunes, 13 de septiembre de 2010

LAS IMAGENES Y LA BIBLIA



¡Ser Discípulos!


En la Biblia se prohíben las imágenes. Y entonces ¿por qué los católicos y los ortodoxos aceptan y recomiendan su uso?
Autor: Ignacio Juez | Fuente: www.ideasrapidas.org

LAS IMÁGENES Y LA BIBLIA

1. La dificultad de las imágenes.- Algunas personas sienten preocupación ante la cuestión de las imágenes. Han comprobado que en la Biblia se prohíben las imágenes. Y entonces se preguntan: ¿por qué los católicos y los ortodoxos aceptan y recomiendan su uso?, ¿desoyen la Biblia? A continuación se estudia este asunto de las imágenes.

2. Breve historia del problema.- El tema de las imágenes ya fue muy discutido en el siglo VIII con ocasión de la persecución del emperador de oriente León III el Isáurico, que se empeñó en suprimir las imágenes por la fuerza. El segundo concilio de Nicea (año 787) definió solemnemente que el uso de las imágenes es válido. De modo que este asunto ya ha sido propuesto, estudiado y aclarado. Y el pueblo cristiano lo vivía así antes y pacíficamente desde entonces. Pero continuemos nuestra explicación.

3. ¿En la Biblia todo es igual de permanente? No, no. Dios nuestro Señor fue guiando a su pueblo paso a paso, y entre las normas que dictó, algunas eran válidas para todo momento, mientras que otras eran transitorias. Incluso hay reglas que se cambian en la misma Biblia.

4. ¿Ejemplos de normas bíblicas transitorias? Por ejemplo, el libelo de repudio estaba incluido en la ley de Moisés pero Jesús lo suprimió, y esta modificación aparece en la Biblia. Igualmente, el antiguo testamento establecía que se debe lapidar a las adúlteras, ofrecer dos corderos al día en sacrificio, no comer carne de cerdo, etc. También se exigía la circuncisión como algo muy importante. Estas y otras normas estaban fijadas en la Biblia, y ahora no se cumplen pues eran leyes transitorias.

5. ¿El Papa puede modificar la Biblia? La respuesta a esta cuestión es más bien doble:

o El Papa no puede modificar caprichosamente la Biblia.
o El Papa inspirado por Dios puede interpretar la Biblia y puede decidir qué norma bíblica es transitoria. Así lo relata la misma Biblia cuando Pedro suprimió varias normas de la ley de Moisés, entre ellas nada menos que la circuncisión. Pero no fue un capricho de Pedro sino inspiración divina, narrada en la Biblia. Es decir, Dios mismo puede cambiar las normas bíblicas transitorias cuando lo desee (las permanentes no, pues el Señor no se contradice).

6. ¿Por qué quiso Dios esto? El Señor quiso que fuera el Papa quien interprete la Biblia y regule muchos aspectos de la vida cristiana, por varios motivos:

o Este ha sido su modo habitual de actuar. Dios suele hablar a los hombres a través de otros hombres: Moisés, los profetas, los santos...
o Este modo divino de obrar viene muy bien a los hombres: ayuda a ejercitar la fe, la humildad, la obediencia, de quienes seguimos al Papa, y del Papa que debe estar muy atento para seguir a Dios.

7. ¿En el tema de las imágenes se ha cambiado la Biblia? Respecto a las imágenes hay normas fijas y transitorias:

o La parte estable es la prohibición de la idolatría. Esto no ha cambiado, ni puede alterarse.
o La parte transitoria es el hecho de tener imágenes. Antiguamente fue prohíbido en la ley de Moisés para prevenir el pecado frecuente de idolatría. Posteriormente, esto se ha modificado y el II concilio de Nicea lo ratificó, como hemos visto. Por esto los cristianos, a diferencia de los judíos, podemos tener imágenes y venerarlas. Se sobreentiende que la veneración a una imagen no va dirigida al trozo de madera o escayola, sino a la persona que la imagen representa.

8. ¿Hay algo obligatorio en torno a las imágenes? Lo obligatorio es evitar la idolatría. Lo demás es optativo: uno puede tener imágenes o no; puede elegir entre una imagen u otra; y puede venerarlas de un modo u otro.

9. ¿Conviene tener imágenes? Cada uno elija lo que desee. Las imágenes pueden favorecer la piedad. Por ejemplo, mucha gente y muchos santos han decidido mejorar su vida al contemplar un crucifijo. Los seres humanos tenemos sentimientos, y está bien fomentar los buenos sentimientos.

10. ¿Qué dice el catecismo sobre las imágenes? El catecismo de la Iglesia católica trata este tema en los números 476-477 y 2129 a 2132. Este último punto dice: "El culto cristiano de las imágenes no es contrario al primer mandamiento que proscribe los ídolos. En efecto, el honor dado a una imagen se remonta al modelo original. El que venera una imagen, venera en ella la persona que en ella está representada". Pueden verse los textos completos en: www.vatican.va

lunes, 6 de septiembre de 2010

LA ORACIÓN ES HABLAR CON DIOS





Hablar con Él con la misma naturalidad y sencillez con la que hablamos con un amigo de absoluta confianza.
La oración es buscar a Dios, es ponernos en contacto con Dios, es encontrarnos con Dios, es acercarnos a Dios.

Orar es llamar y responder. Es llamar a Dios y es responder a sus invitaciones. Es un diálogo de amor.

Santa Teresa dijo en una ocasión: “Orar es hablar de amor con alguien que nos ama”.

La oración no la hacemos nosotros solos, es el mismo Dios (sin que nos demos cuenta) el que nos transforma, nos cambia. Podemos preguntarnos, ¿cómo? Aclarando nuestro entendimiento, inclinando el corazón a comprender y a gustar las cosas de Dios.

La oración es dialogar con Dios, hablar con Él con la misma naturalidad y sencillez con la que hablamos con un amigo de absoluta confianza.

Orar es ponerse en la presencia de Dios que nos invita a conversar con Él gratuitamente, porque nos quiere. Dios nos invita a todos a orar, a platicar con Él de lo que más nos interesa.

La oración no necesita de muchas palabras, Dios sabe lo que necesitamos antes de que se lo digamos. Por eso, en nuestra relación con Dios basta decirle lo que sentimos.

Se trata de “hablar con Dios” y no de “hablar de Dios” ni de “pensar en Dios”. Se necesita hablar con Dios para que nuestra oración tenga sentido y no se convierta en un simple ejercicio de reflexión personal.

Cuanto más profunda es la oración, se siente a Dios más próximo, presente y vivo. Cuando hemos “estado” con Dios, cuando lo hemos experimentado, Él se convierte en “Alguien” por quien y con quien superar las dificultades. Se aceptan con alegría los sacrificios y nace el amor. Cuanto más “se vive” a Dios, más ganas se tienen de estar con Él. Se abre el corazón del hombre para recibir el amor de Dios, poniendo suavidad donde había violencia, poniendo amor y generosidad donde había egoísmo. Dios va cambiando al hombre.

Quien tiene el hábito de orar, en su vida ve la acción de Dios en los momentos de más importancia, en las horas difíciles, en la tentación.
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